Los jóvenes son los más familiarizados con Internet y todas las ventajas que ofrece para la información, la comunicación y la formación: Chatear con los amigos, jugar en red, organizar quedadas, enviar los trabajos universitarios, compartir proyectos, resolver consultas, pedir citas, hablar con personas de otros países, acceder a películas o vídeos, leer las noticias y ver programas que nosotros seguimos viendo por televisión.
Ellos están en primera línea. Ha cambiado el modelo de enseñanza generacional de los mayores a los jóvenes, del maestro al aprendiz, porque en el mundo Internet los jóvenes son los pioneros, los que van abriendo el camino, y nosotros seguimos su estela, a veces con algo de temor. No acabamos de captar todas las posibilidades que las tecnologías nos ofrecen, pero están ahí de una manera absolutamente radical. Son utilizadas y disfrutadas por un número cada vez mayor de usuarios, son las herramientas de comunicación y relación de la nueva generación. De hecho, una vez empezamos a utilizarlas, vemos sus grandes ventajas y ya no volvemos atrás: Consultamos, aprendemos, enviamos la información, nos comunicamos y tenemos un tiempo y un espacio propio para conectarnos a Internet.
Ante la cada vez más creciente actividad usando las nuevas tecnologías, nos planteamos si vale la pena adquirir un libro en particular, imprimir fotos en papel, contar con una agencia para organizar nuestros viajes o participar en un programa de formación presencial con el esfuerzo que suponen los desplazamientos entre ciudades o dentro de las grandes ciudades. Nos volvemos selectivos, medimos el esfuerzo económico y de tiempo, de modo que apostamos por acciones puntuales de valor añadido: Una buena foto para enmarcar o presentar a un concurso, un libro que vamos a consultar a menudo, que deseamos o que nos aporta algo más, la agencia para viajes muy concretos difíciles de conseguir de otro modo y un programa de formación que permita sesiones presenciales para dinámicas de interés mientras compartimos en red y en tiempo real nuestras aportaciones y deseos de aprender en un entorno confortable y familiar, que además nos facilita la conciliación.
Gracias a la evolución tecnológica se pueden sofisticar mucho los contenidos de formación, cada vez más multimedia o a través del uso de herramientas como el Aula Virtual, donde el profesor y los alumnos, que comparten el momento real de la acción formativa, pueden estar en distintos lugares con sus aportaciones y disponibilidad para aprender en comunidades virtuales.
Para los alumnos, para los profesores, el acceso a la información en un Aula Virtual y en el ordenador de su hogar es fácil, basta con probar un par de veces. Los resultados son espectaculares y es divertido, amigable y muy práctico. Sin embargo, hay que vencer la resistencia al cambio que supone utilizar las nuevas tecnologías y tomar el primer lugar, de nuevo, en los recién llegados modelos de enseñanza. La formación en Coaching exige un cierto nivel de experiencia profesional y personal, al que hay que incorporar la juventud de las nuevas herramientas.
Esta herramienta está siendo muy utilizada en programas de larga duración e implantación a nivel nacional, como los Masters o Programas de Especialización, donde más del 80% de los alumnos consiguen con éxito finalizar el programa y el nivel de certificación exigido.
En el Programa de Especialización en Coaching organizado por Educaterra (Grupo Telefónica), la Escuela de Negocios de la Universidad Antonio de Nebrija y Human Coaching (Grupo BLC) se potencia que la formación sea ”sin distancias”, que participen alumnos y profesores que viajan, que viven y trabajan en otras localidades del territorio nacional y en horarios compatibles con sus compromisos laborales. A este programa se puede acceder en cualquier momento y desde cualquier lugar. Sólo necesitamos estar motivados, perder el miedo, un ordenador, unos auriculares y aprender a usar el Aula Virtual.
Esperemos que estos modelos, tan implantados en los Países Nórdicos, en el Reino Unido o en EEUU, se vayan incorporando con aceptación cada vez mayor a nuestras metodologías de formación, al tiempo que incrementamos el uso de Internet y nuevas tecnologías en nuestro país.
Es sencillo. Nuestros jóvenes, intuitivamente, ya la saben utilizar.
1 comentario en «Formación sin distancias. ¿Coaching y Aula Virtual?»
Bueno, sí, la juventud es la juventud, y también la comunicación es simplemente la comunicación, ya sea para el ocio (quizá más relacionado con los jóvenes, dentro del ciberespacio) o para el negocio (quizá más relacionado con los adultos). Yo diría que en la búsqueda de información en Internet (mediante buscadores) para traducir a conocimiento, dentro del marco del lifelong learning, quizá los más adultos podamos enseñar a los más jóvenes (como en otras cosas), pero ya entenderá el lector que, en general, uno no desea competir con los jóvenes…
Pero es que me quedan dudas sobre lo de la formación en coaching: ¿debemos todos convertirnos en coaches? ¿Debemos dividir el mundo empresarial, no ya sólo en líderes y seguidores, sino también en coaches y coachees? ¿Deben los jóvenes ser coaches (tutores) de los mayores (coachees, pupilos o tutelados), o al revés? ¿No sería mejor que hubiera simplemente en las empresas profesionales de la gestión, por un lado, y profesionales técnicos, por otro, aunque trabajando en sinergia? En fin, son reflexiones improvisadas a tan primera hora de la mañana, y quizá se anime el debate.
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