La democratización de la IA a través de plataformas de lenguaje natural, como OpenAI, ha hecho que la IA haya saltado del mundo empresarial al público general. Este fenómeno ha generado una carrera donde creemos que la organización con mayor velocidad de adopción saldrá vencedora.
Nuestros clientes son conscientes, y no falta el día que tenga una conversación alrededor de este cambio de paradigma tecnológico. Una tendencia que se manifiesta en cada iniciativa, proyecto o negocio y que obliga a las empresas a diseñar nuevas formas de operar y transformarse.
Leyendo informes sobre la situación del mercado, me llamó la atención un dato del IBM 2023 Global AI Adoption Index, donde el 42% de los CEOs aseguran que están desplegando IA Generativa en sus organizaciones. A pesar de este entusiasmo, veo cómo las iniciativas de nuestros clientes se frenan debido a la complejidad a la hora de tratar los datos, la escasez de perfiles con las competencias digitales necesarias y las preocupaciones de carácter ético que suponen una barrera para un despliegue efectivo de la IA.
Pero ¿Cómo ganar esta carrera?, la respuesta está en las personas. El verdadero desafío que los líderes empresariales tienen por delante es lograr la combinación perfecta entre la labor que desarrollan sus empleados y las tareas de menor valor realizadas por la IA.
La discrepancia entorno a las competencias
Los datos muestran una diferencia de percepción entre los líderes sobre el nivel de preparación de sus equipos para gestionar esta disrupción. En The CEO’s Guide to Generative AI se concluye que el 74% de los CEOs creen que sus equipos están capacitados para trabajar con IA generativa. Sin embargo, los ejecutivos de esas mismas empresas no son tan optimistas. En consecuencia, la discrepancia entre la percepción de los CEOs y la realidad puede retrasar la inversión en capacitación, frenar el crecimiento y dejar a los empleados sin habilidades para aprovechar esta tecnología. Como resultado de esta desconexión, Gartner anticipa que no veremos el pleno potencial de la IA hasta 2035 o 2040.
En mi opinión, una prioridad para los líderes empresariales está en la mejora y reciclaje de competencias profesionales, invirtiendo recursos y tiempo en su fuerza laboral. Esto no solo cubrirá las demandas del panorama actual, sino que garantizará que las organizaciones estén mejor preparadas para futuras innovaciones. Para superar esta brecha de habilidades, es necesario adoptar un enfoque integral. Esto implica una triple acción: formar al personal en Data e IA, automatizar tareas repetitivas para dedicar más tiempo a lo que aporta valor, y hacer que los empleados sean parte activa de la transformación de la IA. De esta manera, las empresas podrán reducir la falta de habilidades y generar confianza en la IA, aprovechando al máximo su potencial.
Los beneficios de hacerlo son significativos. En anteriores disrupciones tecnológicas, las empresas que han invertido en recapacitar a sus profesionales para adaptarse a los cambios laborales han tenido un impacto directo en su tasa de crecimiento, superando a los competidores que no lo han hecho.
Invertir en la nueva era de la formación
La situación actual requiere de la colaboración entre el sector público y el privado para garantizar que las habilidades de las personas sean relevantes para el mercado laboral y estén preparadas para el futuro.
El reto de las instituciones educativas es doble; rediseñar su oferta formativa para preparar a los futuros profesionales en capacidades que permitan el desarrollo de las nuevas tecnologías y la actualización continua de los planes formativos para incluir la IA como una herramienta del proceso de formación.
En IBM estamos invirtiendo en la formación y preparación de nuestros propios empleados y de la comunidad en general. Tenemos un compromiso de mejorar las competencias de dos millones de estudiantes en IA en todo el mundo para finales de 2026 a través de IBM SkillsBuild, ampliar las colaboraciones con universidades y ecosistema para guiarles en ese proceso.
Reflexión final
Para adaptar las organizaciones a esta disrupción, os propongo un debate a través de esta simple pregunta, cambiando el «¿qué competencias necesita mi organización hoy?» a «¿qué competencias necesitará mi organización en la próxima década?». Para lograr esto, se requiere un esfuerzo conjunto de gobiernos y empresas para preparar a los trabajadores para las nuevas aplicaciones de la IA y tener mayor capacidad de adaptación ante disrupciones tecnológicas. Esto significa dotar a las personas de las competencias necesarias para trabajar con confianza, creatividad y flexibilidad.