Aunque con un background financiero -universidad, postgrado y primer trabajo- mi vida profesional realmente comienza en el área de personas y cuando hacia el año 2.000 comienza a surgir en España la Responsabilidad Social Corporativa pasé de una manera natural a continuar mi carrera en el terreno de la RSC en su ámbito más de personas, más social.
Durante esos primeros años fui testigo de cómo la forma de gestionar a los empleados puede determinar que una empresa del Ibex esté o no dentro del FTSE4Good – índice de referencia global para los inversores que desean identificar empresas con prácticas de negocio responsables-. Ahí fue cuando me di cuenta de la tremenda importancia que la ESG, Sostenibilidad o RSC tiene en las áreas de personas y viceversa, de cómo son ámbitos que se necesitan y cómo deben evolucionar de la mano.
El camino profesional que he seguido desde entonces me ha hecho entender que lo que descubrí hace 20 años hoy sigue vigente y con mucha más fuerza. Por el aprendizaje sobre este tema que me ha regalado mi trayectoria, me atrevo a escribir sobre lo que, en mi opinión, las empresas deben valorar para abordar el binomio ESG -RRHH y aprovechar sus posibilidades. Responsabilidad Social, una relación corporativa necesaria, de gran potencial, incluso poderosa.
Dado que el lector de esta editorial será probablemente experto o al menos entendido en la gestión de personas en las organizaciones, también conocerá el hecho de que en la actualidad casi, sino todas, las áreas de cultura y/o experiencia empleado tienen nuevas responsabilidades en el terreno de la sostenibilidad o la ESG.
Responsabilidades si, pero, ¿y conocimientos? ¿tienen los profesionales de recursos humanos conocimientos sobre las diferentes políticas, requerimientos legales y / o los ámbitos que abarca la ESG ? ¿son esos conocimientos claros y suficientes para saber cómo incluir la sostenibilidad en las estrategias de personas de manera que se convierta en un valor añadido, en una ventaja competitiva?
A la cuestión del conocimiento habría que añadir otra pregunta más importante si cabe ¿son las áreas de personas conscientes de cómo y cuánto el empleado de hoy valora que la empresa para la que trabaja tenga un propósito y esté alineado con sus valores personales? Este es un cambio de paradigma reciente de enorme fortaleza.
En el año que acaba de terminar, desde United Heroes hemos realizado un estudio (no es mi intención hacer marca aquí pero si me parece importante que se conozca que el estudio citado es reciente y real) en el que les hemos preguntado a 6.000 empleados de diferentes perfiles y sectores en 5 países. Una de las conclusiones que se alcanza en el estudio dice que si bien la fórmula mágica para un entorno laboral de calidad es la suma de las ´Condiciones de Trabajo + las Relaciones Humanas’, para llegar a la fórmula mágica del Compromiso hay que añadir una nueva variable hoy determinante: los Valores, la RSC.
La búsqueda del propósito si existe. La práctica totalidad de los empleados entienden como muy importante que su empresa cuente con una política de RSC / ESG y sin embargo pocos la conocen. Entienden además como relevante que su empresa comunique su compromiso con la sociedad y penalizan la sobre comunicación o CSR Washing.
Sin embargo, de todas las conclusiones a las que llegamos en el estudio o, mi favorita tiene relación con algo en lo que llevo insistiendo tiempo, y es que los empleados quieren ser actores principales de ese compromiso, quieren participar activamente en las iniciativas de impacto de su empresa. Afortunadamente, en el mundo de hoy, las personas tenemos mucha mayor conciencia social que hace años y la evolución es en ascenso. Que tu empresa te permita participar en un proyecto o iniciativa que al título individual nunca llegarías, genera un vínculo emocional del empleado con la marca sin parangón.
Y, ¿entonces? La idea es transformar la vida del empleado e integrar la sostenibilidad en su experiencia vital. Se trata de convertir a los empleados en activadores directos del cambio; de fomentar comportamientos y prácticas sostenibles en sus rutinas profesionales. Consiste, en definitiva, de promover una cultura de organización sostenible donde cada empleado se convierta en el catalizador del impacto de su organización en las sociedades en las que opera.
Y ahora una consideración necesaria, ¿qué se pone en riesgo si no incluimos la búsqueda de este Empleado de Impacto como algo estratégico? Dos riesgos concatenados: talento y resultados. Por una parte, como ya se ha mencionado al talento nuevo no le resulta atractiva una empresa sin claros valores ESG entre sus prioridades; por otra parte si el reclutamiento, la selección, la formación, el desarrollo…no están especializados en las competencias de sostenibilidad requeridas no vamos a estar reclutando, formando o desarrollando adecuadamente a ese talento competitivo. Las consecuencias, por último, que la ausencia de talento comprometido tiene sobre los resultados de la compañía es una obviedad que hoy nadie cuestiona. Todo esto es realmente peligroso.
Apremia entonces la necesidad de que las áreas de Personas y ESG / RSC trabajen juntas con el objetivo último de convertir al empleado en los protagonistas de la sostenibilidad dentro de la organización promoviendo una cultura empresarial comprometida con los valores ESG. Espero que después de leer este artículo esto tampoco se cuestione. Manos a la obra.