RRHH Digital. Lo reconozco, hasta hace poco tiempo era particularmente escéptico respecto al uso de las redes sociales. Pensaba que era cosa de los adolescentes, una simple moda pasajera o algo reservado para determinados grupos sociales.
Es cierto que me llama mucho la atención ver por la calle a chicos y chicas constantemente con el teléfono en la mano, pendientes del envío y recepción de mensajes que supongo transmiten el “aquí” y “ahora” de cada uno. Independientemente del uso más o menos racional que se haga de ello la conclusión es que el futuro ya está aquí. Y a muchos casi nos coge con el paso cambiado.
Una vez que tenemos claro el uso personal que se hace de las redes sociales, la siguiente cuestión es plantearse el uso que puede darse a las mismas en un entorno profesional, o cómo integrar dichas redes en el desarrollo y mejora del trabajo diario, e incluso iría un paso más allá, no solo son herramientas de comunicación sino que se han convertido en un elemento proactivo para la empleabilidad.
Según un estudio que realizó de Randstad Workmonitor, que apareció recientemente en los medios de comunicación, un 62% de los trabajadores españoles cree que las redes sociales ayudan a encontrar empleo y además somos los ciudadanos de la Unión Europea que más confiamos en las redes sociales, por eso desde la empresa no podemos obviar esta realidad.
Si nos centramos en la comunicación entre las diferentes áreas de la empresa, podemos convenir que el uso del tablón corporativo ya está obsoleto por definición, por cuanto no deja de ser una foto “estática” que se actualiza con mayor o menor frecuencia, pero que no deja de tener un “retraso” con respecto a la actualidad que resulta inaceptable en los tiempos que vivimos, con toda la información prácticamente en tiempo real, sobre todo en un momento en el que según los datos del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información (ONTSI) un 68,5% de la población española de entre 16 y 74 años de edad navega actualmente en Internet, tenemos que dotar a nuestros empleados de nuevos sistemas que les permitan relacionarse con su organización.
Para ello hay que ir paso a paso y el primero de ellos es “colocar” toda la información disponible y necesaria en los Portales de Personas (los Portales del Empleado en una Organización), los cuales, si bien son más ágiles por su propia concepción (despliegue en Internet, no dependiente de medios físicos para su divulgación), también están en manos de unos pocos Administradores del Sistema que son los encargados de actualizar la información. Con este Sistema se da un paso adelante, pero quizás no lo suficiente…
También existen desde hace mucho tiempo los foros de discusión, donde es posible plantear y entablar debates y obtener información de otros Usuarios del Sistema. El principal obstáculo que se puede encontrar para su utilización es precisamente este, la “complejidad” de manejo (no excesiva pero que seguro que retrae a muchos “candidatos” a utilizarlo).
¿Cuál sería entonces el siguiente paso?… Parece claro que la integración de lo mejor de cada “mundo”. Si convenimos que en el entorno profesional es justificada la utilización de los “Portales del Empleado”, integremos en ellos las redes sociales para, gracias a su sencillo manejo, promover la interacción entre todos los Usuarios para mejorar la comunicación (entre ellos y con la Organización) y el conocimiento.
Para los Departamentos de Recursos Humanos se puede presentar un dilema: ¿Cómo afectará la integración y el uso de las redes sociales en el rendimiento de los trabajadores?… Se podría pensar que habría personas “enganchadas” permanentemente a estas herramientas, dejando en un segundo plano las tareas principales de su puesto de trabajo. En este contexto, la creación de unas reglas del juego simples pero claras, que sean fáciles de asumir por toda la Organización, pueden ser la clave para el triunfo de estas herramientas y el posicionamiento de cada Organización en unos niveles de transparencia y comunicación interna difícilmente imaginables hasta hace muy poco tiempo.
No tiene sentido nadar contracorriente, ni tampoco reinventar la rueda cuando lo que queremos está ahí, y lo tenemos al alcance de la mano su utilización. Lo que sí es importante es definir un entorno de uso razonable, porque la aportación a la mejora de la eficiencia y eficacia de la Organización puede ser muy importante. Bien utilizadas, las redes sociales pueden suponer la herramienta definitiva que el Área de Recursos Humanos ha buscado durante muchos años para acercarse al empleado, convirtiéndolo en un facilitador y no en un enemigo dentro de la Organización, sobre todo porque cada vez con mayor frecuencia las redes sociales ocupan un papel mayor en la vida de los ciudadanos europeos y particularmente en la de los españoles.
Hay un único aspecto a tener en cuenta, y que tiene que ver más que nada con la cultura de las Organizaciones: es previsible que aquellos Organismos con plantillas más jóvenes tengan más éxito en la implantación de estas herramientas a corto plazo, pero, a medio y largo plazo, seguro que las cifras se irán igualando, pues igual ha sucedido en otros ámbitos de nuestra vida cotidiana: trámites oficiales, relaciones con los bancos, etc. …
Este mismo debate surgió cuando empezamos a implantar los primeros Portales de Personas en nuestros clientes: todos veían la ventaja del modelo, pero el principal obstáculo estaba en que estas herramientas “no llegarían” a toda la Organización (por cuestiones relacionadas con el manejo y acceso a ordenadores, etc. …). El error en este planteamiento estaba en considerar los Portales de Personas como una herramienta que debía llegar a TODOS los empleados. El cambio debe realizarse de forma paulatina, y la experiencia y el tiempo han demostrado el ahorro de tiempo y dinero y la mejora en la eficiencia que han supuesto en la práctica el despliegue de estas herramientas).
Volviendo al principio de este texto, el futuro ya está aquí. Ya lo previeron Levine, Locke, Searls y Weinberger cuando escribieron su manifiesto Cluetrain: nuestros clientes y los trabajadores de una organización, están despertando y conectándose. Están observando, pero no nos esperarán a que demos el primer paso. No hay más remedio que aceptarlo, eso sí, delimitando muy bien las fronteras para su utilización, renovarse o morir.
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