Una delgada línea separa la demencia de la cordura cuando un líder toma decisiones bajo presión. La intuición es un preciado tesoro que cuando escasea, convierte al líder de éxito en un manager del montón.
La intuición es como un “saber” que no proviene de un camino racional y que no puede explicarse. Las intuiciones se pueden presentar habitualmente como reacciones emotivas repentinas a determinados eventos o sensaciones, a veces corporales.
Realmente lo que hace el manager sin darse cuenta es utilizar su capacidad de “feed forward”, entendida ésta, como una capacidad predictiva, no cognitiva, proveniente de experiencias anteriores almacenadas en su subconsciente.
En definitiva la intuición es un conocimiento inconsciente que a pesar de no ser racional influye sobremanera en la forma en la que se construyen estructuras racionales.
Desde el coaching acompañamos a profesionales para que tomen consciencia del poder de su intuición irracional.
A veces una buena razón es suficiente para tomar una decisión.
Cuando el pasado verano disfrutaba de unas fantásticas vacaciones en Nepal con mi familia, hicimos una parada para conocer la Selva de Chitwan, uno de los Reales Parques más conocidos de Asia y asequibles desde Katmandú, a través de un accidentado y sinuoso recorrido por carretera.
En este Parque, una de las actividades que contratamos fue un recorrido de media jornada por la selva a lomos de un elefante. Yo pensaba que se trataría de la típica actividad organizada para turistas donde veríamos una línea interminable de paquidermos transportando a un sinfín de turistas ávidos por conseguir unas buenas fotos y por un camino perfectamente señalizado. Mi a agradable sorpresa fue que nos presentaron a un lugareño, dueño de un elefante, que nos guió tan sólo a nosotros a través de una frondosa selva apartando la vegetación a manotazos.
Yo no entendía como nuestro guía era capaz de saber por donde íbamos. A veces se paraba y, adoptando una postura erguida, trataba de otear el horizonte. Compleja labor en esas circunstancias. A veces desmontaba del animal y buscaba huellas bajo el agua mientras evitaba las abundantes sanguijuelas del lugar. Incómodos y desagradables parásitos tan habituales por aquellos lares.
Cada vez que volvía a montar, azuzaba con decisión a nuestro medio de transporte en una determinada dirección. ¿Cómo sabe por dónde ir?.¿Qué información utiliza para tomar decisiones?.
Verdaderamente su labor tuvo éxito porque fuimos capaces de avistar y acercarnos sin dificultad a buena parte de la fauna de la zona. Ciervos, jabalíes y rinocerontes fundamentalmente.
De regreso al hotel, pude hacerle esas mismas preguntas al guía local, amigo y vecino del guía y dueño del elefante, y éste me respondió sin dudar “es fácil, utiliza su intuición”.
Ciertamente la intuición nos ayuda a tomar y a simplificar determinadas decisiones.
Pero….. ¿cómo funciona?
Hay quien dice que la intuición es irracional. Mi opinión es que la intuición es racional aunque inconsciente. Tiene una base experiencial y está muy relacionada con la memoria del subconsciente.
Yo la defino como nuestra capacidad predictiva, pero no cognitiva, que proviene de experiencias del pasado donde nos hemos encontrado con situaciones, personas o cosas que tenían características similares a las que nos enfrentamos en el presente. De alguna forma es lo que podríamos llamar nuestro “feed forward”, es decir nuestra capacidad de adivinar en determinadas circunstancias.
La mala noticia es que hoy por hoy no tenemos el poder para controlar esta capacidad.
Por todos conocida es la habilidad que tienen algunos hombres trabajadores del campo para predecir el tiempo que va a hacer. Si lloverá en el día de hoy.
En alguna ocasión en la que he disfrutado de un fin de semana en alguna bonita región del interior español, me he levantado y, mirando al cielo, he dicho “la que va a caer”. Me preparo para combatir la lluvia. Impermeable, paraguas y el resto de artilugios para la situación y al salir me tropiezo al lugareño que me dice “hoy no va a caer ni una gota. Esas nubes no traen agua”. Yo pienso que debe haber perdido el juicio porque el horizonte está negrísimo. Sin embargo conforme avanza el día me doy cuenta que el buen hombre tenía razón.
¿Cómo lo sabía?. ¿Qué conocimientos tiene para hacer tal predicción?.
Ninguno en particular. Sólo el que proviene de su experiencia. El haber heredado sabiduría de su padre y de su abuelo y mirar al cielo cada mañana para después comprobar que es lo que ocurre. La experiencia como precursora de la intuición.
Cuanta más experiencia tenemos en un determinado ámbito, más intuición desarrollamos en relación a ese ámbito.
El viejo refranero español dice que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”, lo que se podría traducir por “más intuición desarrollamos cuanto más experiencia vamos acumulando”
No tiene nada que ver con nuestra clase social ni con nuestro entorno cultural. Tiene que ver con la cantidad de circunstancias vividas y gente conocida en un determinado ambiente. A más experiencia, más intuición.
Nuestra razón lanza de forma inmediata e inconsciente, hipótesis y modelos en relación a lo que observamos, lo compara con el pasado y en base al resultado toma una decisión.
Como estudioso y apasionado del papel que desempeñan nuestras emociones en nuestra vida, me he preguntado y tengo alguna hipótesis de la incidencia que estas tienen en relación con la intuición.
Detrás de toda intuición siempre hay una emoción y, a su vez, ésta, siempre es la precursora de una acción.
La etimología latina del vocablo emoción es “emovere”, el impulso que nos induce a la acción
El mecanismo sería el siguiente:
1. Observamos un evento con personas, cosas y circunstancias como protagonistas.
2. Nuestra mente de forma inconsciente lo compara con patrones vividos en el pasado
3. Nuestra razón lanza una hipótesis de lo que puede acontecer
4. Se dispara una emoción
5. Se produce una acción (comportamiento)
Afortunadamente en todo este mecanismo, la racionalidad juega un papel desde el subconsciente. Cuando la racionalidad es consciente, corremos el riesgo de bloquearnos.
Cada día hemos de tomar un montón de pequeñas decisiones.
¿A qué hora me levanto?, ¿qué ropa me pongo?, ¿qué color de corbata elijo?…etc.
Muchas de ellas son decisiones que tomamos desde la intuición.
Os habéis parado a pensar si para cada una de estas pequeñas decisiones dejáramos actuar libremente nuestra racionalidad y esta nos condujera a hacernos una lista de los pros y de los contras de tomar una decisión u otra.
¿Me pongo la corbata azul o la corbata verde?. ¿Medias lisas o con costura?. Nos volveríamos locos. Cada uno de los detalles valorados nos llevaría a tomar una decisión o la contraria…………….. nos bloquearíamos.
Qué nos ocurre cuando llegamos temprano a un restaurante con unos amigos y el servicial maître nos ofrece la posibilidad de elegir mesa entre las muchas posibilidades que ofrece el restaurante casi vacío.
Esa no que está muy cerca de la puerta, aquella está en lugar de paso, allí va a hacer demasiado calor por la chimenea…etc. En ocasiones son el origen de disputas, pequeñas luchas de poder por llevar la voz cantante que generan un malestar nada más comenzar nuestra, apriori agradable velada entre amigos.
Con lo sencillo que es que nos conduzcan a una mesa y nos digan “esta es su mesa”. Y todos tan contentos.
Y cuando vamos aparcar nuestro coche y por “intervención divina” tenemos toda una calle donde elegir. ¿Dónde lo dejo?. En la esquina no que aunque es lo más cercano a la tienda me pueden multar. Al lado del semáforo no que algún despistado me lo puede rayar. En medio tampoco que hay un charco y me lo van a poner perdido… etc.
Que sencillo es cuando llegamos y tenemos la fortuna de encontrar sólo un justo hueco de aparcamiento. “El hueco”. Se acabaron los problemas. A por él que me lo quitan.
Cuantas más opciones más conflictos tenemos
La gente piensa que la libertad es tener la capacidad de elegir entre diferentes opciones. El otro día un maestro Zen me enseñaba que la verdadera libertad es no tener que elegir.
Desde nuestra educación judeo cristiana se nos ha enseñado que una de las maravillosas prebendas del ser humano es el libre albedrío. Yo discrepo radicalmente. En cualquier caso el ser humano sólo podría utilizar su libre albedrío para utilizar su capacidad de elección entre aquellas posibilidades que conoce existen. Nunca podré elegir o podré tomar un camino del que desconozco su existencia.
Esto significa que ¿cuánta más información tenga mayor es mi libre albedrío?. Probablemente, pero esta es ya otra historia………………….
10 comentarios en «Liderando desde la intuición (I)»
Ciertamente, vale la pena detenerse en la intuición, y distinguirla de lo que no es intuición. Yo empecé a interesarme más tras leer algunas «definiciones» de Parikh y de Vaughan (también de Goleman), porque otras definiciones me parecían superficiales, y otras limitaban, en mi opinión, su dimensión múltiple.
Sí, creo que vale la pena cultivar esta facultad, sin perjuicio del análisis racional de cada mensaje intuitivo. La intuición genuina ha conducido a grandes éxitos y avances, y también podemos decir que algún fracaso clamoroso se ha debido al bloqueo de la expresión intuitiva.
Gracias, Jorge, por traernos la reflexión.
Gracias por el artículo
Venimos de un mundo que vivía de espaldas al conocimiento intuitivo, pues todas las decisiones debían ser fundamentedas mediante cifras y datos.
En momentos de cambio, el poder predictivo de las cifras y datos no funciona, por lo que necesitamos recurrir a otras fuentes de conocimiento
Si la intuición funciona, adelante
Jorge, como siempre, excepcional. Nunca defraudas.
Marta García
Enhorabuena por la reflexión!
Tengo curiosidad por leer la segunda parte. ¿Cuándo la publicarán?
Intuyo que la segunda parte será igual de buena, garcias, impresionante.
Buena reflexión la que haces de la intuición, siempre se ha dicho que la veteranía es un grado, en cualquier campo de la vida, no obstante, si a la intución le agregamos el sentido común, casi nunca fallaremos.
Buena lección nos das sobre la intuición, sigue sorprendiendonos, excepcional, sin palabras.
Sencillamente……….Jorge.
Siempre estaremos aprendiendo de tí.¡Qué pena no estar más tiempo a tu lado!
Enhorabuena Ramón por tener un cuñado con un conocimiento tan amplio del pensamiento………..Jorge, sólo añadir lo siguiente somos el resultado de nuestros pensamientos, si sentimos y creemos , y desprendemos emociones obtendremos lo que deseamos, es la ley de la atracción, la fisica cuántica. El universo tiene de sobra para todos , sólo hay que saber utilizar la mente y nuestros pensamientos, somos lo que pensamos y sentimos……….tú vida está en tus manos, sólo tienes que pensar como te gustaria que fuese……….ésto sólo lo conocen unos pocos.Muy agradecida
MªJosé arias
Granada
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