Está claro que el Gobierno ha realizado en el pasado Consejo de Ministros un claro propósito inversor, dedicando nuevos millones de euros para el denominado Plan E. Eso es digno de admiración y, aunque ayuda, parece ser que los expertos recelan de que sea la verdadera solución a los problemas de nuestra paupérrima economía.
A todo ello se une una disputa entre la patronal y los sindicatos por el llamado diálogo social, que tiene paralizados muchos convenios colectivos y que, según parece, empieza a ver la luz o, cuando menos, a despejarse algo el panorama.
Y cuando todo parece que empezaba a marchar por el buen camino viene esta provocación del ministro de Fomento.
¿Son apropiadas estas declaraciones en este momento? ¿Es una provocación gratuita? ¿Va a ayudar o a perjudicar todos los frentes que están abiertos?
El tiempo lo dirá.
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