Que duda cabe que la actual crisis económica nos está cambiando el entorno y algunas veces, mal que nos pese, nuestra propia realidad. Lo cierto es que para poder acostumbrarnos, adaptarnos y reaccionar hemos de plantearnos si estamos en una nueva etapa de la evolución económica de la sociedad y como nos puede afectar.
Globalización 3.0.
Recientemente acudí a la interesante conferencia de mi amigo Gerard que calificaba de “Globalización 3.0” al nuevo estadio en el que esta entrando la economía. Para él, la sociedad actual solo es entendible como el resultado de una evolución continua de la economía en su paulatina globalización.
Así, definía tres etapas en el proceso de globalización de la sociedad:
-Globalización 1.0: desde 1492 hasta pasado 1800. Es una etapa en la que se descubre un mundo de gran tamaño, pero donde los actores son los países y sus gobiernos. El agente clave del cambio es la fuerza dinámica del comercio y las primeras energías (eólica, vapor…) que lleva a los estados a converger y relacionarse mundialmente.
-Globalización 2.0: desde1800 hasta 2000. Es el periodo qué,-con las interrupciones de la gran depresión y las dos guerras mundiales-, se trasciende de un mundo que se hace pequeño en lo económico. Los actores principales son, paulatinamente, las compañías multinacionales que se van volviendo globales en los mercados y en el mercado de trabajo. Su motor fue la expansión de las sociedades anónimas holandesas e inglesas, así como la revolución industrial. El agente clave de esta integración fue, durante la primera parte, las bajadas de los costes de transporte, y durante la segunda parte de esta era, las bajada de los costes de las telecomunicaciones (teléfonos, satélites, pc´s, internet, fibra óptica, etc.). Este es el momento en que nace y madura la economía global.
-Globalización 3.0. Es el nuevo periodo en el que no solo las empresas, sino los individuos que trabajan, compiten de manera global. El agente del cambio es la convergencia es la expansión del ordenador personal y las redes de comunicación. Asistimos a un nuevo periodo en cada individuo puede convertirse en el autor de su propia obra (en formato digital), en que la fibra óptica permite mas rapidez en el acceso a los contenidos digitales y en el crecen exponencialmente los flujos de trabajo, donde todo el mundo puede colaborar desde cualquier sitio. La gente empieza a despertar y darse cuenta de que dispone de mas que nunca de facilidades para actuar globalmente como individuo?
La globalización 1.0 y 2.0 fueron impulsadas principalmente por países y negocios europeos y americanos. La globalización 3.0 se ve impulsada cada vez mas por piases, así como individuos y grupos mucho mas diversos, que, en general, no son occidentales, ni tampoco blancos. Tal vez, ¿las revueltas del oriente sean un buen ejemplo?.
Lo cierto es que estamos en un mundo global con niveles sin precedentes de interconexión entre todas las áreas (con sus riesgos inherentes). Los choques y las vulnerabilidades de las sociedades son realmente globales; de ahí que los procesos de crisis de economías relevantes afecten al conjunto global de la economía. Como nos demuestra la actual crisis económica, el nivel de riesgo sistémico es más alto que nunca.
Rasgos de la economía global en la que vivimos.
Siguiendo este análisis, podemos decir que la economía actual se caracteriza por los siguientes aspectos:
-Estamos dominados por el capitalismo. Lo queramos o no, somos ciudadanos de un mundo dominado por los mercados: es decir, por el capitalismo. Capitalismo en el que conviven varias versiones: el capitalismo liberal de Estados Unidos, la social democracia en declive de Europa, el capitalismo algo mas salvaje de Rusia, el capitalismo de China sin libertad de prensa y democracia, etc.
-Existe una gran cantidad de información. Antes la información era poder ahora la información esta disponible aun coste accesible. Y por ello, el conocimiento es muy relevante, pero el conocimiento tiene fecha de caducidad. De ahí, que lo relevante sea innovar continuamente y saber aprender de forma constante.
-La tecnología es la llave de los mercados. Gracias a la tecnología accedemos a más cosas que nunca con transparencia total. Al final del siglo XX, hubo inversiones masivas en tecnología (cable submarino, banda ancha…) que ahora nos permiten acceder libremente a la información y al conocimiento.
Contemplemos tres reglas que nos permiten comprender la influencia de las tecnologías en la economía actual:
-La ley de Moore: cada 18 meses la potencia de los chips se duplica por un precio idéntico.
-La ley de Metcalfe: el valor de una red social es proporcional al cuadrado del numero de usuarios de la misma.”Cuanto más, mejor”.
-Ley de Coase: las empresas existen solo en términos de minimización de los costes de transacción. Los costes de transacción existen porque hay una falta de información o esta información esta distribuida asimétricamente. Cuando la información as abundante y esta distribuida en todas las direcciones se llega al mercado eficazmente.
-A medida que los mercados se hacen más eficientes, las barreras de entrada caen unas tras otra o por lo menos, se reducen de manera drástica. Un estudio de Mckinsey sugiere que un 20% de la producción mundial esta abierta a la competición internacional pero, dentro de 30 años, esta cifra equivalente será del 80%.Consecuentemente, combinando eso con la internacionalización, la oferta a menudo excede a la demanda y el poder se transfiere a los consumidores, convirtiéndose en auténticos dictadores.
-El cambio es algo natural. El tiempo de ejecución de las transacciones de mercado se acelera. Las organizaciones han de adaptarse de forma continua a la demanda del mercado: es decir, han de pisar el acelerador sin quieren ser competitivas.
¡Es difícil pero necesario!: las empresas han de reinventarse continuamente y saber utilizar el conocimiento en su propio provecho.
-La eficiencia en coste es la clave de la rentabilidad a corte y medio plazo. Todo lo que se pueda hacer con menor coste se hará. Reducir los costes es vital, aunque para ello sea preciso eludir los costes fijos y radicarse en otra zona geográfica. De ahí, que las empresas apuesten por la deslocalización geográfica y la externalizacion de costes. Para ser eficientes y competir en un mundo global las empresas se van haciendo más ligeras, promoviendo numerosos procesos de desvinculación, externalización, adquisición, fusión y radicación geográfica en otras zonas que ofrezcan menores costes fijos. Tenemos muchos ejemplos: BBVA; Santander, Guillete, Kluber,…
-La innovación es un motor clave de competitividad y diferenciación. Algunas empresas optan por imitar inmediatamente lo que sale al mercado, pero la ventaja competitiva las tienen aquellas empresas que saben ofrecer algo diferencial al consumidor. La identidad de las personas esta cada vez más vinculada con el consumo. Un buen ejemplo lo tenemos con Apple.
Impacto de la globalización en la gestión de personas.
Sin duda, estos cambios afectan a la gestión de las personas en las organizaciones. Las personas son un elemento vital de la dinamización de las organizaciones a los cambios. Es más, el individuo se ha convertido en el motor principal del cambio pero, a su vez, se ha convertido en victima del mismo.
Como consecuencia de lo anterior, me atrevo a exponer algunos retos a sumir por la gestión de las personas en el nuevo entorno organizativo:
-Disminución del nivel de contratación laboral de las empresas. El aprovechamiento de las ventajas del impacto de las nuevas tecnologías en los procesos productivos y la búsqueda de la eficiencia en costes, hace que las empresas tienden a contratar al menor número posible de gente acorde con el talento técnico, innovador y de liderazgo que precisan. Pero, además, lo harán, exclusivamente, por el tiempo que le sean útiles. Así, ahora, se requieren personas:
-Por un lado, con un perfil diferente: que contemple talento técnico, dominio de idiomas, movilidad geográfica, capacidad de relación y liderazgo, emprendedor e innovador. Es el perfil que hace que las empresas sean competitivas y lideres.
Es un perfil diferente al que se requería hace diez año. La lealtad o el trabajo en equipo, por ejemplo, son rasgos higiénicos para las empresas pero que se ciñen a un número muy reducido de personas.
-Por otro lado, que trabajen por menos tiempo. Los cambios de ciclo y de estrategia que han de afrontar las empresas, hacen que los perfiles que se requieran en un momento no sean necesarios en otros o no lo sean por un tiempo continuo.
-Menos personas fijas en las organizaciones. La externalizacion de costes y la asunción de los menores costes fijos posibles, hace que las empresas eviten tener altos niveles de plantilla y que las que se tenga, se caracterice por tener un talento relevante para su negocio y estrategias. Por ejemplo, podemos encontrar grandes grupos como NIKE que no cuentan con más de 300 empleados en todo el mundo.
Cada vez trabajaremos en muchas más empresas y de un cambio a otro, podrá pasar tiempo y las personas habrán de adaptar sus cualificaciones. Esta realidad será mucho mas contundente en las sociedades cuyo modelo económico este menos basado en la industria y mas en los servicios. Tenemos ejemplos evidentes muy cerca: basta con comparar en Europa, España con Alemania, y dentro de España, Navarra con Andalucía.
Las personas habrán de saber vivir con esta competitividad e incertidumbre laboral. Y ello conlleva el uso cada vez mayor de una palabra de moda: “empleabilidad”.
-Se premia solo a los mejores. Las empresas necesitan de gente con el talento adecuado para su negocio y estrategias. Serán pocos pero muy bien reconocidos, mientras que los resultados acompañen. Eso si, las clases medias disminuirán sensiblemente.
-Cambia el modelo de relaciones laborales. La tendencia a externalizacion de costes, la temporalidad de la contratación y promoción de organizaciones planas con poca plantilla, obliga a adaptar el modelo de relaciones laborales de las sociedades basado en una legislación que fomente la flexibilidad y unos sindicatos mas volcados en la eficiencia y menos en el clientelismo fijo.
-Los valores son pocos pero totalmente necesarios. Tanto empresas como personas están modificando sus valores acorde con su forma de ver y vivir la sociedad; pero alguno de ellos, van en la misma línea: flexibilidad, innovación, orientación al logro…En las personas, veremos como el consumo no les rellena suficientemente la vida y rebrotaran una sed de valores en mayor medida espirituales, como por ejemplo, la justifica social, afiliación o la responsabilidad social. André Malraud decía “el siglo XXI será espiritual o no será”.
Para compensar el sentimiento de soledad que genera la nueva sociedad, van creciendo la necesidad de pertenecer a “tribus” como, por ejemplo, los clubes deportivos, la familia, la universidad o las asociaciones culturales. Y por su parte, las empresas trabajaran como tribus globales
Consideración final. ¿Hemos de reaccionar?
No quisiera finalizar esta reflexiones, – y en cierto modo a modo de resumen-, diciendo que el nuevo modelo de sociedad que trae la globalización hará que cada vez existan más disparidades entre empresas y entre individuos. Disparidades que harán reaccionar a las personas.
Las personas, hasta ahora y en general, parecen indolentes: viviendo en el nirvana de la bonanza económica en la que se han desarrollado y beneficiándose del relativismo, -cada uno escoge el valor que mejor le sirve para sus motivaciones cortoplacistas-.
Solo con el tiempo, sabremos si es posible conjugar positivamente los valores y motivos de las personas con lo que es capaz de ofrecer el nuevo entorno económico y social.
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