Soy de una generación que ha visto cómo la tecnología aparecía en nuestras vidas de una forma residual (tarjetas perforadas, pantallas negras y papel pijama) y se desarrollaba y crecía hasta llegar a ser imprescindible (y lo que no sabemos).
Con esta perspectiva, y por si le sirve a alguien, opino que los avances científicos y tecnológicos son positivos para el progreso de la humanidad. Bien es cierto que casi siempre nos pillan “con el paso cambiado” y, como en otros muchos aspectos de la vida, se suele cumplir la curva de la adopción de la Innovación de Rogers (2.5% Innovadores, 13.5% Primeros seguidores, 34% Mayoría precoz, 34% Mayoría tardía y 16% Rezagados)
Esta variabilidad en la adopción de la innovación suele generar controversias sobre el tema, respecto a cuestiones como la seguridad (recordad lo rápido que tuvimos las vacunas para el COVID-19), la utilidad, la robustez, el impacto en la vida de las personas, y ahí especialmente cómo cambia el contexto y los esquemas laborales y profesionales.
La Inteligencia Artificial es una de estas innovaciones que nos va a facilitar la vida; quizá ahora sea prematuro identificar claramente y de forma definitiva el antes y el después; sin embargo, quienes ya usamos Chat GPT o CoPilot o ChatBots, conocemos la ventaja de tener mucha información no sólo almacenada, sino generada a través de esta tecnología.
La cuestión radica en cómo usar esta tecnología a nuestro favor y, especialmente, en el ámbito de los recursos humanos o en las áreas de gestión de personas.
En primer lugar, la IA nos puede ayudar en la automatización de tareas: tanto en las tareas administrativas (vacaciones, nóminas, control de presencia), como en las vinculadas a los procesos de selección (multiposting, rastreo de portales y redes profesionales, cribas curriculares y determinación de ajuste perfil /puesto). En este sentido, la IA nos puede ayudar a focalizarnos en las partes críticas de estos procesos en los que podemos aportar más valor y hacer mucho más eficiente la parte rutinaria.
En segundo lugar, el campo del People Analytics es un área muy interesante en la que aún hay mucho por descubrir y aplicar. De momento, la IA nos ayuda a analizar gran cantidad de datos que se generan en la empresa y nos aporta líneas de tendencia (rotación, absentismo, diversidad, inclusión, etc.). Con ello, además de tener la información en tiempo real, podemos tomar decisiones más informadas y en menor tiempo.
Por otro lado, la IA puede aportar mejoras en el área de gestión del talento. Empezando por el Plan de Acogida e Integración (Onboarding) y continuando con la apreciación del desempeño y la gestión del talento, la IA ha llegado para facilitarnos la monitorización de los procesos, la obtención de datos y la información predictiva (por ejemplo, en el desempeño de una persona en unas tareas determinadas). Con toda esta información, ¿cuál es nuestra misión? Claramente será contrastarla, validarla, y actuar de forma proactiva, de tal manera que nos avancemos a los acontecimientos.
Por último, en lo que respecta a la comunicación interna, con la incorporación de HR Bots, podemos resolver dudas o ampliar información a los empleados; incluso la IA tiene la capacidad de generar encuestas y analizar datos en tiempo real sobre información detectada en los procesos de trabajo (¿existen tareas concretas en las que se cometen muchos errores? ¿Es una cuestión de falta de formación? ¿Hay otras variables que puedan explicarlo?)
En general, la Inteligencia Artificial nos aporta (y aportará) muchas ventajas en nuestra forma actual de trabajar en el área de Personas. Sin embargo, también existen riesgos. No podemos olvidar que la IA carece de ética y moral y desconoce las circunstancias individuales de cada persona, por más que pueda registrar todos los datos de nuestra vida.
Es en este punto donde los y las profesionales del área de Personas debemos actuar de forma muy escrupulosa, priorizando la privacidad de los datos que se generan y que manejamos, y aportando el contexto humano más allá de todos los indicadores estadísticos.
En definitiva, la aplicación de la Inteligencia Artificial nos permitirá aportar un valor mucho más valor diferencial. Lo que pueda hacer una máquina, que lo haga una máquina. El resto es cosa nuestra (y eso es lo que al final marca la diferencia).
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