Clara estaba algo asustada, pero firmemente decidida a dar el paso. Tenía ante sí una hoja en blanco y a dos amables jefes de departamento- ella de Comunicación, él de RRHH- que le invitaban a escribir en ella algo tan nuevo como retador para la empresa que le pedía consejo. Se trataba nada más y nada menos que de TRYPALIUM & Co, una multinacional del sector industrial fundada 80 años atrás. Querían arrancar un proyecto piloto sobre bienestar llamado Biluz. Por lo visto era algo que se empezaba a poner de moda.
A lo largo de su vida no fueron pocas las ocasiones en las que Clara se había sentido al borde del abismo. Aprender a remar con todas sus fuerzas contracorriente le salvó la vida entonces, y sin ella saberlo, esa maestría le abriría un universo de oportunidades a partir de ese momento.
Antes de enfrentarse a aquella hoja vacía, Clara siempre soñó con tener la oportunidad de ayudar a los demás. Sin un concepto sobre sí misma que le animara precisamente a confiar en sus capacidades y sobre el que hubo de trabajar durante años, nunca imaginó que la vida se encargaría de prepararla para hacer aquel sueño realidad. Esa ayuda a los demás empezó estando camuflada tras su pasión por el deporte, y sin que Clara lo supiera entonces, ese sueño iría tomando cuerpo a partir del preciso instante en que comenzó a trabajar en aquella empresa.
La llegada de Clara a TRYPALIUM & Co fue una sorpresa para todos, empezando por ella misma.
Algunos la recibieron con pocas expectativas pero los brazos abiertos, pues representaba una oportunidad de cambio en el día a día de la organización. Lo que hasta entonces era mal visto y podía entenderse como irresponsabilidad, vaguería o incompetencia profesional, a partir de ese momento quizá pudiera convertirse en algo parecido a cuidado, compañerismo y quién sabe qué más.
Otros sin embargo la observaban con recelo por el rabillo del ojo, expectantes unos, temerosos muchos por los cambios que podían llegar.
Y si con esto del bienestar se me desmonta el tinglado que tengo de siempre?, se preguntaban. ¿Salir antes de la oficina?, ¿levantarte de tu puesto a la hora de comer para ir a hacer deporte? Salud mental… ¿eso qué es?
Esos mismos serían – Clara lo sabía los más reticentes a indagar y descubrir que detrás del trabajo que ella desempeñaba no existía otro objetivo que no fuera mejorar el entorno en el que pasaban gran parte de su tiempo, cuidar la salud o sacar a la superficie todos sus talentos. Clara pensaba con frecuencia – y también cierta tristeza – si sería por miedo, por desconocimiento, por simple costumbre.
Sí – se decía – quizá sea porque ‘aquí esto siempre se ha hecho así«.
Cuando el borrador de Biluz tomó forma, Clara sintió que el miedo, por no decir pavor, se apoderaba de ella.
¿Seré capaz? Cuando llegue al siguiente escalón, ¿sabré continuar?, ¿y si me equivoco?
Estar en el punto de mira de todos al ser la cara visible de un proyecto tan disruptivo era demasiado para ella. A ratos se sentía evaluada. A ratos cuestionada. Reforzar la confianza en sí misma y recordarse el «para qué» de sus decisiones era con frecuencia vital para no tirar la toalla por creerse incapaz, incompetente y novata. ¡Y cómo no! El síndrome de la impostora tenía una oportunidad de oro para boicotear cualquier atisbo de seguridad y confianza en ella misma.
Yo no tengo ‘eso, le comentó una vez a Clara un miembro de la alta Dirección cuando en una conversación ella pronunció la palabra «emoción» ¿Cómo es posible que un hombre con tan extraordinaria inteligencia afirme con tal rotundidad que ‘no tiene emociones«?
‘Me estáis quitando lo que me está matando pero me hace feliz‘ fue una de las «joyas» que Clara leyó en un mail incendiario de un empleado con evidentes problemas de salud y sobrepeso con ocasión de dejar de ofrecer bollería gratuita diaria.
‘Aquí se viene a trabajar y no a hacer amigos, oía decir en los pasillos.
‘No tenemos tiempo para estas cosas‘, concluyó un manager en relación a un proyecto que tenían entre manos y que tenía absorbido cualquier atisbo de energía y bienestar de su equipo.
‘Una y no más. No podemos gastar recursos en estas tonterías‘ remató en una reunión alguien de cuyo nombre Clara no quiso acordarse nunca más.
Clara quedaba expuesta al peligro de la ignorancia de unos y el rechazo de otros. Aun así, ella iba poniendo en práctica lo que aprendía, incluso sin sentirse del todo preparada.
Aficionada a la carrera y acostumbrada a disfrutarla en soledad, durante incontables kilómetros Clara dedicaba sus pensamientos a intentar encontrar respuestas ¿Cómo puedo transmitir este mensaje?, ¿Cómo puedo hacerles ver que Biluz es bueno para el negocio? ¿De qué manera puedo demostrar que esto no es baladí, y que lejos de ser un distractor es clave para que TRYPALIUM & Co prospere? ¿Qué puedo hacer para que se den cuenta?
Clara escudriñaba en su interior buscando soluciones y oportunidades a la vez que intentaba sumergirse en las miradas de quienes tenía enfrente para intentar averiguar qué era lo que podía motivar a que esa persona le diera una oportunidad, por mínima que fuera:
No me lo ‘compres‘ si no quieres- les susurraba para sus adentros cuando los tenía ante sí y observaba esas medias sonrisas de superioridad, irónicas y complacientes-… Pero date la oportunidad a ti mismo tan sólo de escucharlo, observarlo. Tómate tu tiempo. Quizá no pueda ser ahora. Tal vez no aquí. Respeto profundamente tu postura, pero no mires para otro lado porque en ello te va la salud, tu forma de estar en el mundo, tu trabajo o los resultados de tu departamento y la empresa si me apuras.
Fueron numerosas las dudas, las barreras e incertidumbres. Pero también lo fueron los apoyos que el paso del tiempo le iba brindando. Las alianzas, los refuerzos y las ganas- antes aletargadas- surgieron de quienes iban entendiendo el fin último de un proyecto que, inmerso en una espiral de cambios en la organización, poco a poco empezaba a marcar un punto de inflexión en la cultura de TRYPALIUM & Co.
Y como el camino se hace al andar, la siembra comenzó a dar sus frutos. La sed de los compañeros de Clara de Estar, Ser, Trabajar y Vivir mejor se fue haciendo visible, y esa sed a la vez iba siendo calmada con agua fresca que no sólo emanaba de Biluz sino de las distintas fuentes que se iban abriendo entre todos en cada vez más lugares. Desde directores hasta becarios, desde los más veteranos hasta los recién llegados. Un ecosistema de salud y bienestar que parecía surgir de la nada acababa envolviendo espacios físicos, personas y procesos de trabajo.
Como esa lluvia fina que lentamente pero sin remedio te cala hasta los huesos, Biluz iba aflorando. Clara encontraba respuestas a sus preguntas simplemente hablando con el
corazón, desde su conocimiento y experiencia profesional y de vida. Siendo respetuosa, honesta y espontánea.
Más y más compañeros se atrevían a seguir la estela que iba dejando Biluz y, entre todos, continuaban alimentando el bienestar dejando a su vez un legado que sin ellos saberlo perduraría en el tiempo. Contra todo pronóstico, Biluz llegaría a convertirse en un eco que podría llegar a oírse a miles de kilómetros de distancia gracias al altavoz que la empresa les brindó.
Ahora las zancadas de Clara eran firmes y mientras avanzaba, además de soluciones encontraba satisfacción, ilusión y orgullo. Los mensajes que Clara recibía eran bien diferentes:
Con Biluz, los domingos son menos domingos. ¡Y los lunes, infinitamente más llevaderos!
Lo que más lamento de dejar Trypalium & Co es no encontrar Biluz a donde voy
Biluz ha dejado una hermosa huella en mí.
Han pasado muuuuuuuchos años desde entonces, y TRYPALIUM & Co es ahora TRYP & You, un referente mundial en su sector. La innovación, digitalización, sostenibilidad y su cultura fueron piezas clave para que así sea.
Si hoy os acercáis a las oficinas centrales de TRYP & You, a la entrada encontraréis un Muro en el que se publican novedades, curiosidades, fotografías y noticias de interés para empleados, visitantes y amigos. Bajo un rótulo que reza «SE DICE, SE COMENTA, SE RUMOREA…«, entre imágenes de equipos sonrientes y orgullosos, proyectos llevados a cabo y planes de futuro, puede leerse:
Se dice que TRYP & You no siempre fue así y que sus fundadores se sentirían profundamente orgullosos de la empresa que hemos construido entre todos.
Se comenta que sus empleados buscamos siempre la excelencia en todo lo que hacemos. Lo que define nuestra identidad es la transparencia, pasión, innovación y cuidado de nuestros clientes y empleados.
Se rumorea que, contra viento y marea, quienes estuvieron aquí antes que nosotros lucharon porque hoy disfrutemos de un lugar increíble donde poder trabajar, crecer, desarrollarnos y brillar.