RRHH Digital. De autoritaria a sumisa, de negra a blanca, de principiante a experimentada, de “extinguidor de incendios” a ángeles de la guarda, todas las participantes del desfile de millones de secretarias en todo el mundo, conquistaron ese singular lugar en las organizaciones públicas y privadas, gracias a su formación profesional, su inherente competencia y simpatía – triángulo del éxito. En el transcurso de un seminario realizado para unas trescientas secretarias, fuimos constantemente preguntados y la pregunta que más se destacó por su amplitud y profundidad fue: ¿Cuál será nuestro futuro profesional? ¿Ser una secretaria virtual o simplemente una ex secretaria?
Reiteramos lo que respondimos en ese evento, que una gran cantidad de las responsabilidades de la profesión puede ser encontrada en el Libro de los Proverbios, en las antiguas civilizaciones griegas y egipcia, atribuciones que deberán perdurar a través de los tiempos. No visualizo la pérdida de importancia del nuevo ropaje de la profesión, la cual se transformó en una vía que abre espacio para vuelos más altos, dentro de las organizaciones. Hasta en películas como “Una secretaria del futuro”, interpretada por Melanie Griffith, que hace el rol de una eficiente, pero exageradamente ambiciosa secretaria ó de “Locura de Amor”, donde la exuberante Marilyn Monroe compartió la escena con el increíble Groucho Marx, o de “Amor Electrónico” con la excepcional actriz Katerine Hepburn, o también en la novela brasilera – La Indomada – con la grotesca Mérilu, se puede encontrar ingredientes especiales, sobre la receta del éxito en tan atrayente profesión.
Observando los requisitos indispensables de una secretaria en una gran empresa internacional, de un profesional independiente o de una pequeña empresa, llegamos a la conclusión que lo esencial se resume en la conducta ética, competencia técnica y habilidad inherente. Con las profundas transformaciones estructurales y tecnológicas provocadas por la globalización, el futuro de estas profesionales continúa ligado al significado (en latín), de la palabra original – secretum, aquella que guarda el secreto de otros – conduciéndola a la figura de una asesora ejecutiva, con todas las prerrogativas del cargo. El éxito en la carrera pasa obligatoriamente por la realización de cursos específicos de secretariado y por la continua participación en eventos y actividades que potencian su talento y elevan su desempeño.
La habilidad en la operación de los modernos medios de comunicación electrónicos, con sus procesadores de texto, Internet, los software más sofisticados, Intranet y otros dispositivos han contribuido a conseguir la excelencia en la gestión de las empresas, de todos los tamaños y actividades. La fusión de empresas multinacionales pone en evidencia que el inglés se ha vuelto obligatorio, pero, ser fluente en más de un idioma, puede significar la diferencia que hará diferente la ascensión en una carrera. La búsqueda incesante en la reducción de costos operacionales ha exigido que una sola funcionaria atienda varias Directorias, o sectores en una empresa, desempeñando una multiplicidad de tareas, que se han visto facilitadas por la forma de ser de la mujer, que siempre exigió de ella misma, la tan mentada empleabilidad, aún cuando ese término nunca fue usado en el mercado de trabajo.
Saber aplicar los fundamentos de la administración de empresas, estar en sintonía con la planificación estratégica, primar por el relacionamiento interpersonal con los clientes/proveedores internos y externos y, principalmente, tener habilidad para tratar con la imprevisibilidad del Jefe, son componentes de una figura que, cada vez más, gana una silueta gerencial. Recordando que la prioridad cero de una secretaria exitosa es saber, exactamente, lo que ella nunca debe hacer, cerramos con la frase preferida de aquella comediante de la TV brasileña – “está demostrado de que yo no soy apenas un rostro bonito, es más, aquí hay mucha cabeza en juego”
Los comentarios están cerrados.