Lo que me hubiera gustado aprender en el colegio

En 1995, David Goleman con su betseller mundial “Inteligencia Emocional” (IE) convulsionó a la comunidad científica creando un nuevo término que nos permitió conocer los centros emocionales del cerebro y poner de manifiesto la coexistencia dos cerebros, uno racional y otro emocional. Esto permitió tener conciencia del dominio de los sentimientos como la ira, el llanto o bien las pasiones y las alegrías al mismo tiempo ayudando a explicar por qué personas con un elevado coeficiente intelectual fracasaban en sus trabajos y viceversa.

En definitiva, el termino “Inteligencia Emocional” ha trascendido para quedarse pudiéndosele definir como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos y la habilidad para manejarlos.

Sentado lo anterior, ha sido Singapur el primer país en el mundo en incluir la IE en su sistema público de enseñanza. Aprovechando la neuroplasticidad del cerebro en niños en los primeros años de su vida infantil y adolescente han creado asignaturas donde se les enseña a niños y jóvenes que hablar de sentimientos ayuda a controlarlos y a no ser irreflexivos como conducta propia de estas edades. Apenas llevan unos pocos años trabajando la IE de sus alumnos pero con un objetivo claro; conseguir que se sientan más satisfechos y eficaces en su vida además de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad.

Las autoridades académicas han constatado que aquellos niños que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad para concentrarse en el trabajo y pensar con claridad.

Todos recordamos nuestra época escolar en un sin fin de recuerdos que nos marcaron nuestra personalidad y probablemente nuestro modo de ver la vida. Volviendo la vista atrás, a muchos nos cuesta entender cómo pudieron enseñarnos determinadas asignaturas que no nos aportaron nada y que nos costó aprobarlas siendo la adquisición de sus conocimientos complemente inútiles para nuestra vida actual. Si hubiesen cambiado algunas asignaturas por el aprendizaje de determinados comportamientos emocionales nuestras vidas serian probablemente más plenas.

Si pudiera recomendar el aprendizaje y desarrollo de sólo 5 habilidades emocionales que considero básicas para desarrollar una vida más completa destacaría las siguientes:

1) Conciencia de uno mismo: esto implica observarse a si mismo y reconocer sus propios sentimientos, conocer las relaciones existentes entre los pensamientos, los sentimientos y las reacciones. Se es sensible al aprendizaje sincero de la experiencia, a los nuevos puntos de vista y al conocimiento de nuestros puntos fuertes y debilidades.

2) Empatía: comprender los sentimientos y las preocupaciones de los demás y asumir su perspectiva. Significa darse cuenta de las diferentes formas en que la gente siente las cosas para poder ayudarles.

3) Confianza en uno mismo: donde se les transmita una sensación muy clara de sus valores y capacidades. Que les permita expresar puntos de vista impopulares y que les permita ser emprendedores siendo capaces de asumir decisiones importantes a pesar de las incertidumbres y las presiones. Para mí ésta es la más importante.

4) Optimismo: éstas personas insisten en conseguir sus objetivos a pesar de los obstáculos y contratiempos que se presenten. Operan desde la expectativa del éxito en vez que de la del fracaso y consideran que los contratiempos se deben más a las circunstancias controlables que a los fallos personales.

5) Habilidades sociales: para establecer vínculos y relacionarse naturalmente con sus compañeros. Se crean relaciones mutuamente provechosas creando y consolidando amistad personal con las personas de su entorno y disfrutando de la compañía de otros en la diversidad.

Estoy seguro que se podrían incluir y intercambiar otras habilidades pero el aprendizaje y desarrollo de las anteriormente comentadas muy probablemente consigan personas que en el desarrollo de su trabajo profesional disfruten con lo que hagan, den lo mejor de si mismos, sean productivos y sobre todo tengan un autocontrol de sus emociones que posibilite poner sus mejores capacidades al servicio del equipo de trabajo y de su empresa.

guillermo.berriochoa@gmail.com