“Mariona se destacaba como una luz brillante, con mucha juventud y con ganas de cambiar el mundo. Estudió Psicología movida por su pasión por las personas y con el interés de conocer más acerca de las emociones, los pensamientos, del bienestar y la felicidad de las personas. Nada más elegir psicología conectó con el área de recursos humanos y tuvo claro que era esa la especialidad a la que quería dedicarse y conocer más acerca de ello desde ese lugar podría acompañar a otros a desarrollar su potencial. La carrera le atrapó a un universo de lecturas, profesores, disciplinas que le hacía devorar el conocimiento y tener sed de más y más. La carrera acabó y se llevó una de las experiencias más divertidas y una época que recuerda con mucho cariño junto a sus mejores amigas de la universidad Gina, Núria, Alicia, Cristina, Anna y algunas más…
Justo al terminar la carrera Mariona empezó a trabajar en el área de recursos humanos.
Encontró trabajo enseguida, comenzó su andadura en una pequeña empresa, donde las políticas de recursos humanos eran obsoletas y la moral del personal estaba en declive. En esos años, en alguna ocasión Mariona sintió que se había equivocado y que nada era como ella creía puesto que ella estaba plenamente convencida de que un empleado feliz y sano, es un empleado productivo. Iba pasando el tiempo y cambió en varias ocasiones de empresa sintiendo que las políticas eran rígidas y los planes para el área de recursos humanos eran muy herméticos. En esos años trabajo mucho, aprendió de diversas industrias y conoció gente muy interesante pero en algunas ocasiones sentía que no encajaba del todo.
Mariona nunca perdía su toque especial, con una sonrisa contagiosa y un aura de optimismo, se propuso revolucionar la manera en que la empresa veía a sus empleados. Con el paso del tiempo llegó a una empresa dónde todo empezó a cambiar para ella. De pronto, se encontró en un entorno de trabajo dónde sus ideas eran bienvenidas y vitales. Mariona empezó a desatar toda su creatividad con la apertura a la innovación y empezó a pintar el lienzo que le brindaba la empresa con su visión del mundo laboral desde una perspectiva humana y saludable. Mariona pudo implementar programas de bienestar integral, talleres de desarrollo personal y estrategias para fomentar un ambiente de trabajo colaborativo.
Su primer paso fue introducir sesiones regulares de coaching para todo el personal. Estas sesiones no solo se centraban en las habilidades profesionales, sino también en el desarrollo personal y la salud mental. Mariona creía firmemente en la idea de que un empleado feliz y mentalmente sano es un empleado productivo.
Con el tiempo, los cambios empezaron a notarse. El ambiente de la oficina se volvió más alegre y colaborativo. Mariona organizó talleres sobre manejo del estrés, mindfulness y técnicas de comunicación efectiva. La gente comenzó a sentirse más valorada y entendida, y eso se reflejó en su trabajo. Además, se trabajaba de un modo diferente entre los compañeros dejando atrás los silos entre departamentos y las pequeñas guerras que bajaban desde el comité de dirección y capilarizaban al resto de los empleados y se empezó a trabajar de un modo diferente, transversal, por proyectos.
Un hito en su carrera llegó cuando Mariona implementó un programa innovador llamado
«Espacio de Co-creación». Este programa tras la pandemia llevó a reorganizar la forma en la que trabajamos en la oficina y se crearon espacios verdes, totalmente diáfanos para poder trabajar en equipo y crear sinergias entre compañeros. Incluso se generaban reuniones
abiertas en días señalados del mes para invitar a otras empresas a tener sesiones de trabajo creativo para que los equipos pensaran fuera de la caja y trabajaran de forma más creativa.
Mariona ya llevaba 20 años trabajando en el área y había podido implementar muchos programas de formación, onboarding, programas de bienestar, apoyo psicológico, talleres de liderazgo, mentoring, programas de reconocimiento y muchos otras iniciativas….
Mariona siempre había soñado con llevar la gestión de recursos humanos más allá de los límites convencionales. Ella quería crear algo más que una simple función empresarial; aspiraba a construir una verdadera comunidad de profesionales que compartieran, aprendieran y crecieran juntos. Para lograr esto, Mariona ideó una serie de espacios de co- creación, lugares donde los profesionales no solo trabajaran juntos, sino que también forjaran vínculos más allá de las típicas jornadas laborales, charlas y webinars.
Mariona también introdujo los «Encuentros de Conexión», eventos mensuales donde los
empleados se reunían en un entorno informal para compartir experiencias, éxitos y desafíos personales y profesionales. Estos encuentros se celebraban fuera de la oficina, en parques, galerías de arte o incluso en cafés locales, creando un ambiente relajado y propicio para la conversación auténtica. Durante estos encuentros, se organizaron actividades como sesiones de mentoría cruzada, donde empleados de diferentes niveles y funciones se aconsejaban mutuamente, y talleres de «storytelling» donde cada uno compartía historias de sus experiencias laborales, creando un rico tapiz de aprendizaje colectivo.
La iniciativa más innovadora de Mariona fue la evolución de los espacios de co-creación con el programa «Co-creando Futuro», un espacio colaborativo donde los empleados podían trabajar en proyectos que trascendían sus roles habituales. En estos espacios, un contable podía aportar ideas para una campaña de marketing, o un ingeniero podía sugerir mejoras en las estrategias de recursos humanos. Estos proyectos se centraban en temas como sostenibilidad, diversidad e inclusión, y bienestar de los empleados, alineándose con los valores centrales de la empresa y fomentando un sentido de propósito y comunidad.
Estas iniciativas de Mariona no solo revolucionaron la forma en que se gestionaban los recursos humanos en su empresa, sino que también crearon una cultura de apertura, colaboración y comunidad que se extendió más allá de las paredes de la oficina, influyendo positivamente en la industria y estableciendo un nuevo estándar en la gestión de personas.
La iniciativa tuvo un impacto profundo. La productividad aumentó, pero lo más importante fue el cambio en la actitud de los empleados. Se sentían más alegres, conectados, motivados y en definitiva el ambiente que se respiraba era totalmente diferente. Mariona había creado un ambiente donde las personas no solo venían a trabajar, sino a crecer y prosperar.
Las visionarias iniciativas de Mariona no se limitaban solo a su propia empresa. Reconociendo el valor de la diversidad de pensamiento y la riqueza que surge de compartir conocimientos más allá de los límites organizacionales, Mariona extendió su concepto de comunidad al mundo exterior. Organizó jornadas interempresariales, invitando a profesionales de diversas compañías a participar en estos espacios de co-creación y diálogo. Estas jornadas, bautizadas como «Puentes de Innovación», se convirtieron en verdaderas fiestas del conocimiento y la colaboración.
Durante estas sesiones, líderes y empleados de diferentes sectores e industrias se reunían para discutir tendencias emergentes, compartir mejores prácticas y enfrentar desafíos comunes. Un ejemplo destacado fue una serie de talleres sobre sostenibilidad, donde representantes de empresas tecnológicas, organizaciones no gubernamentales y startups ecológicas colaboraron para desarrollar estrategias de negocio sostenibles y responsables. Estos encuentros no solo fomentaban la innovación y el aprendizaje cruzado, sino que también tejían una red de contactos profesionales y personales que trascendía las fronteras corporativas.
Mariona se enorgullecía de ver cómo estas jornadas interempresariales se convertían en un crisol de ideas y culturas, un lugar donde la competencia daba paso a la colaboración y donde el conocimiento se compartía libremente. Estas iniciativas demostraron que, al unir fuerzas y compartir perspectivas, las empresas no solo podían mejorar internamente, sino que también podían contribuir a un cambio positivo en la sociedad y en el mundo empresarial en general.
Mariona no solo cambió la forma en que su empresa operaba, sino que también influyó en la industria de los recursos humanos. Demostró que el enfoque en la salud mental, el bienestar y la felicidad no es solo una moda pasajera, sino una estrategia empresarial sólida y sostenible.
La historia de Mariona es un testimonio de cómo la gestión de personas puede ser transformadora. No se trataba solo de números y resultados, sino de personas y su bienestar integral. Su historia representa que es la gratitud que siento por todos los espacios en los que tantos profesionales compartimos hoy y el sueño de cambiar el status quo y revolucionar la gestión de personas desde una mirada innovadora, transformadora, digital y muy humana.
Compartiendo con otros desde la autenticidad, valentía, transparencia pudiendo crear compartiendo con tantos y tantos profesionales maravillosos”.
¡GRACIAS POR TANTO! Y a por mucho más… Nos vemos y compartimos en la comunidad.