Antes de utilizar alguna prueba psicológica para selección de personal, las empresas deben asegurarse de disponer de las autorizaciones de los autores o sus representantes, evitando así caer en prácticas ilegítimas perjudiciales para toda empresa.
Recientemente han proliferado una serie de empresas de software ofreciendo programas dedicados a procesar diversas pruebas psicológicas, incluyendo obviamente en el programa las fórmulas de cálculo facilitando enormemente la automatización de la generación de reportes de los evaluados.
Si bien es cierto, la información disponible de variadas pruebas es de uso generalizado, existen ciertos aspectos que no han sido considerados al momento de lucrar a través de la sistematización de estas pruebas.
La creación de una prueba psicológica considera una alta inversión de tiempo en su desarrollo, asimismo la capacidad del creador en la toma de las mejores decisiones para optimizar los resultados.
En general, el uso de las pruebas psicológicas en el ámbito académico o social es visto como aceptable en general, no obstante al ser utilizadas en el ámbito laboral, en empresas con fines de lucro evidentemente que cuestiona su uso libre. Aún más, cuando existen empresas de software dedicadas a vender y lucrar con estas pruebas.
Sin lugar a dudas, el lucro generado por las empresas de software comercializando las pruebas sicológicas obviando pago alguno de derechos a los autores o representantes de estas pruebas implica un acto ilegítimo, que evidentemente debe ser detenido y regularizado.
Un elemento que hace aún más grave la situación, es que existen empresas de grandes tamaños que hacen grandes inversiones en licenciamiento de sus programas computacionales, y en general disponen de políticas internas muy estrictas de seguridad que implican una serie de sanciones para los empleados que utilicen “programas computacionales sin licencias”, y que curiosamente caen frecuentemente en estas prácticas utilizando pruebas psicológicas carentes de la licencia de sus autores.
Estas empresas, de forma “inocente”, se aseguran del licenciamiento del programa adquirido, pero desconocen o prefieren desconocer las licencias de las pruebas psicológicas contenidas en los programas, quizás por el bajo precio del programa. Lo cual, evidentemente es así ya que estos proveedores de software no consideran el costo asociado a los derechos de autor de las pruebas.
Por otro lado, los reclutadores no juegan el control adecuado y necesario para exigir que todas las pruebas utilizadas en sus procesos cumpla con la documentación suficiente que avale que el uso de las pruebas es legítimo, y/o autorizado por los creadores de los test o sus representantes.
Los enormes perjuicios asociados a estas prácticas ilegítimas están muy documentados, y son más conocidos en la piratería de música, programas computacionales, películas y libros. El uso ilegítimo de pruebas psicológicas con fines de lucro obviando pago alguno a los autores o sus representantes, es una práctica que no se aleja de la piratería de música o libros, generando evidentemente una competencia desleal con las empresas que sí pagan los derechos correspondientes a sus representados, y por otro lado desincentivan el desarrollo de otro tipo de evaluaciones.
A efectos de poder combatir este tipo de prácticas y evitar las posibles sanciones futuras, se recomienda que toda empresa se asegure que sus procesos de selección de personal, considere el uso de pruebas de selección que cumplan con las licencias de los autores o sus representantes. En caso contrario, los reclutadores pondrían en riesgo a su empresa de recibir sanciones legales producto del uso ilegítimo de estas pruebas psicológicas.
Por otro lado, en caso de evaluar el uso de algún programa de procesamiento de pruebas psicológicas, evidentemente el reclutador debe asegurarse que el proveedor disponga de los antecedentes legales que lo autoricen para vender dichas pruebas, evitando así caer en esta perjudicial práctica.
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