La sabia naturaleza ha hecho que nuestro cerebro, a través de miles de años de evolución, haya ido aprendiendo una serie de reglas generales (“shortcuts”) que nos hacen la vida más fácil.
La mente consciente puede prestarle atención a tres cosas a la vez simultáneamente y es capaz de procesar 40 estímulos (información proveniente de 40 nervios) por segundo.
La mente inconsciente procesa un millón de veces más información que la consciente y recibe hasta 40 millones de estímulos por segundo de forma simultánea.
Las mejores decisiones se toman en base a una o dos importantes razones o motivos para tomarlas. No necesitamos 10, tan solo una o dos.
En esto se basa una de las disciplinas poco conocidas que se emplean para la investigación y el desarrollo matemático, la heurística (cognición heurística), también conocida como teoría de la regla general.
Desde el Instituto Max Plank de Berlín se realizó el siguiente experimento.
Se hizo la siguiente pregunta a los estadounidenses:
¿Qué ciudad tiene más habitantes, Detroit o Milwaukee?
El 60 % se inclinó por Detroit (que es la respuesta correcta), pero el resto optó por Milwaukee.
Luego hicieron esta misma prueba con alemanes, que sabían poco sobre Detroit, y la mayoría ni siquiera había oído hablar de Milwaukee.
Lo sorprendente es que prácticamente todos, el 90%, acertaron las respuesta.
¿Cómo es posible que las personas con menos información realicen sistemáticamente mejores inferencias que las que saben más cosas?
Aquí se aplica una regla general muy sencilla, que se denomina heurística de reconocimiento: “escoge lo que conozcas”.
Los alemanes habían oído hablar de Detroit, pero no de Milwaukee: ése es el motivo. La ignorancia parcial puede ser útil, y siempre sucede así cuando, en el mundo real, el reconocimiento del nombre está correlacionado con lo que se quiere saber.
Esto es aplicable a las predicciones deportivas. Se han realizado estudios en los que personas muy ignorantes han hecho predicciones sobre los resultados de determinados, y sistemáticamente sus predicciones son igual de buenas que las de los expertos, y a veces mejores, porque disponen de conocimiento parcial y, por tanto, pueden basarse en estas reglas generales tan sencillas y poderosas.
La heurística también se conoce como el arte o la ciencia de resolver problemas desde la creatividad. Si no encuentras una solución, haz como si ya la tuvieras y desarrolla una deducción a la inversa. Esto es lo que también se conoce como “El método Merlín” ampliamente utilizado como herramienta en coaching y en PNL.
A la hora de fijarte un objetivo y valorar el mejor camino para alcanzarlo, el método Merlin propone “subir a lo alto de la cima”. Pensar que ya has conseguido ese objetivo. “Mirar desde arriba” y ver cuál es el mejor camino para ascender. “La altura” (la emoción) desde la que observo me va a dar una más clara perspectiva para tomar opciones.
Cuando aplico este método, en ocasiones, se puede dar la paradoja del inventor, es decir, a veces el resultado más ambicioso es aquel que tiene más posibilidades de éxito.
La intuición se basa en principios sencillos que ignoran mucha información. Es un fenómeno que alimenta la serendipia, que es un conocimiento previo sin justificación racional alguna, o también conocido como un descubrimiento científico afortunado. Se trata de un sinónimo de la castiza palabra “chiripa”.
El término serendipia deriva del inglés serendipity, neologismo acuñado por Horace Walpole en 1754 a partir de un cuento persa del siglo XVIII llamado “Los tres príncipes de Serendip”, en el que los protagonistas, unos príncipes de la isla Serendip (que era el nombre árabe de la isla de Ceilán, la actual Sri Lanka), solucionaban sus problemas a través de increíbles casualidades.
Algunos ejemplos de serendipia los encontramos entre los más conocidos descubrimientos científicos y algunos relatos literarios:
El Principio de Arquímedes fue descubierto al introducirse en una bañera y observar cómo su cuerpo desplazaba una masa de agua equivalente al volumen sumergido; gritando entonces la famosa palabra: ¡eureka!
Jonathan Swift describió dos supuestos satélites naturales de Marte en su libro Los viajes de Gulliver, de 1726. Voltaire también mencionó en un relato fantástico de 1752 que Marte poseía dos lunas. El descubrimiento de los dos satélites marcianos, Fobos y Deimos, no ocurrió hasta 1877.
En el ámbito empresarial los managers toman continuamente decisiones basadas en su intuición. No tienen todos los datos y no necesitan tener todas las variables despejadas. Para esto les pagan. Tomar decisiones cuando tenemos todos los detalles necesarios para poder elegir adecuadamente lo hace cualquiera.
Pero ¿en qué consiste liderar desde la intuición?.
Para llegar aquí primero hemos de definir lo que es liderar:
Liderar es hacer triunfar utilizando el arte de coordinar acciones, personas y recursos para generar resultados. Por tanto liderar desde la intuición es coordinar acciones, personas y recursos para generar resultados, basándonos en un par de buenas razones y dejándonos influir por nuestras emociones.
¿Cuántos managers cultivan su intuición a la hora de liderar?.Y en estos casos ¿cómo lo hacen?.
La única forma para un aprendizaje consciente es adoptar un estado de “presencia” a la hora de tomar decisiones, identificar las razones fundamentales utilizadas que nos han llevado a elegir ese comportamiento, y no otros, qué emociones me impulsan por ese camino y finalmente valorar su resultado.
La intuición es también una poderosa herramienta del coach, y como tal, está contemplada su utilización dentro de las 11 competencias que define la ICF (La International Coach Federation).
La competencia 4ª menciona la necesidad del coach de “estar presente en el proceso de coaching”, y en relación a esto, uno de sus apartados dice explícitamente:
“El Coach deberá utilizar su intuición y confiar en su saber interno. Hará caso de sus corazonadas”
Mi intuición me dice que este breve resumen aproximativo a la intuición, una hipótesis sobre su origen y su aplicación al liderazgo es suficiente para los fines que persigue el documento, es decir, para la sensibilización de los lectores en torno a esta poco explorada habilidad que tiene el ser humano.
Que vuestra intuición os conduzca al éxito
1 comentario en «Liderando desde la intuición (II)»
Como siempre……Impresionante
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