1898, año en el que se fragua nuestro desastre colonial. Además de la desaparición de un desgastado Imperio, significó una pérdida de tipo cultural y la renuncia a unos principios. Durante todo el siglo XIX se había mantenido en Cuba una insurrección de forma discontinua donde surgieron personajes y hechos que pasarán a la historia por diferentes motivos: el hundimiento del Maine, el convenio de Zanjón, “las trochas”, Martínez Campos, Weyler, José Martí, Pascual Cervera, Hobson, El Caney, Vara del Rey, Roosevelt… y Calixto García protagonista indirecto del presente artículo.
La cuestión es que nada más declararse la guerra contra España, William Mackinley, vigésimo quinto Presidente de los Estados Unidos, necesitaba enviar una carta a su aliado Calixto García, General de las tropas cubanas insurrectas. La misión parecía imposible, ya que aparte de estar toda la isla ocupada por el ejército español, se desconocía cuál era el paradero del citado General. Parece ser que alguien le comunicó al Presidente que sólo existía un hombre capaz de cumplir con semejante “misión imposible”, su nombre, Andrew Summer Rowan, más conocido como Rowan. La tradición cuenta que al reunirse con el Presidente y exponerle éste brevemente la situación, no se dedicó a hacerle preguntas absurdas; guardó en su presencia la carta en una cartera de hule, la selló y se encaminó directamente a cumplir la misión encomendada. Unos pocos días después Rowan desembarcó en la costa cubana, se internó en sus montañas y al cabo de varias semanas entregó el mensaje al general Calixto García. Sin saberlo acabaría siendo el gran héroe de la guerra de Cuba.
La noticia de dicha acción le llegó, a través de su hijo, a Herbert Hubbert -editor de la revista Phillistine- quedando vivamente impresionado. Así que decidió escribir y publicar un artículo sobre el hecho y sobre el valor de este tipo de personas. Los sucesos se dispararon, llegando Hubbert a perder el control de todo lo que sucedió a partir de ese momento. En los primeros días le solicitaron mil copias del artículo; al cabo de un tiempo la compañía Ferrocarril Central de New York le encargó cien mil más; a continuación fue traducido al ruso al enterarse un príncipe de su existencia; después al español, alemán, francés, chino, turco, japonés… Todo soldado, de ambos bandos, de la guerra ruso-japonesa tenía un ejemplar del mismo. Su alcance llegó a ser de tal magnitud que sobrepasó la cantidad de cuarenta millones de copias en unos pocos años.
Todos necesitamos tener personas de referencia en las que mirarnos, que nos sirvan de ejemplo y estímulo. Personas proactivas, con determinación, que salen a cumplir un objetivo imposible y lo logran sin poner ningún tipo de excusas. Sólo por esta razón pudo tener semejante grado de propagación el mensaje del artículo. Necesitamos personas que nos enseñen que todo es posible, incluso hasta lo considerado imposible.
El artículo escrito por Hubbert fue duro, más bien extremadamente duro, contra determinado tipo de personas y estereotipos, pero en aquellos momentos era lo que todo el mundo quería que se expresara con claridad; les gustaba leer lo que ellos mismos hubieran deseado decir abiertamente.
Hay momentos, como los actuales, en los que el valor que puedan aportar las personas con determinación toma un mayor significado. Éstas son aquellas que tienen iniciativa, son decididas y resolutivas, tomando las decisiones adecuadas con prontitud.
Los hechos nos muestran la importancia que a lo largo de la historia se ha dado a las personas que poseen determinación. Resulta esencial contar con este tipo de personas en todos los ámbitos, ya que frente a cualquier situación, incluso adversa, sabemos que podemos confiar en ellas, básicamente nos sirven de inspiración.
Intentando ir un poco más lejos, me puse en contacto con varios expertos en selección, preguntándoles como afrontan o afrontarían un proceso en el que una empresa buscara esta característica como elemento primordial para la selección. He elegido dos: en el primer caso, Alberto Blanco, Director de Actual Grupo, me señaló que no se trata de un comportamiento directamente observable, sino que se compone de varias variables. Considera que no es medible de forma «universal» en todos los procesos y en todas las organizaciones. Su opinión es que la clave en este caso es analizar la definición que un cliente pueda tener sobre la determinación, y después descomponerlo en variables directamente observables que se puedan identificar y medir en un proceso de evaluación, con fiabilidad y validez. En el segundo caso, Francisco Cerdá, Director de Carreras Profesionales del Instituto de Empresa, me comentó que en primer lugar habría que delimitar de una forma muy clara los conceptos, aunque este caso en particular lo resolvería a través de una entrevista personal con preguntas cuidadosamente seleccionadas para esta ocasión concreta. En todos los otros casos en los que realicé consultas sobre el caso les pareció una característica clave en todo tipo de puestos y más en estos momentos.
Quisiera finalizar con una cita de Calvin Coolidge sobre la perseverancia y la determinación, para que ustedes decidan si están de acuerdo: «No hay nada que ocupe el lugar de la perseverancia. Ni el talento: nada más frecuente que personas de gran talento que no tienen éxito. Ni el genio: los genios incomprendidos son casi el pan de cada día. Ni la educación: el mundo esta lleno de personas educadas en la ruina. La perseverancia y la determinación son por sí mismas omnipotentes. El lema de “seguir adelante” ha solucionado y solucionará siempre los problemas de la raza humana.»
Nota del autor:
El famoso artículo siempre ha sido conocido como “Una carta para García” o “Un mensaje para García”, pero un buen amigo me solicitó casi como un favor personal que le pusiera el nombre completo al General. Lo cierto es que inicialmente me sorprendió, pero es algo que he llegado a comprender perfectamente. Se presenta una buena oportunidad para honrar su nombre, así que queda dedicado el presente artículo a la memoria del Mayor General Calixto García Iñiguez, héroe nacional cubano, y a todas las personas que como Andrew Summer Rowan, luchan en sus empresas -en el anonimato- con la mayor de las determinaciones.
Los comentarios están cerrados.