¿A cuántas personas conocemos que han pasado un infierno a lo largo de un proceso de selección? Desde el tan habitual ghosting hasta extremos en los que grandes profesionales acaban dudando de su valía a causa de procesos de selección en los que no se sienten escuchados ni valorados.
La filosofía Candidate First refleja un cambio de paradigma en el que prima poner al talento en el centro de cada proceso de selección, donde lo principal sea el respeto y la humanidad. En un contexto en el que la digitalización está revolucionando la selección de talento, este enfoque requiere de un equilibrio entre la eficiencia y la cercanía gracias a la combinación de herramientas digitales con la sensibilidad humana y un trato personalizado.
Es hora de terminar con aquello de que las empresas únicamente contesten a quién quieren contratar, y se acabó también que los candidatos tengan que conformarse con ser poco valorados en procesos opacos. Los procesos de selección deben basarse en la transparencia total y en una comunicación constante, y estos son dos de los puntos donde radican los principales errores de muchos procesos de selección.
De hecho, dar respuestas y feedback en todas las etapas del proceso es algo que no comporta un gran esfuerzo para los responsables de recruiting, y es un factor que mejora exponencialmente la experiencia del candidato y refuerza la conexión con los profesionales de la marca empleadora. Pocas acciones en employer branding tienen una mejor relación esfuerzo-efecto.
Otro punto que juega un papel clave en el employer branding es la cultura. Del mismo modo que con las relaciones personales, algo que todas las personas buscamos en nuestros puestos de trabajo es poder estar agusto, sentir que eres parte de un entorno que te llena y te hace crecer desde un lugar agradable en el que puedes sentirte tú mismo. Justo por eso, algo tan claro y sencillo, es importante priorizar la compatibilidad cultural entre el talento y la empresa. Analizar la cultura organizativa, el tipo de liderazgo y la estructura del equipo nos ayudará a definir y entender cómo es exactamente la persona ideal para cada posición. Así, conseguiremos que cada incorporación sea una relación a largo plazo.
Hace ya años que considero que las cualidades soft priman a las hard, pero ahora mismo, en un mundo donde la Inteligencia Artificial ya sabe, analiza, programa y ejecuta mejor que un humano en muchas ocasiones, es incuestionable que lo que de verdad marca la diferencia en cada candidato son las habilidades blandas. Ya no se trata de qué sabes hacer técnicamente, sino de habilidades como la empatía, la adaptabilidad, la escucha activa, la capacidad de resolución de conflictos, el liderazgo humano… Por tanto, a día de hoy es indudable que la sensibilidad y el criterio para valorar soft skills y el encaje cultural en un proceso de selección es más esencial que nunca, y la filosofía Candidate First aboga por ello..
¿Significa entonces que sólo es importante garantizar una buena experiencia a los candidatos y pensar sólo en las cualidades soft y el encaje cultural? Desde luego que no. Aunque tenemos claro que son puntos primordiales, hay que ser conscientes de que el talento se busca para cubrir necesidades concretas que requieren de hard skills que tienen que venir garantizadas.
En lo que al talento digital se refiere, esto es algo con un punto más de complejidad, porque pocos expertos en Recursos Humanos tendrán el conocimiento técnico de validar posiciones que ni siquiera existían hace dos días y que ya han tenido tiempo de evolucionar. Ahí radica también la importancia de especialistas activos en el sector que puedan validar las hard skills mediante pruebas ad hoc para cada posición. Todo ello, por supuesto, con una gran sonrisa, manteniendo el agradecimiento y el respeto que merece cada persona que participa en un proceso de selección.
Un candidato que se siente valorado y tratado con respeto no sólo recordará la experiencia, sino que también la compartirá. Independientemente del resultado, cada proceso de selección es una oportunidad para fortalecer la marca empleadora y construir relaciones de confianza. Como consultorías, el verdadero éxito está en encontrar el match entre el mejor talento y las empresas que se preocupan por las personas, y en el camino no sólo preocuparnos de contratar, sino de generar conexiones que dejen huella.