La salud mental no es una tendencia pasajera, sino una realidad que requiere de una respuesta urgente por parte de administraciones y empresas, según evidencian los últimos datos sobre su incidencia e impacto.
La OMS estima que en el año 2030 los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo. En España, solo en 2023, se tramitaron alrededor de 600.000 bajas laborales relacionadas con esta problemática. Según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en el primer trimestre de 2024 se contabilizaron 406,6 millones de horas no trabajadas por enfermedad, lo que produce una ratio de 19,6 horas por afiliado a la Seguridad Social, una proporción solo superada en el primer trimestre de 2022, muy afectado por las bajas derivadas de la pandemia.
Según el estudio Global Benefits Attitudes 2024 de WTW, los empleados de menos de 40 años son el grupo más vulnerable a la ansiedad y la depresión. Asimismo, las personas con un salario inferior a 25.000 euros anuales presentan una mayor predisposición a desarrollar estas patologías en comparación con aquellos que perciben ingresos más altos.
Por tanto, no hay duda de que el cuidado de la salud mental de los empleados debería ser una de las prioridades en las estrategias empresariales a llevar a cabo. Tener empleados sanos repercute de una manera muy positiva en el propio trabajador y es un elemento clave para la continuidad de la propia entidad, ya que invertir en el bienestar del equipo siempre redunda en el seno de la organización.
Es importante destacar el papel que juega la empresa en la recuperación de quienes han atravesado una baja laboral relacionada con salud mental. Por ello, es clave dotarlas de los conocimientos y las herramientas necesarias para gestionar y abordar eficazmente todos los desafíos relacionados con ella. En este sentido:
- Las compañías deben fomentar un ambiente propicio para que no se den situaciones de estrés o ansiedad, así como implementar formaciones específicas para que responsables y empleados puedan identificar las primeras señales de alarma, ya que estas pueden desembocar en problemas de salud mental más profundos.
- Las empresas deben dotar a los equipos de los recursos necesarios para cuidar de su salud mental.
- El regreso al trabajo tras una baja por motivos de salud mental suele ocasionar momentos de gran estrés y confusión, por lo que resulta fundamental trabajar en cómo se va a producir esa vuelta al trabajo, creando un protocolo ad hoc que facilite una reincorporación progresiva y saludable. Este plan debería incluir un análisis de la readaptación al puesto, cursos de sensibilización y la promoción de un entorno de comunicación abierta y basado en la confianza. De este modo, el empleado podrá expresar sus necesidades, inquietudes y sugerencias, y la empresa, por su lado, podrá ofrecer el apoyo necesario en cada momento. Todo ello mejorará notablemente su recuperación y evitará el riesgo de recaída, muy habitual en bajas relacionadas con salud mental.
¿Cómo puede una empresa cuidar de la salud mental de sus empleados?
En primer lugar, es necesario que las compañías sean conscientes del papel decisivo que juegan en la vida de las personas y, por tanto, de la sociedad. Las empresas tienen la capacidad de influir muy positivamente en los hábitos de vida de sus empleados y ayudarles a adoptar un estilo más saludable, fomentando su bienestar físico, emocional, social y financiero, y contribuyendo así a su equilibro vital. Y es que aquellas personas con un bienestar deteriorado tienen mayor probabilidad de sufrir problemas de ansiedad y estrés.
Según el informe de WTW antes citado, los empleados consideran que la interacción social, mantenerse activos, pasar tiempo en el exterior y cultivar hábitos mentales saludables son estrategias eficaces para gestionar su bienestar emocional. Sin embargo, esta es precisamente el área donde se necesita más apoyo y en el que las empresas son menos eficaces. De hecho, tan solo el 26% de las compañías considera que realiza un buen trabajo en el apoyo al bienestar emocional de su equipo.
En los últimos cuatro años, hemos evidenciado ciertos cambios que las organizaciones han aplicado y con los que han registrado un crecimiento o una disminución significativa. Algunos ejemplos son la incorporación de la seguridad psicológica en la cultura de la empresa u ofrecer asesoramiento para apoyar las afecciones de la salud mental. Asimismo, las instituciones están proporcionando soluciones de atención virtual para afecciones de salud mental y están tomando medidas para identificar las principales causas de estrés y agotamiento entre sus empleados. No obstante, existe todavía un largo camino por recorrer para fomentar el bienestar de menara holística dentro de las organizaciones
Es importante entender que cada empleado enfrenta desafíos únicos y tiene necesidades distintas en cuanto a su bienestar mental. Personalizar los beneficios es fundamental para que las estrategias sean realmente efectivas, ya que un programa de salud mental genérico puede no abordar problemas específicos, mientras que la personalización permite intervenciones más precisas y por tanto más eficaces. Cabe asimismo destacar que, cuando los empleados perciben que su empresa se preocupa por su bienestar, aumenta su motivación y satisfacción. Para lograrlo, las compañías pueden ofrecer programas de beneficios flexibles, encuestas de bienestar para identificar necesidades y acceso a diferentes tipos de apoyo.
El siguiente paso es conocer a fondo el retorno y la efectividad de la puesta en marcha de todas estas medidas para mejorar la toma de decisiones basadas en la evidencia y suprimir la inversión de aquellos programas que no generan beneficios tangibles.
En definitiva, el bienestar mental en el entorno laboral no es sólo una responsabilidad ética, sino también una inversión estratégica para las empresas. Crear entornos que prioricen la salud emocional, adapten los beneficios a las necesidades de los empleados y midan el impacto de sus acciones no sólo mejorará la calidad de vida de los trabajadores, sino que, también, impulsará la productividad, la retención del talento, la sostenibilidad del negocio y fomentará el sentimiento de pertenencia.
Ahora más que nunca es momento de que las organizaciones pasen de la concienciación a la acción.