Tecnología y sostenibilidad. Estas dos tendencias marcarán la creación del empleo a corto y medio plazo en el sector de la banca y los seguros. Junto a ello, también serán importantes el cambio generacional y la atracción de talento en un mercado laboral caracterizado por un déficit de trabajadores y en el que el empleo híbrido ganará peso en los próximos años.
La automatización en los servicios financieros alcanza actualmente al 35% de las tareas, similar al promedio global de los diferentes sectores, y la proyección es que llegue al 44% en 2027, según un análisis elaborado por Randstad. Big data, ciberseguridad, comercio digital y computación en la nube serán las tecnologías con mayor impacto en la creación de empleo.
Ello dará lugar a una demanda destacada de analistas de inteligencia empresarial, analistas y científicos de datos, y especialistas en transformación digital. Los cálculos que tenemos es que aumente en un tercio la demanda de este tipo de puestos en un mercado laboral donde escasean este tipo de perfiles actualmente muy requeridos por las empresas.
A pesar de que en el sector de banca y seguros los salarios se sitúan por encima de la media, la actividad no está exenta del déficit de trabajadores que atraviesan las principales economías del mundo. La atracción, captación y retención de talento a largo plazo es uno de los grandes retos que atraviesa el sector de la banca y seguros. Un reto que, además, va ligado a la búsqueda de perfiles tecnológicos, muy diferentes al tipo de profesionales que hasta ahora ha recabado y contratado esta actividad.
Esta necesidad va a generar una rotación de empleo bastante elevada en los próximos cinco años, según nuestros análisis. A nivel global en los Servicios Financieros el 26% de la fuerza de empleo va a cambiar sus funciones, impulsado en parte por cambios tecnológicos en puestos de trabajo.
Esto podría ayudar al relevo generacional, uno de los grandes puntos pendientes del sector. De hecho, en los últimos tres años, el grupo de ocupados de 45 a 54 años ha superado consistentemente al de 35 a 44 años, aumentando la brecha entre ambos a favor del primero. Los grupos de 25 a 34 años y los mayores de 55 años se mantienen estables. Con datos del INE del primer semestre del año, el 38% de los ocupados en servicios financieros se situaban en la franja de entre 45 a 54 años de edad y el 10% tiene más de 55 años, es decir, prácticamente la mitad de los empleados de banca cuentan con 45 años o más.
Finalmente, otro de los yacimientos de empleo para la banca y seguros en los próximos años serán la aplicación más amplia de los estándares de ESG y las inversiones en adaptación a los efectos del cambio climático. Esta tendencia es algo que afectará al conjunto de sectores empresariales, aunque la incidencia en la banca y los seguros será importante, dando lugar a la contratación de perfiles con los conocimientos necesarios para efectuar esta transición.