La franquicia es una fórmula estratégica que fomenta la cultura emprendedora y que puede resultar muy eficaz ejerciendo como agente dinamizador

La actual época está poniendo sobre la mesa algunas de las cuestiones claves sobre la estructura económica y empresarial de nuestro país. Atomizado y con una fuerte presencia de PYMES y emprendedores, el sistema español debe buscar vías que permitan su éxito y mejor desarrollo.  Teniendo en cuenta que el 96% del tejido empresarial español está compuesto por pequeñas y medianas compañías, resulta fundamental buscar fórmulas viables que realmente incentiven la creación de nuevas empresas y apoyen a aquellos que decidan tomar la iniciativa.

Precisamente la franquicia es una fórmula estratégica que fomenta la cultura emprendedora y que puede resultar muy eficaz  ejerciendo como agente dinamizador en un momento como el actual en el que la coyuntura económica limita, precisamente, este tipo de actividad. Con el objetivo global apuntando a la reactivación de la economía resulta especialmente importante fomentar este espíritu y el modelo de franquicia permite reducir considerablemente los riesgos iniciales a los que se enfrenta un emprendedor al iniciar un nuevo proyecto, ya que cuenta con una marca sólida que les respalda, les ofrece su amplia experiencia e incluso un plan de formación específico. Por otro lado, la flexibilidad, rapidez y control de costes de este sistema permite crecer de una manera más organizada y obtener rentabilidad por oficina en un tiempo record.

Con ello, esta nueva fórmula es una ventaja tanto para los clientes como para los franquiciados. Los clientes cuentan con un interlocutor de perfil emprendedor que, como empresario de su propio negocio, aportará las soluciones necesarias para atender sus necesidades de trabajo temporal. El valor añadido que el franquiciado otorga al servicio siempre es superior al de una empresa con otra estructura.  Los franquiciados, cuentan desde el principio, con el apoyo y asesoramiento de la central y con la experiencia de una empresa ya consolidada. Otras ventajas clave serían la rápida amortización del capital invertido, un control de costes por parte del franquiciado, que le permite tener un margen superior al del mercado, la disposición de una cartera previa de clientes, el arranque exitoso, puesto que se basa en una experiencia previa en el sector, y, en definitiva, el poder trabajar con independencia sin las preocupaciones que tienen otros empresarios. En casos como Olympia, por ejemplo, la Sede Central se preocupa del marketing y proporciona los recursos y sistemas necesarios para gestionar con profesionalidad una oficina de trabajo temporal. Ellos disponen de un área geográfica en exclusiva y el soporte necesario para su desarrollo y, de este modo, pueden combinar la iniciativa empresarial independiente con los beneficios y la asistencia continua de una multinacional de trabajo temporal .

Olympia es la única empresa de trabajo temporal en la Península que basa la ampliación de su red de oficinas en el concepto de franquicia, una fórmula muy conocida que ya ha tenido un gran éxito en Holanda.  Desde la implementación de este innovador modelo en el país, se han recibido un gran número de candidaturas por parte de interesados en desarrollar esta nueva fórmula de franquicias y los datos recopilados hasta el momento en las comunidades andaluza y catalana arrojan resultados interesantes sobre el perfil de estos candidatos. Se ha detectado que los perfiles que mayor interés han demostrado por emprender este tipo de nuevo negocio han sido hombres con una media de edad de 40 años, con formación superior y experiencia profesional previa como directivos o mandos intermedios.