Olvidadas ya las vacaciones de verano, te cuento dos cosas:
Una, que nos queda lo mejor del año, desde el punto de vista, empresarial, digo. El último trimestre para rematar proyectos. Y dos, que tenemos el tiempo justo para adaptarnos a algunas de las nuevas normativas que han entrado en vigor este 2023.
No es que quiera que entres en pánico. Pero, es importante que tengas en cuenta los plazos, especialmente, si hablamos de imperativos legales, porque las consecuencias pueden ser graves.
Tampoco se trata de ponernos tremendistas. “Pórtate bien que viene el coco”. Noooo. Pero, si trabajas en el entorno de los recursos humanos, ya sabrás que, o planificas y organizas, o el día a día, literalmente, te come.
Entonces, respecto a la estrategia que tengas en tu organización, nada que decir. Bueno, sí. Que si no tienes un software de recursos humanos o si estás viendo que hay tareas o actividades que te cuesta la misma vida terminar, es el momento de hacer una auditoria de procesos. Analizar qué haces, cómo y cuánto tiempo/recursos/dinero te cuesta, por ejemplo, gestionar tu plantilla, te ayudará a identificar las áreas de mejora. Y, más aún, te dará pistas muy buenas para buscar soluciones más ajustadas a las necesidades de tu empresa. Y, ¡Ojo! también a las necesidades de tus empleados.
Otra cosa. Si lo que te presiona son los plazos que tienen que ver con las normativas, no dejes nada para el último momento. Las prisas, cuando hablamos de imperativos legales, no son nada buenas. Este año, especialmente hemos puesto el foco, desde recursos humanos, en la trasposición de la directiva Whistleblower de protección al informante. En España ha dado lugar a la Ley 2/2023 reguladora de la protección de las personas que informen sobre infracciones normativas y de lucha contra la corrupción.
Estoy seguro de que, si estás en el tramo de empresas obligadas desde el 06 de junio, ya tendrás tu canal de denuncias plenamente operativo. Shissssss!!!! Si, por lo que sea, no es así, habla con tu proveedor de software de recursos humanos ya mismo.
Si estás en el tramo de las organizaciones que aún tienen tiempo hasta el 01 de diciembre, no te “duermas en los laureles” porque estos dos meses que quedan pasan volando.
Como ya sabes, el canal de denuncias es una herramienta que las empresas de más de 50 empleados deben poner obligatoriamente a disposición de cualquier persona para que pueda denunciar potenciales infracciones. Bueno, infracciones, conductas delictivas, comportamientos inapropiados o cualquier otro hecho denunciable. Las multas por no tenerlo habilitado pueden alcanzar el millón de euros. Y, en cualquier caso, por ponerlo en positivo, el canal de denuncias corporativo favorece la transparencia y ayuda a prevenir ilegalidades. Ya, solo con eso, debería ser suficiente para implementarlo.
Ahora bien, aunque poner en marcha el canal de denuncias no es complejo, sí que se deben tener en cuenta algunas cosas para hacerlo bien. Te cuento:
- Debe ser público, accesible y transparente
- Tiene que garantizar la confidencialidad y el anonimato del informante si así lo quiere
- Las denuncias se tienen que poder hacer por escrito de forma verbal
- Las empresas tienen que designar a una persona como responsable del canal para que gestione y haga el seguimiento de las denuncias
- Hay que integrar todos los canales de información en uno solo y diferenciar el sistema de información de otros sistemas de comunicación internos
En definitiva, septiembre es el mes de los reencuentros, de los regresos, de los principios, … Pero, también es el mes de las prisas. No te dejes arrastrar por lo urgente y déjate “seducir” por lo realmente importante. Y tú, ya sabes tan bien como yo, que en RR.HH. lo realmente importante son las personas. Por lo tanto, pon el foco en ellas, en proporcionarles las herramientas -y la información- que necesitan para hacer mejor su trabajo. También para “disfrutar” de su vida laboral. Para planificar su desarrollo y su carrera. Y, en definitiva, para marcar la diferencia entre una plantilla que trabaja por obligación y otra que lo hace con satisfacción.