El mundo laboral ha experimentado grandes cambios tanto respecto a las necesidades de las empresas como a las expectativas de los trabajadores. El cambio de paradigma que supone mayor flexibilidad, más movilidad y más colaboración entre las partes ya está en marcha desde hace unos años. De ser una estructura rígida en la que los empleados buscan hacer carrera, la empresa es ahora un lugar de intercambio de ideas entre empleados durante un periodo de tiempo determinado.
Cada vez más globalizado, el mundo del trabajo ha derribado barreras establecidas desde hace tiempo en favor de una mayor libertad y autonomía para todos. Atrás quedaron los horarios fijos, encadenados a un escritorio en las oficinas físicas de la empresa. Incluso se cuestiona la utilidad del contrato indefinido. La independencia, el teletrabajo e incluso el trabajo totalmente a distancia son la nueva norma: más de uno de cada dos jóvenes estaría dispuesto a dejar su trabajo si eso significara trabajar a tiempo completo en la oficina, según revelan los datos del Barómetro de la Salud Mental en las empresas españolas realizado por Alan. Y con la llegada de la tecnología digital y la videoconferencia, poco importa dónde se encuentren nuestros empleados, clientes o socios.
Estos avances significan que las empresas pueden ahora contratar personal desde cualquier lugar del mundo: una oportunidad que hay que aprovechar en medio de una crisis basada en la escasez de talento.
Reinventarse para ofrecer una experiencia colaborativa más completa
En este contexto, las empresas son cada vez menos reacias a contratar fuera de sus fronteras cuando es necesario, e incluso a recurrir a autónomos, españoles o extranjeros, para aportar competencias específicas a un proyecto. Aunque la gestión de equipos internacionales no es nada nuevo, sí lo es el hecho de que las empresas gestionan la contratación y la incorporación a distancia. Gracias a la tecnología digital, ya no necesitan instalarse en países con mercados clave para contratar. Sin embargo, sigue existiendo un obstáculo: las cuestiones administrativas, especialmente los contratos y las nóminas, que se rigen por leyes específicas de cada país y exigen dominar la letra pequeña.
Según un estudio realizado por la Fundación Máshumano sobre nueva cultura y estilo de liderazgo, se ponen en cuestión los modelos tradicionales que conocíamos antes del impacto de la pandemia. Los profesionales buscan la flexibilidad como algo incuestionable, la localización en el mismo centro de trabajo ya no es primordial y existe un mayor grado de segmentación, no solo en la relación empresa-trabajador sino también en la variedad de formas de colaboración y contratación. Estamos ante una realidad más fluida y deslocalizada que exige por parte de empresas una gestión de múltiples realidades en términos de contratación. La regulación ha quedado obsoleta debido a este nuevo paradigma y a la incidencia de nuevas plataformas digitales y de las empresas en las que el trabajo híbrido y deslocalizado empieza a ser la cuestión predominante.
Responder a las necesidades individuales con el “pasaporte salarial”
Entre el desmantelamiento de los contratos fijos, el deseo de una flexibilidad cada vez mayor en el lugar de trabajo, la carrera por la mejor marca de empleador, las necesidades de las empresas y la globalización del mundo laboral, la noción de “pasaporte salarial’ parece natural. En otras palabras, los empleados pronto dejarán de estar vinculados a una sola empresa y pasarán de una a otra en función de las necesidades de los clientes y de sus competencias.
Es esencial que los gremios de trabajadores autónomos se reinventen de este modo para responder a las nuevas expectativas de las empresas y de los trabajadores. Deben convertirse en el vínculo entre las organizaciones que buscan perlas raras y los empleados que buscan libertad y estabilidad.
Para lograrlo, tendrán que apoyarse sin duda en la tecnología digital. Es la única herramienta que les permitirá hacer accesibles todas las experiencias de sus empleados, referenciarlas y actualizarlas automáticamente para que, independientemente de dónde se encuentre el empleado, pueda ser identificado por los mandantes de todo el mundo.
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