La crisis económica que atravesamos es más que una simple crisis empresarial. Superarla requiere de todos los agentes económicos, políticos y sociales emprender los cambios y ajustes que nos conducirán a nuevas soluciones en las que de nuevo brille la confianza.
La Asociación de la Empresa Familiar de Alicante, que me honro en representar, está integrada por más de un centenar de empresas. Estas empresas familiares son un motor esencial en el tejido productivo de nuestra tierra. Juntas suman una facturación de 2.600 millones de euros, lo que supone un 8 % del PIB de la provincia. Además, son una fuente de empleo para 11.000 mujeres y hombres, distribuidos en todos los sectores productivos.
Nuestras empresas familiares –de máxima importancia en nuestra economía– no son una excepción en el difícil contexto económico y social actual.
Por sus características estructurales, las empresas familiares son especialmente vulnerables frente a los cambios. Conscientes de estas dificultades, las organizaciones empresariales que las representan han llevado a cabo, especialmente a lo largo de la última década, un extraordinario esfuerzo para promover transformaciones sustanciales en sus estructuras: Desde mejorar la profesionalización del equipo humano y de los sistemas de dirección y organización, hasta aumentar la delegación y descentralización de sus equipos.
Estas reformas, la adecuación y modernización de estructuras han resultado de gran valor para afrontar con mayores garantías de éxito, los obstáculos que nos acechan en el presente.
Por otro lado, cabe destacar que cuentan con un factor diferenciador favorable, ya que la reinversión de los beneficios es más acusada en ellas que en el resto de empresas. Así y todo, también se ven afectadas por el fuerte incremento de la morosidad y el creciente desempleo.
Sabemos que nos encontramos inmersos en una crisis de confianza generalizada, que frena el consumo y desalienta la inversión. Por ello, nuestras empresas necesitan ahora más que nunca aunar esfuerzos con la Administración para alcanzar un objetivo común: Generar los medios que hagan posible la creación de puestos de trabajo y reaviven la actividad económica.
Nos sumamos a la petición de abordar sin demora una reforma laboral que flexibilice el sistema de contratación y posibilite una negociación colectiva más moderna y capaz de responder a las necesidades de las empresas. Apostamos por la formación y por unas políticas activas de empleo que sean más eficaces que las actuales.
Es importante que el sistema financiero agilice el crédito a las empresas. Este va a ser uno de los factores esenciales para reanimar la actividad económica y empresarial de nuestra provincia. De la liquidez de las PYMES depende en gran parte la recuperación empresarial y el fin de la destrucción masiva de puestos de trabajo.
La caída del PIB afecta de forma negativa al desempleo y al desarrollo global de nuestra región. Para incentivar el crecimiento del PIB es importante que se corrija el déficit de la balanza de pagos. Esto implica estimular las exportaciones, factor clave en el desarrollo de nuestra Comunidad.
Por todo ello, desde las empresas familiares reclamamos la puesta en marcha de acciones urgentes que permitan que el empresariado recupere la confianza e iniciativas encaminadas al aumento del consumo y de la inversión, motores clave de la recuperación económica.
Además, estamos convencidos de la imperiosa necesidad de que estas medidas se negocien en un contexto de consenso entre las distintas fuerzas políticas. Proponemos nuevo espíritu que aleje la crispación a la que estamos asistiendo en el presente, que busque el entendimiento y que derive en un nuevo escenario político y social en el que los acuerdos y las soluciones sean posibles.
Solo así podremos recuperar el dialogo social en un marco de estabilidad, imprescindible para que los empresarios avancemos, como siempre hemos hecho, con ilusión y coraje. De ese modo, recobraremos la confianza en el sistema para seguir realizando las inversiones necesarias que garanticen la supervivencia de las empresas, la creación de empleo y la mejora del estado de bienestar.
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