RRHH Digital. Todo empezaba hace unas semanas cuando los trabajadores de Aena amenazaban con boicotear la salida y la entrada de viajeros, trabajadores como ellos, ansiosos por disfrutar de unos merecidos días de descanso. La rápida actuación del gobierno, la predisposición al acuerdo de los sindicatos del ente, el sentido común, el intento de evitar un nuevo desastre económico para nuestro país, sea lo que fuere, se arregló, y para algo que se arregla en estos últimos tiempos, es de valorar.
Y es que la Semana Santa es, este año, más santa que nunca. La previsión en cuanto a creación de empleo en estos días es alta. Al menos esta semana servirá de alivio para aquel que lleva meses buscando un puesto de trabajo. El sector hotelero y hostelero se llevarán la palma. Palmas como las que, buscando el simil fácil, recibieron a Jesús de Nazaret a su entrada en Jerusalén.
Ay bendita Semana Santa. Días de relax por fin para aquel que ve su puesto de trabajo peligrar, para el que se siente acechado por el peligro de un ERE, en definitiva, para aquellos que todavía resisten activos en el maltrecho mercado laboral.
Qué estupendo balón de oxígeno para volver con las pilas cargadas es esta semana santa. Ya son muchos los que han llegado a su destino, eso sí, sin pasar de 110. Muchos los que disfrutan ya de playas, montañas, saetas, nazarenos. Aquellos que comiendo una torrija disfrutarán del enésimo cruce Madrid-Barcelona, y del buen tiempo…¿o hará malo? Las madres siempre dicen: ¡todos los años se estropea el tiempo en Semana Santa!
Pues como bien dice el refranero popular: al mal tiempo, buena cara. Y a disfrutar antes de volver a la realidad, que la Semana Santa solo dura eso, una semana.
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