No se debería buscar innovación tecnológica sin tener en cuenta la gestión de los recursos humanos.
La innovación está de moda, se habla de ella, se imparte formación, se subvencionan proyectos, se publican libros y artículos. Sin embargo la gran mayoría de pequeñas y medianas empresas se sienten alejadas sino apartadas de este objetivo reservado a empresas con recursos suficientes como para destinarlos a I+D+i.
Aunque no existen barreras formales para la innovación en las PYME, no les resulta fácil poner en marcha proyectos denominados de “innovación”, demostrar sus futuros beneficios y acceder a esa jugosa bolsa presupuestaria dedicada a la innovación que todos sabemos que existe pero de la que sólo unos pocos se benefician.
Innovación tecnológica es un término muy amplio, tanto como lo es el término tecnología y puede ser discutible el que una actividad o proyecto pueda ser considerado tecnológico; en este sentido cabe una reflexión ¿Se puede considerar innovación tecnológica a cualquier tipo de actividad innovadora que pone en marcha una empresa de tecnología?, ¿Aunque la misma no esté directamente encaminada a la mejora de un producto o servicio Tecnológico?
Según la Real Academia de la lengua española, el término tecnología presenta cuatro acepciones “a) conjunto de los conocimientos propios de un oficio mecánico o arte industrial, b) tratado de los términos técnicos, c) lenguaje propio de una ciencia o arte, d) conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto”. Desde una perspectiva económica y empresarial la aplicación de estas acepciones a las anteriores interrogantes resulta en una respuesta positiva.
No deberíamos tratar de buscar innovación tecnológica sin tener en cuenta la organización y gestión de los recursos materiales y humanos que permitan acometerla de la manera más efectiva y eficiente posible, incluyendo actividades técnicas, de diseño, fabricación, gestión y comerciales necesarias para el desarrollo y puesta en el mercado de nuevos productos y servicios.
Mientras la tecnología no sustituya al hombre por completo, no será posible su existencia sin él, como tampoco será posible innovar en el amplio sentido de la palabra. Este debería ser el principio fundamental de todo proyecto innovador, sea tecnológico o no.
Existen empresas que su principio básico es esencialmente innovador, que aportan a cada proyecto la ilusión de las personas, que buscan a su vez soluciones innovadoras para sus clientes. Las empresas que buscan la excelencia de sus servicios a través de la motivación y la implicación de sus colaboradores, tienen la mejor de las materias primas para abordar proyectos innovadores. Esas empresas existen, nacieron, se desarrollan y demuestran, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, que sus proyectos son realmente innovadores y tienen proyección de Futuro.
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