¿Tik Tok o Instagram? ¿Comprar online o en tiendas físicas? ¿Ver contenido o crearlo? Seguro que viendo estas preguntas podrías identificar de forma sencilla las preferencias de la Generación Z y Millennial, al menos a priori. Pero ¿qué ocurre cuando hablamos del mercado laboral? ¿Cómo se enfrentan estas generaciones a la búsqueda de empleo? ¿Cómo se relacionan en su entorno laboral? Como Managing Director de Grafton y Wyser, empresas donde hay predominancia de una y otra generación respectivamente, tengo la suerte de conocer en profundidad el modo de trabajar y las inquietudes profesionales de profesionales excepcionales de ambos mundos.
La incorporación al mercado laboral de la Generación Z está obligando a empresas y departamentos de RRHH en los últimos años a replantearse cómo adaptar sus políticas a las nuevas exigencias de esta fuerza laboral y aunque en muchas ocasiones parece percibirse como algo negativo, soy de la opinión de que bien gestionado, no tiene por qué. Partiendo de la idea de que las comparaciones son odiosas, aunque ambas generaciones sean completamente diferentes, es enriquecedor contar con equipos de trabajo en los que confluyen ambos perfiles. Más aún si a él se suman miembros de otras generaciones como la X o la de los experimentados Baby Boomers. ¿Por qué?, es simple. Las diferencias entre los miembros de cada generación favorecen que el trabajo y el mercado laboral en general se enriquezcan. Los miembros de la Gen Z son nativos digitales, con una alta competencia tecnológica, una actitud altamente proactiva hacia el cambio y el aprendizaje continuo, y un fuerte enfoque en la individualidad y la autenticidad. Se trata de una generación que prioriza la educación, lo que la convierte en una de las más preparadas del mercado hasta ahora.
Por otro lado, están los Millennials que, pese a entender cómo funcionan las herramientas digitales más rápido que los miembros de generaciones anteriores, todavía no se sienten tan cómodos a la hora de adaptarse a los cambios y la innovación continua. Por ello que confluyan debilidades y fortalezas de ambas generaciones, diferentes entre sí, dan lugar a equipos variados, expertos y diversos donde tengan cabida todo tipo de profesionales.
Pero está claro que para ello las empresas han de ser capaces de motivar a ambas generaciones. Y mientras la Generación Z prioriza la flexibilidad, la formación y el equilibrio entre la vida laboral y personal, los Millennials prefieren la seguridad laboral y una cultura empresarial que promueva la colaboración y el trabajo en equipo. Por su parte, la Gen Z lo tiene claro: valoran positivamente las oportunidades que les permitan avanzar en su carrera, algo que contrasta con los Millennials, que suelen buscar roles con impacto en su campo o en la sociedad. Además, los miembros de la Generación Z están más dispuestos a trabajar por proyectos y centran sus objetivos de crecimiento a corto plazo, a diferencia de los Millennials, que prefieren la estabilidad y buscan culturas corporativas que se adecuen a sus objetivos profesionales a largo plazo.
Sin embargo, no todo son diferencias. Se trata de dos generaciones muy cercanas en el tiempo, y aunque las discrepancias a la hora de trabajar y sus prioridades en lo relacionado con el mercado laboral son evidentes, también existen similitudes entre ambas. La más significativa es la flexibilidad, que ocupa un lugar destacado en la lista de requisitos tanto de los Millennials como de los miembros de la Generación Z. Si hablamos del espacio de trabajo, las dos generaciones esperan siempre contar con la opción de poder trabajar al menos parcialmente desde casa, pero también aspiran a disfrutar de las ventajas del horario flexible para adaptar el ámbito laboral a la vida personal y, así, encontrar un equilibrio entre trabajo y vida privada.
¿Cuál es la receta para lograr crear culturas donde cada persona pueda ser su mejor versión? Bajo mi punto de vista, en primer lugar, no juzgar las actitudes de ambas generaciones ante el mundo laboral, teniendo en cuenta que el contexto socioeconómico en el que han crecido y han sido educadas condiciona el modo en que cada una de ellas se relaciona en el ámbito profesional. Y como punto clave, adoptar políticas que nos permitan encontrar el equilibrio para satisfacer las expectativas de los empleados de ambas generaciones y atraer y logar el engagement del mejor talento.