RRHH Digital. ¿Será ordinaria, o tradicional, la situación de nuestro “mundo” actual? La respuesta que parece más obvia a esta pregunta es una rotunda negativa. Sin embargo, verificamos que las soluciones o “recetas” que nuestros ilustres líderes mundiales aplican, y parece que se disponen a seguir aplicando, son mucho más próximas a lo tradicional, a lo ordinario, siguiendo lógicas reconocibles e intentando adaptarlas a situaciones complejas cuyas lógicas también intentan reconocer. Lo que resulta más absurdo es que, según también verificamos casi a diario, cuanto más se aplican las tradicionales recetas basadas en el reconocimiento de situaciones similares del pasado, cuanto más nos esforzamos por implementar medidas similares de superior magnitud, más parece que complicamos la situación. Como se podría decir recurriendo a una cita vulgar y de gusto dudoso, aunque ilustre bien lo que está pasando: “¡Nos crecen los enanos por todos los lados!”
Una otra pregunta que parece pertinente es: ¿y se podría actuar de otra forma? Quizá sí, ¿pero sería seguro? Y así podríamos continuar, eternamente, interrogándonos sobre una seguridad que parece imposible de alcanzar a la luz de la tradicional lógica aristotélica del verdadero o falso, del principio lineal de causa y efecto y de los imperativos de coherencia y congruencia. ¿Y entonces qué, qué hacemos? ¿Cómo salimos de esta?
Sería ideal tener una respuesta objetiva, de sentido común, una explicación razonable, aceptable para la mayoría, políticamente correcta, una verdadera receta. La triste verdad es que no la hay, nadie se arriesga a predecir nada, ningún genio actual parece poseer la llave, la solución. Sin embargo, algunos nos han dejado herencias intelectuales, sugerencias y evidencias pragmáticas que no sería del todo descabellado dedicarles una buena dosis de atención, reflexionar, y dejarnos inducir a actuar diferentemente.
Recordando algunas de esas contribuciones: Albert Einstein reclamaba la necesidad de “un nuevo modo de pensar para resolver los problemas causados por el viejo modo de pensar”. Karl Popper enunciaba los presupuestos para un método científico de resolución de problemas. Los científicos e investigadores de la Escuela de Palo Alto, de la cual podemos destacar el genial Paul Watzlawick, han intuido y comprobado empíricamente el constructo que se ha denominado “soluciones intentadas” (los intentos de solución que mantienen o empeoran el problema).
Existen contribuciones más contemporáneas tales como: el matemático Newton Da Costa que introdujo los conceptos de paradoja, contradicción y creencia, en una rama de la matemática conocida como lógica estratégica; el epistemólogo y psicólogo Giorgio Nardone que desarrolló una metodología de resolución de problemas, individuales y de las organizaciones, conocida como “Problem Solving Estratégico”, contemplando la existencia de los criterios de lógica no ordinaria, o lógica estratégica, en la formación y resolución de problemas humanos. Esta última contribución tiene la particularidad de haber sido desarrollada tomando en consideración todas las anteriores.
Los que nos dedicamos al “arte de encontrar soluciones aparentemente simples para problemas complejos”, trabajando en el área de los recursos humanos con especial incidencia en las relaciones humanas propiamente dichas, no tenemos la ardua y extenuante tarea de resolver los problemas del mundo pero tenemos la difícil tarea de resolver problemas también resultantes de la interacción humana, a menudo complejos y aparentemente irresolubles. Eso conlleva la responsabilidad de, al menos, considerar la posibilidad de que los problemas que se nos presentan ni siempre se generan según una lógica ordinaria y, por tanto, considerar también que ese tipo de lógica ni siempre es el adecuado para llegar a las soluciones.
Examinemos, como ejemplo, un caso muy típico de problemática empresarial: El desarrollo de la creatividad – ser creativos para superar las adversidades. En la base de esta problemática está una de las paradojas más básicas que se pueden plantear a un ser humano: la solicitud de “¡sé espontáneo!”. Cuando pedimos a alguien que sea espontáneo, automáticamente le estamos impidiendo de serlo realmente porque, si lo intenta ser, lo será bajo nuestra demanda y eso, obviamente, no es espontaneidad. Considerando que la creatividad debe ser algo espontáneo, al pedir, proponer, formar, o dar indicaciones a alguien para que sea creativo le estamos bloqueando también, de una forma automática, su creatividad. Y así, con las mejores intenciones, conseguimos establecer una situación paradójica que se puede convertir en un problema serio para el buen desarrollo de una determinada actividad empresarial.
Una solución muy experimentada, con eficacia científicamente comprobada para desbloquear estos problemas, es un ejercicio del tipo “¿Cómo empeorar?”, o sea, pensar en todas las formas posibles de no conseguir ser creativo. El hecho de forzar la mente a pensar de esta forma no tradicional ayuda a desbloquear la creatividad. Es una solución con criterio lógico paradójico para desbloquear un problema que se formó con base en el mismo criterio lógico.
Si investigamos un poco sobre mentes prodigiosas como Edison o da Vinci, o profundizamos en la antigua sabiduría china, verificamos que el estudio de las estrategias fallidas era considerado mucho más útil que el de las estrategias exitosas. Una de las metáforas utilizadas por Giorgio Nardone en su libro “El arte de la estratagema” es precisamente: “Si quieres enderezar algo aprende antes cómo retorcerlo aún más”.
En el “mundo” no ordinario, donde los problemas se presentan como insuperables en su complejidad, aprender a conocer antes que reconocer, considerando la existencia de criterios lógicos distintos de los tradicionales, es un buen punto de partida para llegar a transformar los límites en recursos y las debilidades en puntos fuertes.
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