O peor. Terminaron la Semana Santa y los días de descanso, en la mayor parte de España, y nada ha cambiado. EREs, nuevos parados, cierres de empresas, ceses de actividad de autónomos, deslocalizaciones, sindicatos mudos y el mismo e inactivo Gobierno.
El mismo Gobierno, sí; porque, aunque haya cambiado, con alevosía y nocturnidad, en plenas ‘vacaciones’ de Semana Santa, con las esperadas filtraciones previas a la prensa, no alcanzo a entender el por qué de los cambios.
Sin entrar a valorar a todos los nuevos responsables ministeriales, que ya se valoran por sí mismos lo suficiente, y que no significan más que un premio y una buena pensión a unos buenos amigos, tres comentarios a la crisis del Gobierno y a la utilidad que reportará la misma a los contribuyentes, ya sean parados o activos:
1- El máximo responsable de la inacción del Gobierno continúa. Zapatero no es culpable de la crisis, ni de la internacional ni de la nacional, pero sí lo es de su negación inicial y de sus tardías e ineficaces respuestas.
2- Elena Salgado, sustituta de Solbes, nueva vicepresidencia segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda. Dicen de ella que es una gran gestora. Malo malísimo. Lo que hace falta es un estratega, no un gestor. Según ‘The Economist’, Zapatero ‘la ha puesto ahí’ para tener vía libre en política económica. Ni que el funcionario Solbes fuera un impedimento para ello. Además, que alguien que ha aprendido Economía en tres tardes dirija la política económica de un país hundido como este es de suicidas. Recordemos dónde la cogió en 2004 y dónde está en 2009.
3- Celestino Corbacho. Si pensamos en él como un simple lector de datos y estadísticas, no tenía sentido que se viera afectado por la remodelación del Ejecutivo. Sin embargo, si la labor del ministro de Trabajo incluye la generación de políticas de empleo eficaces, la promoción del diálogo social, la equidistancia entre agentes sociales, la ‘estrategia de RRHH’ nacional, de todo un país, el liderazgo, en definitiva, del mercado de Trabajo, no se entiende que siga en su puesto. Es cierto que uno de los grandes culpables de la situación de nuestro mercado laboral es y ha sido Jesús Caldera, pero Corbacho no ha hecho otra cosa que leernos, y no siempre, los datos del paro. Una labor gris, inútil y para la que no hace falta un ministro.
Y recordarle una cosa importante: Ni los sindicatos ni la patronal están legitimados para ‘marcar’ la política laboral; ya está bien de otorgar a CCOO y UGT la potestad de pactar con usted nuestro futuro laboral, y mucho menos conociendo la afiliación y representatividad que tienen. Coja el toro por los cuernos, consulte si lo cree necesario con los agentes sociales, y ejecute lo que crea más conveniente, aunque sea àntisocial’ (término muy relativo), pero haga algo.
Con este negro panorama, iniciado ya el segundo trimestre, confiemos en que la inercia de una mínima y lejana recuperación de los mercados internacionales –algo se puede escuchar en ese sentido- pueda contagiar algo a España.
Porque la velocidad de caída es cada vez mayor.
2 comentarios en «Todo sigue igual»
¿Esto que tiene q ver con RRHH?
Agrdecería al autoruqe en lugar de darme el CV (nad objetivo) de los Ministros de Españ, me diese que hacer con el mío.En est medio han realizdo atículos sobre lasbusqueda de empleo o sobre autonomos, sigan aportando contenido rico y no su opinión sobre temasirrelvanes pa el que bsca empleo, ya quesi esoy en paro..QUE COÑO MEIMPORTA MI LO QUE HAGAN LOS MINITROSU SE EMBOLSANUNA PASTA
Los comentarios están cerrados.