He estado revisando estas últimas semanas diferentes decálogos aparecidos en los medios sobre las mejores técnicas para la búsqueda de empleo en este momento. Notemos que nos encontramos en una situación muy compleja, con altos niveles de desempleo (también en el entorno de profesionales cualificados, profesionales y directivos), un descenso en los niveles de contratación por parte de las empresas y organizaciones y la aparición de nuevos medios (redes sociales, etc) como herramientas de búsqueda.
La búsqueda de empleo debe adaptarse a nuestro perfil y objetivos profesionales pero también a la evolución del mercado y a las nuevas oportunidades que surjan en él. Por otra parte, el aumento del desempleo ha provocado que los candidatos deban «competir» con un mayor número de personas, de la misma manera que se producido una presión “a la baja” en los niveles salariales.
Aunque algunas de las 11 recomendaciones que siguen pueden ya ser conocidas creo que es bueno insistir en ellas, entre otras razones porque lamentablemente pocos profesionales en búsqueda las toman en consideración, aunque como es evidente deben de adaptarse a la evolución de los procesos de reclutamiento y a la situación del mercado.
1. Definir los objetivos claros pero tener una actitud flexible.
El primer paso a la hora de afrontar la búsqueda de empleo es concretar qué tipo de puesto, organización y condiciones son las que se desean. A pesar de las dificultades del mercado todos los profesional y/o candidatos deben mantenerse fieles a sus objetivos base, ya sean económicos, profesionales o personales. Sin embargo será necesario adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado: mayor formación y por tanto posible sobrecalificación para el puesto; puestos temporales o de duración determinada; nuevos sectores en los que emplearse; polivalencia y adaptabilidad para realizar nuevas funciones, etc. La flexibilidad es hoy un valor en alza.
2. Preparación previa que incluye trabajar adecuadamente todos los mensajes.
Todo proceso de búsqueda exige una preparación previa. De la misma forma que no podemos desarrollar una determinada profesión sin una preparación previa, tampoco deberemos iniciar una búsqueda sin una mínima formación y preparación. Hoy es posible encontrar en la web contenidos y herramientas que facilitan este proceso formativo. Lo mismo sería aplicable para un conocimiento mínimo de los mecanismos del proceso.
3. Disponer de un curriculum veraz y adecuado al perfil y al objetivo profesional.
El CV sigue siendo la herramienta básica a la hora de buscar empleo por lo que su elaboración y presentación debe ser perfecta. Ha de ser claro, conciso, visual y no demasiado largo, con un máximo de dos páginas de longitud. Lo más práctico es contar con una plantilla genérica y, a partir de ella, trabajar modelos específicos para cada objetivo u oferta, desarrollando la experiencia o formación directamente desarrollada con el puesto al que se pretende optar. En el caso de que el proceso de búsqueda se desarrolle desde una situación “out” es imprescindible indicar los motivos de la pérdida de empleo y las acciones formativas o de otro tipo que está desarrollando en este momento.
4. Buscar en nuevas fuentes.
La situación actual ha reducido el número de posibilidades laborales, por lo que es más importante que nunca detectar las pocas oportunidades que existen. Para ello es fundamental usar las nuevas fuentes de reclutamiento y evidentemente adaptadas al perfil profesional. Pero si algo puede hacer que un candidato se diferencie de otro este año es el uso de las redes sociales profesionales. Aunque su uso no ha alcanzado la madurez que se espera hoy empieza a ser una excelente fuente de reclutamiento para los profesionales de la búsqueda y la selección. Las redes sociales resultan, por otra parte, una muestra del perfil profesional y de la capacidad de networking de los candidatos.
5. Preparar adecuadamente las entrevistas.
La entrevista también se puede preparar como un punto más en el proceso de búsqueda. El candidato debe anticiparse a las preguntas más comunes de cualquier entrevista, hacer un guión de las respuestas y desarrollar posibles preguntas difíciles. Una vez en la entrevista, nada mejor que contestar con sinceridad, ser claro y mostrar siempre una actitud positiva. La naturalidad y confianza en uno mismo permiten llegar al siguiente nivel. También es imprescindible cuidar la imagen, ya que puede que sea la única oportunidad para causar una buena impresión.
6. Hacer un seguimiento adecuado de todas las acciones de búsqueda.
Una manera de destacarse del resto es la proactividad siempre que esta sea correcta y adecuada. El proceso de búsqueda no es más que otro de los elementos de una relación profesional y como tal debe ser manejado por el candidato. El contacto con la empresa dependerá del tipo de relación que haya establecido con la compañía y del momento del proceso de selección en el que se encuentre el candidato. Si se ha mandado el currículum por e-mail es adecuado enviar un correo electrónico para saber cuál es la valoración del mismo. Mientras que si ya ha habido un contacto telefónico con la empresa es conveniente llamar directamente a la compañía. Este punto es clave para diferenciarse del resto de candidatos y un interés por el puesto o por la empresa siempre será positivo para “sumar puntos” en el camino hacia el empleo.
7. Ofrecer valor añadido.
El candidato ha de explotar sus habilidades y competencias durante todo el proceso de búsqueda. La mejor aptitud es destacar en aquellas habilidades que se pueden extrapolar al puesto y ofrecer valor añadido, o lo que es lo mismo explicar por qué la empresa debe contratarle. Nada mejor que aportar objetivos o retos que se han cumplido en anteriores ocasiones y que se puedan extrapolar al puesto en cuestión.
8. Dejar la puerta abierta.
El candidato no siempre consigue el puesto al que opta, pero no por ello debe cerrar las puertas de dicha empresa, ya que puede ser válido para otro proceso de selección de la misma compañía, por eso es importante cerrar con éxito la comunicación con la misma. El mejor final es agradecer la posibilidad de participar en el proceso y dejar una puerta abierta.
9. Ser activo.
Permanecer activo en el mercado laboral requiere de un esfuerzo por parte del candidato y, sin duda, puede repercutir en su mayor o menor éxito en la búsqueda de empleo. Mantener una formación actualizada y de calidad con respecto al puesto al que nos orientamos, ofrecer un buen conocimiento de idiomas o conocer al detalle la formación específica del sector o del tipo de empresa al que se quiere dirigir serán puntos clave para el candidato.
10. Mantener una actitud honesta y positiva en el proceso.
Es importante tener una actitud positiva durante el proceso. Nadie contrata a “perdedores”. Las empresas quieren trabajadores que disfruten con lo que hagan. Ante otros candidatos con la misma formación y experiencia, puede ser un factor determinante. Un aspecto muy valorado en la cultura empresarial es que la persona esté comprometida con el proyecto y con las necesidades de la compañía. Y, por supuesto, en cuanto a la actitud del candidato, debe ser honesto, tanto en el currículum como en las entrevistas, evitando el encubrimiento de datos o la falsedad de los mismos.
11. Cuidar la marca personal.
Somos cada vez más los reales protagonistas de nuestras vidas. Hemos de definir lo que queremos y cómo vamos a conseguirlo. Nuestra marca personal nos va a ayudar a marcar el rumbo y nos dará las herramientas para poder detectar nuestras competencias profesionales y aumentar nuestra visibilidad en el mercado laboral tanto online como offline.
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