La diversidad es inherente al ser humano y, como tal, inherente a la sociedad. Pese a ello, durante años se ha negado a las personas con discapacidad una participación plena y en igualdad de condiciones en muchos ámbitos de la vida.
Afortunadamente, cada día somos más conscientes de que la diversidad nos beneficia en todos los ámbitos y, por supuesto, también en el terreno laboral. En este sentido, es cierto que cuando hablamos de empresas y beneficios, lo primero en lo que pensamos es en el aspecto económico, pero no es el único aspecto a tener en cuenta.
Contar con una plantilla diversa, de la que formen parte también personas con discapacidad, tiene beneficios económicos, por supuesto. Y es que sabemos que una gestión inclusiva de la discapacidad tiene un impacto positivo en la cuenta de resultados, con un 28% más de beneficios, según el informe ‘Políticas y prácticas en diversidad e inclusión’ elaborado por Fundación Randstad y el Instituto de Innovación Social de Esade. ¿Por qué? Porque un liderazgo que tiene en cuenta a todas las personas atrae inversores mediante políticas sociales, diversifica las competencias, mejora la productividad, potencia la cultura de la colaboración y mejora la reputación corporativa.
También en materia económica destaca el hecho de que existan distintos beneficios fiscales recogidos en la legislación actual y que contemplan, entre otros, que las empresas que contraten a personas con discapacidad superior o igual al 33% reciban una subvención 3.907 euros por contrato indefinido suscrito.
No obstante, como comentábamos antes, contar con una plantilla diversa no solo reporta ventajas a nivel económico, sino que esta gestión inclusiva tiene efectos positivos que van más allá de los números. De hecho, según el informe antes mencionado, un 77% de los trabajadores consideran que los valores y el propósito de la empresa son factores de gran importancia a la hora de decantarse por una empresa u organización. Si tenemos en cuenta que para el 44% de ellos la diversidad y la equidad son dos de los principales valores, poco más tenemos que añadir.
Tampoco debemos perder de vista el plano del compromiso y la fidelización de empleados, ya que sabemos que el impulso de la diversidad y su buena gestión contribuye a que los trabajadores quieran seguir formando parte de un proyecto laboral. Y retener el talento es, o debe ser, una prioridad para cualquier empresa o entidad.
Además, numerosos estudios respaldan la idea de que contar con una plantilla diversa tiene efectos positivos en el nivel de vanguardia alcanzado. Así pues, como sostienen Josh Bersin -en su Investigaciones en torno a los beneficios de la inclusión para la Innovación y el flujo de caja de 2019- y Mckinsey -en su Informe de 2020- , las organizaciones inclusivas tienen 1,7 veces más probabilidades de ser innovadoras y están un 1,8 veces más preparadas para los cambios.
En definitiva, sabemos con certeza que la inclusión de la diversidad en el ámbito laboral tiene numerosos efectos positivos para las empresas, y necesitamos que sean cada vez más quienes lo tengan claro, quienes apuesten por las personas con discapacidad y vean todo su potencial. Hasta ahora, ha sido un camino largo y somos conscientes de que los avances logrados son solo los primeros pasos, pero en Fundación Randstad estamos seguros de que, juntos, podemos conseguir que la igualdad sea una realidad incuestionable.