Que sus trabajadores estén desmotivados es algo que ninguna empresa quiere. El entusiasmo, la ambición de progresar y la productividad están intrínsecamente ligados a la motivación y, a pesar de los esfuerzos de muchas empresas por fomentarla, los resultados en esta área no siempre son los ideales.
De acuerdo con una encuesta realizada por Vitaance, un abrumador 95% de los trabajadores considera que sus empresas no invierten lo suficiente en su bienestar. Esta carencia no solo puede llegar a una pérdida de motivación, sino también, en los casos más graves, a niveles elevados de estrés, trabajadores ‘quemados’ y una alta rotación laboral.
Diversos factores influyen en esta problemática, incluyendo la falta de oportunidades de crecimiento, la dificultad para lograr un equilibrio entre trabajo y vida personal, así como la cuestión salarial. Sin embargo, uno de los elementos más influyentes es la edad y la experiencia de los empleados. Y al contrario de lo que podría esperarse, son los jóvenes entre 25 y 34 años los que muestran la menor motivación en la fuerza laboral actual. Sorprendentemente, hasta un tercio de este grupo afirma que ir a trabajar le provoca angustia, y apenas un 59% se siente contento y motivado en su empleo. Además, son quienes reportan mayores niveles de estrés.
Esta disparidad puede deberse a diversas razones. Los trabajadores más experimentados, debido a sus carreras laborales consolidadas, suelen sentirse más seguros y confiados en sus habilidades y en enfrentar desafíos laborales. A esto se suma su mayor estabilidad, tanto en lo laboral como en lo personal, lo que influye en su percepción general.
Percepción pesimista y panorama incierto
Para la generación de profesionales jóvenes, los millennials, el sentimiento predominante es que les ha tocado afrontar condiciones laborales desfavorables. A diferencia de sus padres, quienes tuvieron sueldos moderados junto con estabilidad laboral y unos horarios predecibles, los millennials se enfrentan a un mercado altamente competitivo, formado y ambicioso, con largas jornadas laborales y precariedad. O, al menos, así se traduce en la citada encuesta: tres de cada cuatro trabajadores de esta generación consideran que tienen una carga laboral excesiva, y cerca de un tercio siente angustia al ir a trabajar.
A muchos de estos jóvenes, que han crecido en un contexto de crisis económicas recurrentes, les acompaña el desencanto y el pesimismo. La tasa de desempleo juvenil sigue siendo alarmante, con alrededor del 30%, y las perspectivas futuras no son alentadoras: inflación, conflictos internacionales y la creciente automatización. Incluso entre aquellos que están empleados, aproximadamente un 20% busca activamente nuevas oportunidades laborales, una tendencia menos común en trabajadores más experimentados.
Indudablemente, el salario es un factor clave. Todos los grupos de edad coinciden en que la remuneración total es la principal fuente de insatisfacción (lo menciona cerca de la mitad de los encuestados), seguida de la falta de reconocimiento y recompensa por los esfuerzos realizados. No obstante, otros beneficios también son altamente valorados, como la flexibilidad horaria, oportunidades de desarrollo profesional, seguro médico y formación subsidiada por la empresa, entre otros. Aunque se ha avanzado en este sentido, todavía queda un largo trecho por recorrer para satisfacer estas expectativas, según la percepción general de los trabajadores.
Desde la perspectiva empresarial, el desafío de encontrar, atraer y retener talento es igualmente abrumador. En los últimos años, se ha evolucionado desde ‘ofrecer el mejor producto o servicio’ a ‘ser el mejor lugar para trabajar’, siendo esenciales para las organizaciones las estrategias de employer branding. Esta transición es acertada, ya que los empleados satisfechos generan los mejores resultados. Cada vez más compañías tienen claro que cuidar del bienestar de sus empleados no solo mejora su motivación, sino que también aumenta el compromiso, reduce la rotación y eleva la productividad. El reto radica en personalizar los beneficios para satisfacer las preferencias de cada empleado, y la recompensa por hacerlo, estamos seguros, será rápida e inmediata.