En el dinámico panorama del mundo moderno, el agotamiento laboral conocido como el Síndrome Burnout, ha surgido como una epidemia silenciosa. Nuestro grupo, Infinite Potential, lleva cuatro años estudiando la tendencia del burnout a nivel mundial y ha puesto de relieve el auge de la prevalencia de burnout en la población laboral, un crecimiento que se hace cada vez más alarmante. Las tasas de burnout, en industrias y organizaciones de todos los tamaños, están en constante aumento. En los últimos tres años solamente, los afectados por el burnout han aumentado en casi un 10%, con un sorprendente 38% de la población global lidiando con este problema.
Más allá del coste personal que supone, el burnout y el estrés laboral no gestionado supone un alto coste financiero para las empresas. Por ejemplo, sólo en el año 2020, Bélgica vio a las aseguradoras gastar 1.6 mil millones de euros en casos relacionados con el burnout. Para las empresas, el coste se manifiesta en formas tanto evidentes, como la rotación y el ausentismo, como en la presencia más insidiosa y potencialmente más costosa, la renuncia silenciosa, término traducido del inglés ¨Quiet Quitting¨. Esta practica es la enemiga de la productividad que ocurre cuando los empleados, debido al estrés u otros factores, están físicamente presentes en el trabajo pero trabajan sólo a una parte de su capacidad, reduciendo la productividad individual en un tercio o más.
La Organización Mundial de la Salud define el burnout como ‘un síndrome resultante del estrés crónico en el lugar de trabajo que no ha sido gestionado con éxito’. Imagínelo como una bestia de tres dimensiones: agotamiento, cinismo y eficacia profesional disminuida. El agotamiento acaba su vitalidad emocional, mental y física. El cinismo fomenta la desconexión mental, la despersonalización y una negatividad generalizada. La eficacia profesional disminuida resulta en una menor calidad y productividad en el trabajo.
En la implacable búsqueda de aumentar la productividad mientras se recortan costes, la filosofía del ¨hacer más con menos¨, hemos alimentado inadvertidamente una cultura de burnout. Los empleados luchan por hacer frente al estrés constante y las demandas de sus roles. Algunas organizaciones han comenzado a asignar recursos para mejorar el bienestar de sus empleados, a menudo centrándose en intervenciones a nivel individual como suscripciones gimnasios, clases de yoga o aplicaciones móviles de bienestar. Aunque bien intencionadas, estas medidas no abordan las causas fundamentales del burnout. Es como aplicar una tirita a un hueso fracturado.
Infinite Potential estudia el Burnout en la población mundial desde 2020. El informe «El Estado del Burnout 2023» de Infinite Potential revela tendencias sobre el Burnout a nivel mundial que necesitan de inmediata acción. Por primera vez encontramos una prevalencia de Burnout alta en el grupo de 18 a 34 años que llevan el mercado laboral menos de tres años. Considerando que representan el futuro de la mano de obra mundial es significativamente alarmante que ya presente síntomas de agotamiento laboral. Por otro lado, encontramos que el Burnout y el Engagement son partes de un continuo. Los empleados que más posibilidades tienen de sufrir Burnout son los que presentan mayor índice de compromiso con la empresa. Otro dato significativo que encontramos es que la población que trabaja más del 80% desde la casa o desde la oficina presentan mayores índices de Burnout que los trabajadores que disponen de trabajo híbrido trabajando de 2 a 3 días entre la oficina y la casa. Por esto, el Burnout debe ser parte de la conversación sobre la política de trabajo flexible.
Los líderes reconocen el desafío del burnout, pero muchos aún navegan por aguas desconocidas cuando se trata de abordar sus causas subyacentes. Las seis causas fundamentales que se encuentran en el corazón del burnout son las inmanejables cargas de trabajo, la falta de autonomía y control, la falta de reconocimiento y recompensa a los empleados en la empresa, la alta de apoyo organizacional, el tratamiento injusto y la desalineación de los valores individuales con los de la empresa.
Estos factores no pueden abordarse únicamente con gestión del tiempo o entrenamiento en resiliencia.
Es importante recalcar que el burnout no es un subproducto inevitable de nuestro trabajo. No es un elemento que debe aparecer como naturaleza del trabajo y las generaciones futuras lo tienen claro. Vimos un cambio de prioridades con la generación millennials y que aparece mas fuerte en la generación Z. Las sociedad está cambiando y reclaman practicas laborales más sanas y más productivas que les permita tener una vida plena. La mentalidad de «el trabajo primero, todo lo demás después» está anticuada. Y la cultura del “busyness” o el estar siempre ocupado empieza a caer por su propio peso. Porque estar ocupado no es igual a mayor productividad. Y ser productivo no debería ir en contra de la salud del trabajador.
No hay soluciones mágicas para poner fin al burnout, pero hay razones para ser optimistas. Nosotros, como colectivo, hemos contribuido a la cultura de burnout, y tenemos el poder de remodelar la forma en que trabajamos. Para abordar el burnout, necesitamos un movimiento colectivo para impulsar el cambio y exigir acción. Aunque el burnout puede afectar a cualquiera, impacta desproporcionadamente a aquellos en trabajos mal remunerados, inseguros y con movilidad limitada, perpetuados por culturas laborales tóxicas que generan un estrés inmanejable. Para abordar el burnout, necesitamos un movimiento colectivo para impulsar el cambio y exigir acción.
Existen varios pasos que todos podemos dar para erradicar el burnout:
- Eliminar el estigma: Crear un espacio para el diálogo abierto sobre el burnout y el estrés, especialmente entre los líderes.
- Soluciones personalizadas: Fomentar que los equipos encuentren soluciones que funcionen mejor para ellos, con el apoyo de la dirección. Promover el aprendizaje interdepartamental.
- Medir y definir el éxito: Definir cómo se ve el éxito y establecer métricas para medirlo.
A medida que la presión por una mayor productividad e innovación se intensifica, fomentar prácticas laborales sostenibles y cultivar una cultura de bienestar se convertirá en el pilar fundamental para liberar el verdadero potencial de nuestra fuerza laboral. Nos debemos mutuamente y al futuro de la fuerza laboral un entorno de trabajo que priorice la salud y la sostenibilidad. Juntos, podemos abrir camino hacia un futuro más saludable y productivo tanto para individuos como para empresas.
A nivel individual puedes dar el primer paso rellenando la encuesta de burnout en español que abrimos en Octubre y estará disponible hasta noviembre. Los resultados del estudio de 2024 se publicarán en febrero. También puedes compartirla con tus colegas de trabajo, equipo, familiares y amigos. Igualmente, si quieres más información para prevenir el Burnout en tu empresa puedes contactar con nosotros.