Independientemente de estar de acuerdo con el planteamiento del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, uno no puede dejar de pensar que, cuando alguien avisa, advierte o recomienda sobre algo –como ha hecho este colegio de médicos-, es porque se han podido producir determinados comportamientos profesionales –o poco profesionales- que se quieren tratar de evitar con esas recomendaciones o advertencias.
Produce desazón, incluso miedo, que pueda haber profesionales de la medicina, ya sean médicos, enfermeros o lo que quiera que sean, capaces de inyectar un ‘chute’ de morfina a un paciente –por muy terminal que esté- para quitarse trabajo de encima.
Esperemos que no sea más que un guión de Hospital Central.
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