El año 2024 está marcando un punto de inflexión en la manera en la que realizamos muchas tareas en las compañías. Comprobemos algunos ejemplos prácticos muy habituales y al alcance de cualquier empleado: mejora de borradores de correos electrónicos mediante IA, generación de imágenes específicas para publicaciones, optimización de hojas de cálculo o creación de descripciones de puestos para procesos de selección. Estos cambios, sencillos gracias a las nuevas herramientas, representan avances significativos en la eficacia laboral. Sin embargo, a pesar de su conveniencia, observamos una falta de supervisión organizacional en la implementación de estas herramientas. Quizá debido, en ocasiones, a una comprensión limitada de su potencial y las implicaciones de su uso.
Personalmente, en los últimos meses, he llevado a cabo diversas encuestas en LinkedIn para explorar la percepción y adopción de la IA en el entorno laboral. La participación de más de seiscientos profesionales permite la obtención de resultados reveladores. Un 43% de los encuestados afirmó que la IA ha comenzado a reemplazar a Google en sus búsquedas, destacando un cambio significativo en el acceso a la información. Sin embargo, sólo el 21% recibieron directrices de sus empresas sobre el correcto uso de la IA, lo que subraya una brecha en las políticas corporativas.
La necesidad de formación en IA se hace evidente con el 92% de los participantes expresando una clara demanda por la inclusión de IA dentro de las estrategias de su desarrollo profesional. Además, un abrumador 94% considera indispensable la integración de cursos de IA en los programas de formación de 2024, resaltando la urgencia para adaptarse a la demanda del nuevo mercado.
Pero para que este cambio cultural se lleve a cabo con éxito, es imprescindible que el comité de dirección tome un papel activo en la formación y promoción de la inteligencia artificial dentro de la organización.
El compromiso del comité de dirección en promover una cultura de aprendizaje continuo, experimentación y adopción de IA no sólo prepara a la empresa para el futuro, sino que también cultiva un ambiente donde la innovación y el desarrollo constante sean la norma, asegurando el crecimiento y la competitividad en el mercado.
El departamento de personas se encuentra en una posición única para liderar el cambio cultural necesario para abrazar las oportunidades que la IA presenta. Una transformación que implica una reestructuración de los roles y competencias, al tiempo que una renovación en el desarrollo de habilidades esenciales y procesos, favoreciendo una mayor productividad y una optimización del trabajo.
La era de la IA ofrece una oportunidad sin precedentes pero para navegar con éxito esta transición, se requiere un enfoque proactivo en la formación y el desarrollo de los empleados o colaboradores. Si el departamento de personas lidera la adopción de estas nuevas herramientas no sólo facilita la integración de la IA en las operaciones diarias, sino que también potencia que la organización pueda mantener su competitividad y relevancia en el futuro.