En un mundo donde la lucha por el talento es cada vez más feroz y la lealtad de los empleados parece un espejismo, gana cada vez más fuerza un concepto que invita a revisar el enfoque en la gestión de recursos humanos: la Propuesta de Valor del Empleado (EVP, por sus siglas en inglés). Desde nuestra experiencia en Vip District, trabajando en 6 mercados europeos y más de 3 mil empresas, incluidas varias del IBEX-35, vemos una transformación silenciosa, una reinvención de la relación empleado-empresa para el mundo digital.
La Employee Value Proposition (EVP) es un concepto integral que engloba no solo de salarios y beneficios tangibles, sino de una combinación compleja de factores que, en conjunto, constituyen una experiencia única para el empleado. Esta fórmula define lo que significa formar parte de la empresa, resaltando los atributos que la hacen única y por qué es preferible trabajar en ella en lugar de la competencia.
Comprendemos también que una EVP exitosa es aquella que integra una amplia gama de elementos, desde la compensación hasta las oportunidades de desarrollo profesional, pasando por la cultura de trabajo, el reconocimiento y el sentido de propósito. Las empresas van siendo conscientes de que han de atender estos diferentes aspectos por igual, y cada vez más logran hacerlo, pero lo que falla, en la mayoría de las veces y que hace que el esfuerzo se difumine, es la falta de visibilidad por parte del empleado.
Es ahí donde la digitalización entra en juego. En Vip District, hemos comprobado que las tecnologías digitales pueden amplificar y mejorar la EVP de una manera que antes era impensable. Pero no se trata de implementar las últimas herramientas de moda. Se trata más bien de armonizar, acercar, de hacer más tangibles o perceptibles, y de comunicar y centralizar estos elementos. A lo largo de más de 13 años de experiencia con soluciones de Employee Engagement, vimos que las empresas necesitaban un punto para centralizar y enseñar a sus empleados la propuesta de valor que la empresa ofrece, y esto pasa por un Portal del Empleado integral, o all-in-one.
Los portales del empleado no son una novedad. Lo que el mercado pide ahora va más allá del típico portal con un tablero de informaciones prácticas y un listado de descuentos a los que los empleados tienen derecho. Las empresas quieren que su empleado tenga un sitio de referencia en que pueden “respirar la propuesta de valor del empleado”, en que puedan tener visibilidad y claridad sobre sus beneficios, espacios de reconocimiento, interacción entre empresa y empleado, con una comunicación cercana, simple y frecuente. El conjunto es lo que deja bastante visible la cultura de la empresa y la manera en que ella apuesta por y para el empleado.
Pero la lista de deseos para el portal del empleado de hoy y para el futuro no para por ahí. Las empresas ya no quieren tener que tratar con un proveedor diferente para cada solución y tener una carga de gestión (o dolor de cabeza) para gestionar una plataforma compleja de manejar. Quieren una gestión simplificada para HR que les de toda la información. El Big Data también llega a los recursos humanos y cada vez más es importante que estas plataformas sean capaces de darles información, insights y que sepan qué funciona y qué no, para reaccionar y prevenir situaciones como el burnout, pérdida de talentos por la falta de percepción del valor que la empresa les aporta.
Para una experiencia positiva del empleado estas soluciones ya son vitales. ¿Cuántos no fueron los empleados que en su primer mes de trabajo ya tenían un listado de plataformas a las que tenían que acceder, diferentes contraseñas para memorizar, limitaciones para accederlos fuera del local de trabajo o a través de su móvil? Lograr tener una única puerta de entrada para el mundo de ventajas, servicios o informaciones que la empresa ofrece al empleado puede ser un aspecto que hará que la propuesta de valor del empleado esté muy clara, visible y presente en su mente.
Aunque estemos hablando de un espacio “general y completo” en que las empresas concentran comunicación, colaboración, cultura, beneficios, reconocimiento y más, el mercado pide cada vez más personalización y enfoque en el individuo. Es decir, considerar el individuo y sus necesidades, permitir adaptaciones que atiendan sus propias aspiraciones, motivaciones y necesidades. Y no hablamos solo en tener el nombre y la foto del empleado en la home de su portal o enviarle una newsletter con “Hola José o Ana”, hablamos de permitir que cada empleado pueda ver beneficios, noticias, campañas de incentivos relacionadas con él, su filial, su departamento, sus intereses. Ya no vale “café para todos”, y si quiere que tu propuesta de valor del empleado llegue a cada empleado, esto hay que tenerlo muy en cuenta.
¿Y cómo mides el impacto de tu EVP? Por supuesto, los indicadores tradicionales como la tasa de fidelización y la atracción de talento siguen siendo importantes. Pero también puede apoyarte en otros datos medibles como el uso y adhesión de tu programa de beneficios y ventajas, el volumen y calidad de interacción con el contenido que promueve la empresa, el éxito de las campañas de incentivos, etc. Esto es el tipo de recurso que una buena plataforma digital puede dar a recursos humanos. Y luego no nos olvidemos de los indicadores menos tangibles pero igualmente esenciales, como el nivel de compromiso de los empleados, su satisfacción y su sentido de pertenencia. Porque al final del día, el éxito de una EVP no se mide solo en números, sino en el impacto que tiene en la vida de los empleados y cómo este impacto se traduce en su compromiso y rendimiento.
La EVP y su correlato en la era digital ya está calando en las grandes empresas. Cada vez más los departamentos de RRHH centran sus estrategias en mejorar su EVP, buscando alternativas que se alineen con las expectativas y necesidades de los empleados en el mundo digital.
Para aprovechar todo el potencial de un buen EVP debemos ser valientes y reinventarla en términos digitales. Debemos estar comprometidos con esta visión y atrevernos a transformar nuestras estrategias. Porque, lo sepamos o no, estamos en presencia de una verdadera «transformación silenciosa» en el ámbito de la gestión del talento y la relación empleado-empresa. Y digo “silenciosa”, porque esta transformación no es ruidosa ni disruptiva. No se manifiesta en grandes titulares ni revoluciones radicales. En lugar de eso, es una evolución constante, silenciosa, pero profundamente significativa, de cómo las empresas valoran y se relacionan con sus empleados.