La salud mental en el lugar de trabajo es un tema de creciente importancia en el mundo laboral actual. Con el aumento de las demandas laborales y el ritmo acelerado de la vida moderna, las personas trabajadoras enfrentan niveles significativos de estrés y agotamiento. Este artículo explora la importancia de la salud mental en el trabajo y cómo las pausas activas mentales pueden desempeñar un papel crucial en su mejora.
La salud mental en el trabajo
La salud mental se refiere al bienestar emocional, psicológico y social de una persona. En el contexto laboral, una buena salud mental es esencial para mantener la productividad, la creatividad y la satisfacción laboral. Sin embargo, diversos factores pueden afectar negativamente la salud mental de las personas trabajadoras, incluyendo:
- Estrés laboral: las altas demandas, los plazos ajustados y la presión constante pueden llevar al estrés crónico.
- Ambiente de trabajo tóxico: la falta de apoyo, el acoso laboral y las malas relaciones interpersonales pueden contribuir a la ansiedad y la depresión.
- Falta de equilibrio entre trabajo y vida personal: la incapacidad para desconectar del trabajo puede afectar al bienestar general.
Pausas activas mentales, ¿qué son?
Las personas disponemos de herramientas personales para cuidar nuestra salud mental: son aquellas estrategias, prácticas y recursos que cada persona puede utilizar de manera individual para mantener y mejorar su bienestar emocional y psicológico en el entorno laboral. Entre estas, están las pausas activas mentales, la práctica de la gratitud y el kindfulness.
Las pausas activas mentales son breves descansos durante la jornada laboral en los que las personas trabajadoras realizan actividades mentales ligeras o ejercicios de relajación. Estas pausas pueden incluir ejercicios de respiración, meditación, visualización guiada o simplemente desconectar de las tareas laborales por unos minutos.
A diferencia de las pausas tradicionales, que a menudo implican actividades pasivas, las pausas activas mentales están diseñadas para revitalizar la mente y reducir el estrés. Mejoran la concentración, previenen el agotamiento, fomentan la creatividad y, en conclusión, mejoran el bienestar emocional y reducen la ansiedad.
Algunas de estas pausas activas mentales son:
- Ejercicios de Respiración:
- Respiración profunda. Consiste en sentarse cómodamente, cerrar los ojos y respirar profundamente por la nariz, llenando los pulmones de aire. Exhalar lentamente por la boca. Repetir varias veces.
- Respiración diafragmática. Colocando una mano en el abdomen y otra en el pecho. Inhala profundamente, asegurándote de que el abdomen se expanda más que el pecho. Exhala lentamente.
- Meditación breve. Encuentra un lugar tranquilo, cierra los ojos y concéntrate en tu respiración durante unos minutos. Deja que los pensamientos pasen sin aferrarte a ellos.
- Visualización guiada:
- Visualización de un lugar tranquilo. Imagina un lugar tranquilo y relajante, como una playa o un bosque. Visualiza los detalles y permite que tu mente se relaje.
- Visualización de objetivos. Consiste en cerrar los ojos e imaginar que has alcanzado un objetivo importante. Visualiza cómo te sientes y los pasos que tomaste para llegar allí.
- Desconexión Digital: Desconectar de las pantallas. Mira por la ventana, observa el entorno y permite que tus ojos descansen.
- Mindfulness:
- Escaneo corporal. Sentado cómodamente cierra los ojos. Concéntrate en cada parte de tu cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, notando cualquier tensión y relajándola.
- Atención plena. Dedica unos minutos a observar tu entorno con atención plena. Siente los colores, olores, sonidos y sensaciones sin juzgar.
Y no nos olvidemos del impacto positivo que tienen las relaciones interpersonales en nuestro bienestar emocional. Por ello os cuento a continuación más ideas de pausas activas mentales que puedes realizar con tus compañeros de trabajo para fortalecer las relaciones y mejorar así tu salud mental:
- Charlas informales:
- Café virtual o presencial: hablar de temas no relacionados con el trabajo ayuda a reducir el estrés y fortalecer las relaciones.
- Conversaciones de pasillo: pueden mejorar la comunicación y crear un ambiente de trabajo más amigable.
- Actividades de reflexión:
- Compartir Logros: para mejorar la moral y fortalecer las relaciones.
- Gratitud en Grupo: cada persona comparte algo por lo que está agradecida. Esto puede mejorar el ambiente de trabajo y fomentar una actitud positiva.
Aquí me gustaría pararme, ya que en mi opinión la GRATITUD es la herramienta personal más poderosa para mejorar nuestra salud mental y que a la vez tanto le cuesta practicar al ser humano. ¿Cuántas veces nos han pedido algo con urgencia y nunca ha llegado el “¡gracias!”? o has ayudado en algún proyecto y nunca más has vuelto a saber de él. Son muchas las ocasiones a lo largo de nuestro día en el que podemos entrenar esta práctica. Además de ser una cuestión de educación nos aporta a nivel personal un montón de beneficios entre los que están:
- Reducción del estrés: ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y promover una sensación de calma y bienestar.
- Mejora del estado de ánimo: la gratitud está asociada con un aumento en los niveles de dopamina y serotonina, neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo y la felicidad.
- Fortalecimiento de las relaciones: crear un ambiente de trabajo más positivo y colaborativo.
- Aumento de la resiliencia: las personas que practican la gratitud tienden a ser más resilientes y capaces de enfrentar las adversidades con una actitud positiva.
- Mejora del sueño: la gratitud puede mejorar la calidad del sueño al reducir los pensamientos negativos y la ansiedad antes de dormir.
Y, ¿cómo practicarla?
- Diario de gratitud: dedica unos minutos cada día a escribir tres cosas por las que estás agradecido. Pueden ser cosas pequeñas, como una conversación agradable con un compañero o un logro en el trabajo.
- Cartas de agradecimiento: escribe una carta de agradecimiento a alguien que haya tenido un impacto positivo en tu vida.
- Expresiones verbales de gratitud: tómate el tiempo para agradecer a tus compañeros de trabajo por su ayuda y apoyo. Un simple “gracias” puede tener un gran impacto.
- Reflexión diaria: Al final del día, reflexiona sobre los aspectos positivos de tu jornada laboral y las cosas por las que te sientes agradecido.
- Gratitud en equipo: organiza sesiones de gratitud en equipo donde cada persona comparte algo por lo que está agradecida. Esto puede mejorar la moral y fortalecer las relaciones dentro del equipo.
Y, por último, pero no por ello menos importante práctica el Kindfulness: sé amable contigo mismo. Cómo practicarlo:
- Meditación de amabilidad amorosa: Siéntate cómodamente, cierra los ojos y repite frases de amabilidad hacia ti mismo, como “Que esté bien, tranquila, que sea feliz, que esté en paz”.
- Autocompasión: Cuando te enfrentes a un momento difícil, trata de hablarte a ti mismo con la misma amabilidad y comprensión que le ofrecerías a una persona cercana. Somos nuestro mayor enemigo y no debe ser así.
La salud mental en el trabajo es un aspecto crucial para el bienestar de las personas trabajadoras y el éxito de las empresas. Las pausas activas mentales personales, la práctica de la gratitud y del kindfulness ofrecen soluciones sencillas y efectivas que mejoran la salud mental, reducen el estrés y aumentan la productividad. Al incorporar estas prácticas en la rutina diaria, las personas trabajadoras ayudan a crear un entorno de trabajo más saludable y equilibrado.
Recuerda, cuidar tu salud mental es una inversión en tu bienestar y productividad.