Álex, un coach ejecutivo dedicado a ayudar a directivos a afrontar la incertidumbre con éxito, se prepara para su siguiente sesión de coaching online.
Mientras ajusta su cámara web para captar la luz natural del ventanal de su despacho, piensa en lo fascinante que le resulta su profesión, ya que le permite ser testigo directo de la evolución en la gestión de personas en empresas de todo el mundo. Esta visión global no solo le motiva, sino que le coloca en el epicentro de las tendencias y retos que dan forma al liderazgo actual. «Ser coach te abre una ventana al futuro de las organizaciones, es ver en primera fila cómo el mundo gestiona su talento», piensa Álex.
Las sesiones de esta mañana, le llevan a reflexionar sobre una nueva tendencia: promocionar a ejecutivos a puestos para los que su experiencia previa “aparentemente” no les ha preparado, una apuesta audaz de las empresas por el potencial humano ante la rapidez del cambio. «La adaptabilidad y la capacidad de aprender rápido se han convertido en el nuevo patrón del liderazgo efectivo», deduce ÁleLa primera ejecutiva, Marta, aparece en la pantalla con la puntualidad de siempre, pero con una cierta preocupación reflejada en su expresión. La acaban de promocionar a directora de innovación, un ámbito nuevo para ella. «Estoy emocionada, pero sinceramente, asustada. Álex, ¡no tengo experiencia en llevar un departamento de innovación!», confiesa Marta desde el otro lado de la pantalla.
«Marta, hablemos de tu capacidad para aprender. Piensa en un momento de tu carrera en el que tuviste que enfrentarte a un proyecto nuevo y complejo para ti. ¿Cómo lo abordaste?» pregunta Álex, creando un espacio de confianza y reflexión a través de la plataforma digital.
«Bueno, siempre he sido muy curiosa… Me meto de lleno en el proceso de aprendizaje: leo, investigo, hago muchas preguntas, busco mentores…» reflexiona Marta.
“Así es, en tu informe de feedback 360, tu entorno señaló la curiosidad y la capacidad de aprendizaje como dos de tus fortalezas principales. Y, además, ¿cómo te describe tu equipo como líder?», indaga Alex.
“Tanto mi equipo actual como los que he dirigido en roles anteriores, han coincidido en describirme como una líder que fomenta la participación activa y la colaboración. Aseguran sentirse escuchados y valorados, con la confianza y seguridad para aportar ideas y aprender de los errores”, analiza Marta.
“¿Y qué me dices del reconocimiento de tu jefe el año pasado?”, Álex no se conforma con la primera respuesta de Marta.
“Tienes razón, Álex, ¡se me había olvidado!”, confiesa Marta. “Me felicitó por promover la creación de alianzas, tanto internas como externas, para compartir conocimiento, estar a la vanguardia de los avances tecnológicos y generar nuevas oportunidades de crecimiento”, prosigue Marta.
“Y ¿qué relación consideras que tienen esas cualidades con las que requiere un puesto como el de directora de innovación?”, profundiza Alex.
“Bueno, pues, supongo que, por una parte, la curiosidad y la capacidad de aprendizaje me permiten mantenerme al tanto de las últimas tendencias y sacarles partido. Por otra parte, mi interés por hacer equipo, colaborando y buscando alianzas, fomenta un entorno propicio para la generación de nuevas ideas y la implementación de soluciones innovadoras. Por último, reconozco que la confianza y seguridad que infundo en mis colaboradores pueden ser clave para que se sientan libres para explorar, experimentar y asumir riesgos, lo cual es crucial en el proceso de innovación”, ahonda Marta.
“Entonces, ¿cómo crees que estas cualidades te han ayudado a destacar entre los posibles candidatos capaces de impulsar la innovación en tu empresa?», pregunta Alex.
Marta empieza a ver que la decisión de su empresa de ofrecerle esta nueva posición, tiene un fundamento sólido y objetivo, y se da cuenta de que a menudo ella duda de sus propias capacidades. Asiente, visiblemente aliviada y motivada, comprendiendo que su liderazgo y su orientación al aprendizaje son verdaderas fortalezas que explotar en su nuevo rol. Su expresión ya no es de preocupación, sino de determinación y optimismo.
Y entonces, añade, «Aunque, sinceramente, con más de 50 años, no esperaba enfrentarme a un reto como este. Me sorprendió esta promoción, pensé que mi oportunidad de crecimiento ya había pasado.»
En ese momento, Álex guía la conversación hacia un nivel más profundo. «Es interesante que menciones tu edad. Piensa en tu bagaje y los aprendizajes que has cosechado a lo largo de tu larga carrera. ¿De qué manera pueden servirte en tu nuevo rol?”
Reflexionar sobre la pregunta y expresar su respuesta en voz alta le ayuda a Marta a aclarar sus ideas. «Bueno, Álex. Mi trayectoria profesional no siempre ha sido fácil, ni mucho menos, aunque he intentado mantenerme abierta a nuevas formas de pensar y a ver los obstáculos como oportunidades. He tenido momentos de mucha frustración y constantes cambios.
Realmente, la resiliencia que he desarrollado, la capacidad de adaptación al cambio, y el haber aprendido a gestionar la frustración, son recursos valiosísimos. La innovación requiere experimentación y me enfrentaré a muchos momentos de incertidumbre, sin garantías. Necesitaré una visión clara, resiliencia y humildad para aprender de cada paso.», admite Marta con franqueza.
Tras esta conversación, Marta se sintió más segura de sí misma, lista para enfrentarse a los nuevos desafíos con ilusión y confianza en su capacidad para cumplir con las expectativas del nuevo cargo y, además, disfrutar en el proceso.
Antes de la siguiente sesión, Álex se detiene un momento para reflexionar. “El caso de Marta es otro ejemplo más de que las carreras profesionales ya no son lineales. Lo crucial ya no es lo que se ha hecho, sino cómo ciertas habilidades transversales equipan a los líderes para asumir retos cada vez mayores. En estos tiempos complejos, ser un buen líder y tener curiosidad y la capacidad para aprender y adaptarse rápidamente, supera el conocimiento previo.»
Mirando hacia el futuro, Álex se plantea cómo, en un escenario de cambios constantes y con la disrupción que trae la inteligencia artificial, las empresas deben potenciar el talento más por su capacidad de aprendizaje que por sus experiencias pasadas. Reflexiona sobre la importancia de crear sistemas que desarrollen y valoren esta capacidad. Está convencido de que “la clave en el futuro ya no será lo que sabes, sino lo rápido que puedes aprender, cuestionar y desaprender lo anterior, y adaptarte a lo nuevo”.
Álex se prepara para su próxima sesión de coaching, revisando lo que ha anotado en encuentros previos con Carlos, un “high potential” de una importante empresa tecnológica. Carlos está en un programa de desarrollo que combina proyectos reales con simulaciones de negocio, diseñado para sacar continuamente a sus participantes de la zona de confort. Al concluir la sesión, Carlos comparte con Álex las lecciones aprendidas tras haber liderado el proyecto del programa con mayor visibilidad entre los más altos directivos de su empresa. “Al principio me sentía totalmente fuera de lugar. Sufría el síndrome del impostor», admite
Carlos con una sinceridad admirable. «Pero todo ha cambiado a raíz de entender que el fracaso no define mi identidad, sino que es una parte esencial del proceso de aprendizaje.”
Esta esclarecedora revelación de Carlos, confirmó la visión de Álex sobre la verdadera esencia del crecimiento personal. De hecho, lo considera el denominador común de las personas que forman las organizaciones más ágiles e innovadoras.
“También he comprendido que conseguir resultados va más allá de mis habilidades individuales y que no pasa nada por pedir ayuda, ¡al revés!: mi valor principal ha consistido en detectar, aprovechar y unir lo que cada miembro del equipo sabe hacer mejor. Este cambio de mentalidad me ha hecho más fuerte y flexible ante los cambios y lo desconocido.”, sentencia Carlos.
Álex siente una profunda satisfacción al reflexionar sobre el valor que aporta su trabajo, no solo en el crecimiento individual de las personas, sino como consecuencia, también en el avance de sus organizaciones.
«Convertir la incertidumbre, los miedos y las dudas en oportunidades es emocionante. Y acompañar a estas personas en su desarrollo, un auténtico privilegio.», se dice a sí mismo Álex.
Como coach ejecutivo, su carrera le ha proporcionado una perspectiva única sobre la evolución del liderazgo y la gestión de personas, además de ofrecerle una visión excepcional de la innovación dentro de las organizaciones. Considera que su labor es muy gratificante, y que sus sesiones son un espacio donde las reflexiones, los aprendizajes y las decisiones, transforman vidas.
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