Como ya confesé públicamente y sin coacciones ante la comunidad de recursos humanos, he mantenido escarceos entusiastas con BARD y con el “copiloto” de IA de Bing. Ambos son aventuras interesantes para ser aireadas: uno es un bardo con aura de trovador y de bohemio y la IA de Bing ha sido todo un descubrimiento, superando al navegador.
A esta nueva exploración se ha sumado el interfaz de ChatGPT para pobres –no mucho más que texto, con restricciones temporales y de extensión- pero juntos formamos una comunidad de búsqueda y condensación de información muy útil y sorprendente para un tipo de letras como yo. Les doy tralla de vez en cuando y responden.
En una de éstas, de tertul-IA con mis algoritmos favoritos, hablamos de las cuestiones y los retos comparativos más abordados por profesionales de nuestra función en diversos países. Una de las perlas evangélicas más sabias escritas sobre la condición humana dice: “de lo que rebosa el corazón habla la boca.”, por lo que pregunté de sopetón a Bard, Bing y ChatGPT: ¿de qué hablan las bocas de recursos humanos en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia y en nuestra vapuleada España, según el consenso de sus “influencers” y algorítmicas señorías? Fueron rápidos y precisos.
Estados Unidos es el modelo de muchas de economías abiertas y competitivas del mundo occidental. Con records recientes de crecimiento y empleo, la preocupación por la inflación acompaña a otros retos en el área de personas: la competencia por el talento cualificado, la eficacia de los modelos de trabajo a distancia e híbridos manteniendo la productividad y el compromiso, hacer frente a los prejuicios sistémicos y la gestión del equilibrio entre el aumento de los costes sanitarios y el bienestar de los empleados, la salud mental incluida.
Nuestra locomotora continental parece honrar los desafíos más acuciantes de una economía puntera poniendo en la cima de sus retos humanos la adopción de la digitalización y la integración de tecnologías en los procesos de RRHH al tiempo que se garantiza la privacidad y seguridad de los datos. Alemania resalta también el hacer frente a la escasez de mano de obra cualificada y a los retos de reclutar y retener el talento, con la garantía de un entorno de trabajo seguro y el abordaje de los problemas de salud y seguridad. Y con el sentido común del que suelen hacer gala –salvo cuando algún virus bélico muy letal afecta a su tejido social- también dedican sus energías a hacer frente al envejecimiento de la plantilla y a planificar la sucesión y la transferencia de conocimientos en ese tránsito.
El Reino Unido ya no es lo que era, pero –por ser algo- sigue siendo la quinta economía mundial. Como era de esperar, sigue rumiando decisiones pasadas que lo acompañarán por mucho tiempo y la gestión del Brexit en la normativa laboral, la inmigración y la planificación de la plantilla es una preocupación clave para los equipos de RRHH. De la mano de la anterior, la escasez de competencias y mejora de las cualificaciones y finalmente, aparecen la gestión de modelos de trabajo remotos o híbridos y un toque muy “british”, como es la privacidad de los datos y el cumplimiento de la normativa.
Francia, compañera de fronteras vive, con bastante alteración y excitación –hay que decirlo- su prioridad recurrente de adaptarse a leyes y normativas laborales complejas: el sistema de pensiones, la jornada laboral…Consecuentemente, siguiendo su tradición, tiene que lidiar las difíciles y casi nunca pacíficas relaciones con los sindicatos y abordar los retos de la negociación colectiva. También se incluyen en su estado de situación la brecha salarial de género y la promoción de la diversidad, la equidad y la inclusión en el lugar de trabajo.
Y llegamos a nuestra paradójica y poco realista España; “poco realista” es una etiqueta de cosecha propia y no tanto de mis contertulios virtuales. Lo de “paradójica” también, porque a pesar de que parece que de lo que hablamos es de la semana de cuatro días o de los derechos que vemos florecer en nuestra cartera de derechos o quizás de la catalogación de los empresarios como sedientos e insensibles ladinos o como fuentes de riqueza…a pesar de todo eso, la mayoría de nuestros discursos más repetidos parecen ir dirigidos a un porcentaje mínimo de nuestro tejido empresarial. En realidad, el noventa por ciento de nuestros trabajadores luchan en empresas de tamaño pequeño con una enorme incertidumbre y se encuentran con unos retos acordes a esa situación con otras prioridades. ¿Cuáles?
En España, según Bard, Bing y ChatGPT se habla –mayoritariamente- de desempleo juvenil, de la brecha entre la educación y las oportunidades de empleo, de la prevalencia de los contratos de trabajo temporales y la seguridad en el empleo, de cómo afrontar los retos económicos y su impacto en la gestión del empleo. Y tras estos problemas de base, abordamos la conciliación de la vida laboral y familiar.
Siendo una de las sociedades del mundo con mayores amenazas demográficas no parecemos mostrar nada más que una ligera mueca cuando tratamos esta cuestión. Una cuestión que afecta sensiblemente a muchos aspectos económicos, sanitarios, sociales, de bienestar y hasta morales.
Tras este derroche de síntesis y antes de poner fin a la sesión, conté a mis tertulianos virtuales el origen etimológico de la palabra “tertul-IA”. Muy curioso.