¿Qué diríamos si el presidente de cualquier patronal empresarial dijera que es una barbaridad fichar a tal o cual directivo pagándole una u otra cantidad? ¿Qué pensaríamos si el máximo mandatario de una asociación empresarial dijera que invertir en una máquina extranjera que es la más cara del mercado se convierte en un desafio para los demás empresarios?
Pues el señor Platini, en el mundo del futbol, un sector empresarial como otro cualquiera, se ha permitido criticar la actuación gerencial de uno de sus asociados.
A partir de aquí, cualquiera podrá hacerlo y empezarán los dimes y diretes que, tan sólo, sirven para que se vendan más diarios deportivos.
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