RRHH Digital. Cuando Pedro salió del despacho de su jefe era un mar de incertidumbre, la noticia le había sentado como un jarro de agua fría una noche de enero a la intemperie.
Se sentía hundido y no sabía cómo afrontar su situación, al final de la conversación con su jefe, éste le había soltado la frase demoledora, “Pedro he perdido la confianza en ti”.
La creencia que le había transmitido su jefe se basaba en que no le reconocía capacidad para actuar ante la nueva situación a la que se enfrentaban en la compañía, estaba dolido y resentido con su jefe, ¿cómo era capaz de soltarle tal sentencia?
Era lunes, regresó a su casa como de costumbre, pero su sensación de sorpresa y angustia le llevaba al resentimiento y le impedía aceptar lo que había sucedido.
Él que siempre había sido leal a la empresa, él que siempre había dado lo mejor de sí mismo, ¿qué había pasado para que la empresa le respondiera con semejante pago?
Camino de casa recordó que hacía unos meses, cuando había asistido a un curso sobre management y liderazgo, una de las ponencias versaba sobre herramientas conversacionales aplicadas a la gestión y que el ponente había tratado sobre el tema de la confianza.
Normalmente, lo que se trataba en esos cursos o “acciones de desarrollo” como se denominaban en su empresa, no le aportaban más que una buena carpeta, llena de documentación, para poner en la estantería de su despacho, por si acaso….
Sin embargo, lo tratado en esa sesión le había llamado la atención. En aquel caso, le habían hablado de la generación de acción del lenguaje, de las herramientas de gestión basado en las competencias conversacionales y de cómo trabajar ciertos aspectos como la escucha, las etiquetas, los juicios y creencias, la confianza….
Llegó a su casa, su enfado y dolor con la situación no le ayudaba a pensar, necesitaba una excusa para no actuar y la encontró en la televisión. Ponían la versión del 2002 de la película “Las cuatro plumas”, pensó que un poco de cine bélico clásico le ayudaría a inhibirse.
Viendo la película empezó a entender que al igual que el honor, la confianza era muy fácil de perder y muy difícil de recuperar.
Pensó en lo que le había ocurrido al teniente británico Harry Feversham, ya que él también se encontraba en una situación parecida. Harry admite la justicia de la acusación y, en vez de resignarse a sufrir un destino de paria, resuelve redimir su falta y reconquistar a su amada, o por lo menos su consideración.
Pedro acababa de encontrar un referente para volver a sonreír, para recuperar su autoestima y el lugar que él entendía que no debía de haber perdido de cara a la relación con su jefe.
El también tenía que devolver cuatro plumas, pero no desde la angustia y la revancha, sino desde la acción y la consecución de hechos que le llevara de nuevo a recuperar la tranquilidad y la responsabilidad de sus actos.
Después de ver la película, lo primero que hizo, fue dibujar en un papel “sus cuatro plumas” y las definió con las siguientes palabras:
•Competencia: configurada como todos aquellos comportamientos formados por habilidades cognitivas, actividades de valores, destrezas motoras y diversas informaciones que hacen posible llevar a cabo, de manera eficaz, cualquier actividad.
•Confiabilidad: establecida como la capacidad de desempeñar una función requerida, según las condiciones establecidas.
•Sinceridad o Credibilidad: modo de expresarse libre de fingimiento y donde los compromisos contraídos de manera privada por quien hizo una promesa, concuerdan con los compromisos y manifestaciones públicos.
•Confianza: como herramienta necesaria para construir relaciones, basada en los tres pilares anteriores.
Hasta ese momento, se podía calificar que su desarrollo profesional se había desarrollado con éxito. Analizó su vida personal, también el resultado le era satisfactorio, sabía que ambos caminos no circulaban de manera divergente, sino que transcurrían y confluían de manera conjunta, por lo que comprendió que, aunque el camino era tedioso, con esfuerzo, sería posible devolver en sentido figurado la “cuarta pluma” y recuperar la confianza perdida.
Sabía que para recobrarla tenía que ponerse en acción y analizar qué pilar era el que había fallado y reforzar sus acciones en esa función.
En su caso tendría que trabajar en primer lugar sobre la pluma de la confiabilidad, entendiendo la misma, como la expresión de seguridad en su actividad para que ésta operara de forma exitosa en las funciones específicas que tenía encomendadas.
Pedro, analizó que en los últimos tiempos las circunstancias le habían lconducido a ser incapaz de cumplir con lo prometido y ello había afectado a sus resultado, esto le llevó a creerse culpable e incapaz de realizar de manera óptima sus funciones.
Concluyó que para recuperar la confianza de los demás, en este caso la de su jefe, lo primero que debería hacer era recuperar la capacidad de confiar en sí mismo y en sus propias capacidades.
2 comentarios en «Las cuatro plumas»
No podemos perder la Autoestima.
Saludos
Felicidades por el artículo
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