RRHH Digital. INTRODUCCIÓN
Es domingo por la noche, y “abres la ventana profesional”. El viernes dejaste tu agenda semanal bien planificada, organizando cuantas tareas, recursos y personas tuvieran que participar en ella, para que los imprevistos fueran los menos posibles y pudieran irse solventando de la manera más eficaz posible, tal y como siempre sueles hacer. Pero esta vez algo te inquieta…”Cierras la ventana profesional”. “Abres la ventana personal”. La vuelves a cerrar.
PRÓLOGO
Es lunes por la mañana y ya el despertador sonó hace un rato. Te diriges al trabajo como todos los días. Te encuentras con algo más de tráfico y el retraso provoca en ti cierto estado de nerviosismo. No importa. LA REUNIÓN no tiene lugar hasta mitad de la mañana y todo está dispuesto. Aunque te gustaría revisar las últimas cifras antes de presentarlas AL DIRECTOR, y también, matizar las conclusiones del informe. Puede que no queden suficientemente claras. Además, aunque confías en tu equipo, un último vistazo a todo el “sistema tecnológico” no estaría mal, “por si acaso”. Este proyecto es muy importante para el departamento y con él conseguirías volver a posicionar al área en el lugar que os corresponde.
Ya sólo falta media hora para la reunión, y todo el departamento anda un poco nervioso, a diferencia de anteriores reuniones. EL DIRECTOR, ha venido en anteriores ocasiones y siempre se ha mostrado como una persona exigente, pero respetuosa y justa. Siempre se ha dirigido a todas las personas con interés y profesionalidad. Pero esta vez, algo se percibe en el ambiente… Algo es distinto…Tú te muestras distinto y te relacionas diferente con el equipo. Finalmente, LA REUNIÓN comienza.
DESENLACE
Después de un comienzo distinto al de otras veces, en el que tu exposición fue algo menos clara en el inicio, (debido tal vez al nerviosismo y a la importancia del proyecto), y una vez superadas con el apoyo de tu equipo las típicas objeciones y modificaciones del DIRECTOR, LA REUNIÓN termina con “un final feliz”.
Ahora te toca comunicar al resto de las personas la buena noticia, y reorientar el proyecto para que, como siempre, entre todos, podáis alcanzar los objetivos marcados, remando juntos de nuevo en la misma dirección.
¿QUÉ HA OCURRIDO? SI AL FINAL TODO HA SALIDO BIEN, ¿QUÉ HA PODIDO INFLUIR PREVIAMENTE PARA “SENTIR” QUE LAS COSAS NO “ESTABAN EN SU SITIO”?
Estamos acostumbrados a planificar nuestro trabajo, somos meticulosos a la hora de realizar nuestras tareas, cuidamos el detalle y a nuestros clientes (internos y externos), creemos en nuestro equipo y sabemos que sin él no llegaremos a buen puerto y en varias ocasiones nos han felicitado por nuestro trabajo, y, ¿por qué no decirlo?, hemos ido alcanzado nuestras metas a base, eso sí, de esfuerzo, implicación e ilusión.
Pero algunas veces aparecen “asuntos transversales” o “longitudinales” (profesionales o personales), o ambos a la vez, y que son del tipo “primera vez”, “prioridad uno”, “relanzamiento”, “hola, estoy aquí”, “jefe-nuevo”, “multitarea”, o “múltiples-temas-personales”, o incluso de “salud”, etc., y que hacen que afecte a un tema muy importante, como es el de la CONFIANZA (AUTOCONFIANZA).
La CONFIANZA, es el esqueleto que sustenta nuestro cuerpo, el que hace que permanezcamos ERGUIDOS. Cuanta más confianza tengamos en nosotros, más derechos y firmes estaremos. Y esto es lo que REFLEJAMOS.
Primero lo reflejamos ante nosotros mismos cuando nos miramos en un espejo. Y esto ya es bastante para salir a andar. Y caminar hacia adelante y seguir avanzando. ¡¡Es una buena fuente de energía e impulso!!
Y también es una imagen que proyectamos a los que tenemos a nuestro alrededor. La confianza que tenemos en nosotros mismos, se transmite (la transmitimos) a los demás.
¡¡Pero cuidado!! También nos auto-transmitimos y reflejamos la falta de confianza y de firmeza en nosotros mismos y en nuestro equipo: Se nos ve en la forma de andar, de hablar, de no comunicar, en la manera de gestionar…
Por eso, es bien cierto que hay que tener confianza en uno mismo: confianza en prepararse bien en todos los aspectos relacionados con el trabajo, en el día a día. Y comunicar al equipo cualquier cambio que pueda afectar (con la debida cautela y reserva, sin levantar falsos miedos), para que puedan conocer la importancia de los proyectos, con la intención de que estén alerta para preparar todo con el suficiente rigor.
De esta forma, generamos también confianza en ellos. Y ganamos de nuevo confianza en nosotros mismos. Es como un efecto boomerang. Además de ganar confianza en ambos sentidos, ganamos seguridad al liberar parte del miedo por no tener las cosas preparadas y a punto.
La previsión, la preparación, la planificación, fortalecen la confianza en nosotros y en los demás y hacen crecer la autoimagen propia y la del equipo. Si nos entrenamos en ello, cuando lleguen esos momentos en que pueda darse alguna de las circunstancias comentadas, estaremos mejor preparados para afrontarlas, y nuestro esqueleto de autoconfianza, tenderá a quebrarse menos, a permanecer erguido durante más tiempo. Y se irá fortaleciendo con el entrenamiento.
Pero hay que ayudarle. Así que, os animo a practicar la AUTOCONFIANZA en uno mismo. Y también en los demás. Un poquito cada día, como los corredores de fondo… Es un trabajo de constancia, esfuerzo y paciencia.
Vuestros huesos os lo agradecerán…
1 comentario en ««Creo estar bien enfocado…»»
Felicito a Inma Casado por plasmar de una manera muy simple, la importancia que tiene la Confianza.
Confianza en nosotros mismos y la confianza ante los demás. Esto reforzado con una planificación de tareas expuestas a toda la plantilla del departamento.
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