En la era de la Inteligencia Artificial, de nuevos escenarios regulatorios de la transacción laboral, modalidades híbridas, entorno globalizado, generaciones y, z…aa, ab…, yo digo, volvamos a los básicos!. En recursos humanos, como todo en la vida, a veces menos es más; redefinir la relación laboral y analizar las expectativas de las personas y los equipos en lo profesional, es un must que de vez en cuando deberíamos analizar; incorporar más filosofía y antropología, revisar los manuales de psicología organizacional, de modificación de conducta, de inteligencia emocional… en fin, más allá de las últimas tendencias en management, sentarnos con nosotros mismos como directivos de recursos humanos y observar, y sentir, y releer.. como decía alguien en una bonita canción..: escuchar en silencio, para encontrar el camino…
Escuchar, conversar, entender… conocerse a uno mismo y conocer cada una de las personas que forman parte de los equipos; luego ya vendrá la formación, los mentorings, los coachings, los programas de alto rendimiento.. pero explorar nuestras luces y nuestras sombras y las de las personas con quienes tantas horas compartimos dificutades y retos, esto es un básico que deberíamos abordar y prescribir a los equipos de nuestra organización. En un entorno de trabajo podemos quedarnos en la capa suficiente y necesaria de cómo nos comunicamos y cuáles son nuestros estilos relacionales. Parece simple, pero cuando entender nuestro estilo de comunicación y el impacto que esto genera en los demás nos permite gestionar los conflictos personales desde otra óptica, avanzamos; este autoconocimiento y el del equipo nos ayuda a construir un lenguaje común de entendimiento mutuo.
Existen multitud de herramientas para dar metodología a este propósito; a mi especialmente me gusta la que nos dice si somos más tierra, aire, agua o fuego. Un test fácil nos da un informe comprensible, con pautas claras, qué domina en mi, por qué me comporto como lo hago, qué es lo mejor de mi estilo y puedo potenciar y qué lo que debo trabajar.. y lo comparto con el resto, y los demás conmigo; entendemos que somos como somos y nos debemos respetar. Cuando entendemos no juzgamos ni rechazamos; abrazamos al otro como es y tenemos herramientas para buscar soluciones cuando no logramos consensuar; ahora yo sé que un fuego se pierde poco en los detalles y que por naturaleza abre camino, pero si aprieta a un agua ésta acabará por inundarlo todo…. Y la tierra.. claro, he de darle datos para que se sienta seguro en la reunión.. y un aire.. que tanto nos alegra en la oficina, puede volverse huracán si le llevamos hasta su peor versión!
Me gusta. Fácil. Útil, práctico… y esto hace que queramos repetirlo, y repetir crea hábito….
Y en recursos humanos tener claro que los buenos hábitos de convivencia y de trabajo común y respeto son los primero, es punto número uno de nuestro decálogo. Luego todo lo demás…