En el mundo empresarial, todos sabemos que el coaching es clave para mejorar el rendimiento de los empleados y, por ende, lograr mejores resultados para la empresa. Diversos estudios respaldan que una cultura sólida de coaching impacta positivamente todos los aspectos de una organización. Desde mi experiencia como coach de liderazgo, he observado que aquellas empresas que obtienen resultados óptimos a través del coaching aplican las mejores prácticas en el proceso.
Sin embargo, antes de profundizar en las mejores prácticas de coaching, es importante reflexionar sobre qué sucede cuando el coaching no está presente en una organización.
Recuerdo una sesión de desarrollo de liderazgo donde una participante me comentó que trabajó en una empresa durante 10 años sin recibir nunca feedback, y mucho menos coaching. Esta situación la dejó sin claridad sobre si estaba haciendo un buen trabajo o si podría mejorar en algo. Se resignó a pensar que si su rendimiento fuera malo, la despedirían. Años después, se da cuenta de que esos 10 años fueron una oportunidad perdida para su crecimiento. Hoy, se pregunta dónde estaría si hubiera recibido coaching o algún tipo de retroalimentación.
Este ejemplo ilustra de manera poderosa lo que puede ocurrir cuando los empleados no reciben coaching ni feedback: se estancan, y la empresa pierde la oportunidad de mejorar su rendimiento.
¿Qué es el coaching de empleados?
El coaching es una metodología que ayuda a los empleados a mejorar su desempeño mediante feedback oportuno y guiado hacia la consecución de objetivos. Es clave para que los empleados reciban retroalimentación específica sobre su rendimiento y comportamiento, y puedan hacer mejoras continuas que contribuyan al éxito general de la empresa.
Ahora bien, ¿cómo se logra un coaching efectivo en la práctica? Aquí comparto cinco mejores prácticas que te ayudarán a llevar a cabo un coaching exitoso en tu organización.
- Definir Objetivos Claros de Coaching
El primer paso es definir objetivos claros. Como líderes, solemos sentir que somos los únicos responsables de establecer los objetivos y decidir cómo se van a cumplir. Sin embargo, para que los empleados se comprometan realmente, es fundamental involucrarlos en el proceso.
Me gusta usar la analogía de un viaje por carretera: el coaching es como planear un viaje con un copiloto. Ambos deben estar alineados con el destino y las rutas que van a tomar para llegar allí. Definir objetivos SMART (específicos, medibles, alcanzables, orientados a resultados y con un tiempo definido) es esencial para evitar malentendidos y mantener a todos en el buen camino.
- Escoger la Técnica de Coaching Adecuada
Durante mi certificación como coach, aprendí que el coaching efectivo no consiste en dar respuestas, sino en hacer las preguntas adecuadas. Como coaches, nuestra experiencia puede sesgar las conversaciones, pero debemos permitir que los empleados encuentren sus propias soluciones. Preguntas abiertas y neutrales como «¿Crees que es necesario actuar sobre este tema?» en lugar de «¿Cómo vas a solucionar esto?» permiten que los empleados exploren distintas opciones antes de tomar decisiones.
- Dar Feedback Frecuente
El coaching y el feedback van de la mano. Mientras que el coaching energiza y capacita a las personas, el feedback les indica cómo están progresando hacia sus objetivos. Es fundamental proporcionar feedback específico y frecuente, tanto positivo como de desarrollo. Un balance adecuado es clave: estudios sugieren que para mantener a un empleado motivado y comprometido, es necesario ofrecer seis comentarios positivos por cada uno de desarrollo.
- Escuchar las Ideas de los Empleados
Escuchar es una de las principales habilidades que debe tener un buen coach. Escuchar sin juicios no solo crea un ambiente seguro para compartir ideas, sino que también puede generar soluciones creativas para el equipo y la empresa. La escucha activa y empática fomenta un clima de confianza y apertura, permitiendo que los empleados participen activamente en su propio desarrollo.
- Fomentar la Responsabilidad
Finalmente, el coaching debe llevar a la responsabilidad. Establecer expectativas claras, proporcionar las herramientas necesarias y medir el progreso de manera constante son pasos fundamentales para que el coachee se haga responsable de su propio rendimiento. Como coaches, debemos ofrecer apoyo, pero no debemos tomar el control total del proceso; el coachee debe ser el que maneje el vehículo de su propio desarrollo.
En conclusión, el coaching es una herramienta poderosa para transformar tanto a los empleados como a las empresas. Ayuda a los empleados a alcanzar su máximo potencial y a las organizaciones a lograr resultados extraordinarios. Si estás interesado en llevar a tu equipo o empresa al siguiente nivel mediante un proceso de coaching estructurado y efectivo, ¡en la @fundación woman forward podemos ayudarte ayudarte!