RRHH Digital. Todos tenemos ideas a lo largo de nuestra vida. Algunas podrían ser ideas de negocio; y muy pocas serán ideas factibles y lucrativas. “Por eso, cuando crees tener una de estas grandes ideas, lo mejor es actuar según la primera regla del Humanismo: protege a los tuyos (y lo tuyo) y después sal a cazar” – comenta el Sr. Flavio Soares, abogado especialista en tecnología y en propiedad intelectual e industrial, socio de Soares y Ávila Asociados, y promotor del programa de ayuda a emprendedores linktoStart de la Fundación INLEA.
El Sr. Soares nos propone 5 fases para proteger lo tuyo, y luego salir a “cazar tú éxito”:
1. Hacer tangible tu idea: Derechos de autor. Las ideas son intangibles, así que no se pueden proteger. Suelo recomendar a los emprendedores que escriban detalladamente en un documento su idea como si fuera un proceso, un producto o un servicio. El derecho de autor protege la forma mediante la cual se expresa la idea detalladamente; pero cuidado, no protege la idea. Así que no siempre es recomendable y sería adecuado pedir asesoramiento a un profesional en propiedad intelectual.
2. Protección tangible: Patente. Una vez escrito un documento detallando todas las características de tu idea, que se puede proteger o no con el derecho de autor, habría que escribir en código fuente o algoritmo que será utilizado por una maquina u ordenador. Si la idea ya puede ejecutar una función mecánica en una determinada máquina u ordenador, la idea se puede patentar. Para patentar, lo más recomendable es recibir asesoramiento de profesionales en propiedad industrial.
3. El nombre de la idea: La marca. Suelo decir a los emprendedores que el derecho de autor y la patente les protege, pero sigue sin proteger del todo a sus ideas. Porqué sus ideas están incompletas: deben ser vendibles. El primer paso para vender cualquier idea es destacarla en el mercado. Así que necesita un nombre, una denominación, que se protege mediante el registro de marca a nivel nacional, comunitario o internacional, según la perspectiva de crecimiento que tenga el negocio, y obviamente, del presupuesto inicial.
4. Protección comercial: La contratación del know-how. El siguiente paso es preparar la idea para que sea lucrativa. Es decir, desarrollar el plan de empresa, conseguir socios capitalistas, desarrollar la producción y la comercialización. Por consiguiente, es recomendable protegerse mediante contratos con socios, proveedores, clientes y distribuidores. Los emprendedores olvidan a menudo que la mayor protección de sus ideas está en los contratos que firman cuando venden o explotan sus ideas. Si es posible, lo más adecuado sería vender las ideas a través de contratos que incluyan suministro y asesoramiento que permita una explotación más amplia en el tiempo.
5. Consejo profesional. La protección de las ideas y sus fases deben estar siempre supeditadas a la revisión de uno o varios profesionales que conozcan el entorno jurídico económico del sector de la idea de negocio, y que sepan utilizar las herramientas legales disponibles para la consecución de tu objetivo.
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