A principios de 2007 el mundo virtual recreado por Second life alcanzó su máximo tráfico en la red. Los medios de todo el mundo se hacían eco del fenómeno y todos los días nos encontrábamos con alguna noticia en relación a Second Life; los bancos, grandes compañías y no tan grandes, compraban islas en el mundo virtual e incluso los partidos políticos articulaban una parte importante de sus campañas en SL. Muchos recordamos a Gaspar Llamazares haciendo campaña en este medio, donde nos podíamos encontrar también a Segolene Royal, Nicolás Sarkozy o a la candidata a la Alcaldía de Oviedo, Paloma Sainz. En Second Life se organizaron presentaciones de libros, conferencia y congresos, demostraciones de productos, ferias , manifestaciones, “quedadas”, business mettings, fiestas, conciertos multitudinarios,… todo.
Personalmente, nunca conseguí sentirme a gusto en SL. Conseguí crear mi avatar, Berenguela Beaumont, y eso fue de las primeras cosas que me incomodó; no pude usar mi nombre y apellido, sino que necesariamente tuve que elegir entre un listado de apellidos acotado por SL. Por otra parte, pese a no ser nativa digital no me considero especialmente torpe para manejar aplicaciones informáticas, y siempre he podido arreglármelas, más o menos, más bien menos que más, pero me las voy arreglando sin dar demasiada lata a sobrinos y amigos. Sin embargo, me costó casi 3 días conseguir vestirme y tener la apariencia que quería, Entré en Second Life una docena de veces y,… y me aburrí soberanamente. No me interesaba ni ligar, ni gastar dineros absurdamente, no fui capaz de conseguir que me regalasen algunos objetos que afamadas tiendas utilizaban como reclamo para atraer gente a sus islas,… en fin, una sensación bastante frustrante. Y bastante tenía con llevar mi vida adelante como para llevar una doble vida ¡Menudo trabajo!!!!
Hoy, poco más de 3 años después, Second Life ha desaparecido de nuestras vidas, casi tan sorprendentemente como apareció, aplastado por la pujanza de las redes sociales, que han alcanzado cifras de usuarios nunca imaginadas por SL. Muchas empresas ya han cerrado sus “sedes” en el mundo virtual, y se calcula que cerca de un 80 % de los avatares creados por los usuarios están inactivos.
¿Pasará lo mismo con la “fiebre” de las redes sociales? ¿De cuantos grupos de facebook nos hemos hecho fans simplemente porque nos lo ha sugerido un amigo? ¿Cuántos de estos grupos nos aportan algo interesante? ¿Me aburriré de leer cosas que no me interesan en Facebook, o me cansaré de que me lleguen mensajes de Twiter y lo cancelaré todo?
La fascinación que en este momento producen las redes sociales parece alcanzar a todos, y los responsables de comunicación de las empresas se devanan los sesos para tratar inducir tráficos hacia sus respectivas páginas en las redes. Los gurús de la red tratan de entender y explicar el fenómeno y cómo servirse de él, y cada día miles de personas se suman a los adeptos, hasta el punto de haber superado ya el tráfico diario de Google.
La fiebre de las redes sociales se asemeja a la del fallido mundo virtual Second Life., ¿Será su gloria igual de efímera?
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