No todas las personas tienen la capacidad de ser jefe, de ir en cabeza como se deriva de la etimología de la propia palabra. Ser jefe o jefa lleva implícito el concepto de mandar y en el mundo empresarial se vincula generalmente a la consecución de objetivos. El jefe o jefa es quien encuentra la forma de hacer realidad las ideas, que no siempre son suyas. Pero además debe tener una serie de aptitudes y habilidades que no siempre han sido las mismas a lo largo del tiempo ya que todo evoluciona y también la economía, las empresas y el estilo de liderazgo depende del tipo de actividad y también de sociedad. Lo que se buscaba en un jefe ayer ya no servirá para hoy, y lo que se pide hoy igual ya no nos servirá mañana.
Es por ello por lo que la selección de un jefe o jefa hoy requiere de conocer qué es lo que está demandando el entorno. Para encontrar hoy esa persona dentro de una organización los responsables de Personas y Talento se hacen preguntas como: ¿Qué se requiere hoy de un jefe? y ¿Cómo ha de ser el jefe o jefa de hoy?
Para contestarlas es imprescindible contar con el apoyo de profesionales expertos que sean bien conocedores de la función directiva y de las tendencias del mercado, y con capacidad para localizar el talento fluido.
Hoy el talento se encuentra en lugares más etéreos menos evidentes. Hemos de percibir el mercado como una globalidad y para ello se necesita una investigación previa, contar con un mapeo que ubique donde se encuentran los perfiles más adecuados. Un jefe o jefa cuesta de identificar. Hay que estar al día en la búsqueda de posiciones de jefatura y en la definición de lo que necesitan hoy las empresas. Por tanto, hoy los asesores son clave para definir el perfil de jefe que necesita una empresa u organización en un momento concreto.
Pero ¿cuáles son esos rasgos o características que las empresas demandan hoy de un mánager?
Coincidiendo con el Día Internacional del Jefe queremos ponerlas de manifiesto y advertir sobre el hecho de que los requisitos hoy exigidos están muy vinculados a un contexto empresarial concreto dominado por la globalidad, la complejidad, la incertidumbre y la volatilidad.
Hoy todo mánager, además de tener una pequeña parte de especialista, de ser experto en la función más operativa y de toma de decisiones, ha de saber manejarse con éxito en un contexto tal en el que para motivar a los equipos no sirve hacer las cosas como se hacían hace un tiempo, sino que la evolución de nuestro entorno les obliga a adaptarse.
Hoy una de las aptitudes que más se valora a la hora de seleccionar a un jefe o jefa es la resiliencia, la ultracapacidad de adaptación a los diferentes conceptos que implica la figura de un mánager. La forma de afrontar cambios de todo tipo, léase cambios de modelo, de normativas y entornos regulatorios, cambios tecnológicos… e incluso una pandemia.
Hoy el jefe que demandan las empresas no es el que piensa cómo llegar hasta el objetivo sino cómo llegar con todas las posibles variaciones que se puede llegar a encontrar en el camino. Es lo que en argot de experto llamamos liderazgo consciente. Un jefe o una jefa ahora debe estar muy pendiente de todo y adelantarse al mercado. Ha de tener iniciativa y persistencia a la hora de alcanzar los objetivos, y a la vez mucha estabilidad emocional para mantenerse firme ante determinados aspectos con los que se encuentra dentro de su equipo para saber liderar a cada persona.
Las personas somos cada vez más complejas y diversas como profesionales. La capacidad de adaptación es más exigente debido a continuos cambios en el modelo de sociedad y de los valores de las personas de una generación a otra. Hay que estar muy atento para adaptarse y para ello un mánager ha de estar dotado de gran proactividad, pero una proactividad inteligente para ir por delante y lograr que su equipo sea talentoso y pueda alcanzar los objetivos.
Por último, el jefe o la jefa debe estar preparado para afrontar el reto de detectar el talento en los equipos en un contexto en el que éste es cada vez más escaso y fluido, -debido a la creciente distancia entre lo que nos enseñan cuando nos formamos y las necesidades reales del mundo laboral-, y ha de saber generar a la vez el contexto adecuado para que ese talento no se escape.
En definitiva, ser un buen jefe o jefa hoy implica saber adaptarse con éxito al cambio y al conflicto que genera el entorno y también a la diversidad.