25 de noviembre de 2024
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La visita de un general llamado Crisis

La visita de un general llamado Crisis

Ante una situación dramática, se plantean cinco cuestiones a dos anónimos directores generales, que nos dan dos diferentes visiones de sus preocupaciones, enfoques y soluciones para conseguir vencer a la crisis en sus empresas.

Cómo piensa que le va a afectar la crisis

A: En principio menos que a otros competidores de nuestro sector. Tenemos unos clientes fieles a los que damos un buen servicio a un buen precio. Está contemplado un gran aumento de la morosidad, daremos facilidades a nuestros principales clientes  pero no vamos a correr riesgos con aquellos otros que no hicieron sus deberes y no fueron previsores. El problema que nos podemos encontrar es el entorno desconocido de la crisis, no podemos valorar de una forma adecuada ni el impacto ni la duración de la misma. Es casi seguro que bajaremos el nivel de beneficios, lo que ha sido nuestro punto de referencia de los últimos años, pero en nuestro caso resulta impensable tener pérdidas, los socios no lo permitirían.

B: Por la propia idiosincrasia y cultura de nuestra empresa, nosotros lo enfocamos en dos apartados: Por un lado el aspecto económico, y por otro el aspecto social. Me explicaré; tradicionalmente nuestra empresa ha sido líder por la baja rotación de los empleados, cuestión de la que nos enorgullecemos y que, incluso, forma parte de nuestro plan estratégico. Es indudable que nos ha dado un gran resultado a lo largo de los años, por lo que en estos momentos la permanencia de los puestos de trabajo lo consideramos como algo vital. No podemos ir ahora en contra de nosotros mismos, de nuestra cultura. Por otro lado somos conscientes de la gravedad de la situación, por lo que es muy probable que incluso tengamos a medio plazo ciertos problemas de liquidez. Seremos muy claros en todo momento, ya hemos preparado un plan B con RRHH para estudiar posibles acuerdos con los sindicatos. Como las experiencias anteriores han sido aceptables, el entorno de negociación será, en principio, el adecuado, siempre con la consideración ganar-ganar.

Cuál es, en su opinión, la causa de la misma

A: Parece claro que ha existido un “peloteo” con las famosas hipotecas ‘subprime’ y que no ha habido mucha seriedad en la petición de garantías. Imagine lo que ocurriría si todos nosotros nos dedicáramos a hacer lo mismo en nuestras empresas. No acaba de estar clara la magnitud del problema, pero seguro que es más grave de lo que comentan unos y bastante menos dramática de lo que comentan otros. En nuestro país, a causa de la burbuja inmobiliaria, nos ha afectado más todavía, con una alta tasa de paro y una visión internacional cuando menos dudosa sobre nuestra fortaleza económica. Seguimos con atención todas las noticias, pero empezamos a estar desmoralizados por la falta de acuerdos a todos los niveles. Nuestra lucha está en el día a día, sobre los temas macroeconómicos poco podemos aportar, únicamente esperar que aquellos que deciden no se equivoquen en sus actuaciones.

B: La codicia y una falta de previsión que a veces cuesta comprender. Si nosotros hiciésemos algo parecido en nuestras empresas, o simplemente no nos hubiésemos enterado con suficiente antelación de la situación, estaríamos ya en la calle. Unas consecuencias de tal magnitud hacen que en estos momentos concentremos todos nuestros esfuerzos en vencer sus efectos, del análisis de las causas que se ocupen otros. Hipotecas ‘subprime’, sectores inflados, baja competitividad… que lo valore quien deba hacerlo, nos ayuden a solucionarlo y, con el tiempo, nos expliquen de una manera que podamos entender qué fue lo que ocurrió realmente.

Qué medidas va a tomar en su empresa

A: Por desgracia será necesario un reajuste de plantilla. Intentaremos que sea lo menos gravoso posible, pero se trata de la propia empresa lo que en estos momentos está en juego. Lo que no podemos hacer es ir consiguiendo en las empresas unas pequeñas victorias parciales y que estas se conviertan en pírricas por las condiciones del entorno. Necesitamos ayuda externa de todo tipo para capear el temporal, no creo que se pueda salir adelante sólo con eficaces medidas internas. Son las consecuencias de una crisis global.

B: No es algo nuevo que nos haya pillado por sorpresa. Desde hacía meses ya nos estábamos preparando, aunque lo que no podíamos pensar era la magnitud de la misma. Nuestro enfoque ha tenido siempre un componente militar. Miramos la crisis como si fuera un general al que tenemos que derrotar. No se trata de una guerra convencional, ya que los objetivos de este general consisten en traer la pobreza y el dolor a todos los hogares que pueda alcanzar. Su poder crece con nuestra ignorancia y avaricia. Él por sí sólo no es nada, sus fortalezas son nuestras debilidades y nuestras amenazas sus oportunidades. Esta forma de enfocarla al menos nos ayuda a no bajar la guardia en ningún momento; es una guerra sin cuartel y de nosotros depende que al final seamos derrotados o consigamos la victoria. Por lo que respecta a nuestra empresa, aquí no se va abandonar a nadie a su suerte, aunque sepamos que de alguna forma nos acabará afectando a todos, al menos en parte.

Qué sacrificios esta dispuesto a asumir

A: ¿Sacrificios? ¿Es una broma? Bastante tenemos con capear el temporal que se nos viene encima para que además nos pidan sacrificios. ¡Ya está bien de abusar de las  personas! Llevo ya ocho años en esta empresa, levantándome todos los días a las cinco y media para poder estar a las siete en el trabajo. Suelo marcharme sobre las nueve, apenas tengo tiempo de despedirme de mis hijos, ¿y ahora me piden todavía más?

Mi único compromiso es con los accionistas, que son los que siempre me han pagado religiosamente. En estos ocho años la empresa ha dado siempre beneficios y ha contribuido con la sociedad con la parte legal que le correspondió. Gracias a esos beneficios han aumentado los puestos de trabajo, con las comprensibles rotaciones que se producen. No es una visión cínica sobre la pregunta que me ha formulado. Es sencillamente lo que pensamos muchas personas que nos dedicamos a cumplir con nuestras funciones cada día de nuestra vida.

B: Los que hagan falta. No vamos a escatimar esfuerzos para salir adelante. Somos conscientes que no podemos pedir a nadie ningún sacrificio si no empezamos por nosotros mismos. Es precisamente en estos momentos cuando se necesita nuestro liderazgo; no se tomará ninguna medida que no estemos dispuestos a compartir. Probablemente nos esperen los dos o tres años más duros de nuestra carrera profesional, ahora comprobaremos nuestra verdadera valía.

Cuándo cree que finalizara

A: Sinceramente, no tengo ni la más remota idea; si lo que vale es la opinión de la mayoría de entendidos, entonces en unos dos o tres años. Si contemplamos lo que dicen otros, esto irá para largo, hasta el 2015. Cuanto más leo las distintas opiniones, más confuso me encuentro; 2009 será el año más duro de todos. Pero es muy posible que la crisis en nuestra empresa dure menos que la del entorno. Todo depende de la efectividad de nuestras medidas.

B: Según gran parte de los expertos todo apunta a que en 2010 iniciaremos una lenta recuperación. Todo va a depender del grado de unión que exista en las decisiones de los principales países. Hace poco leí que un conocido economista-historiador llamado Galbraith había escrito lo siguiente sobre la crisis de 1929: “Para que llegue a producirse un nuevo desastre, basta con que se haya borrado el recuerdo del desastre anterior. Y nadie sabe cuánto tiempo debe pasar para olvidarlo”. En relación con su advertencia, sólo espero que, una vez transcurridos algunos años de estos malos tiempos, y en plena época de bonanza, no volvamos a olvidar que alguna vez existió un general llamado Crisis y que nos hizo una visita.
 

Nota del autor:

En la antigua Grecia existió un general tebano llamado Pelópidas, que comandaba el llamado Batallón Sagrado. Se trataba de una fuerza escogida de 300 hombres que habían jurado perecer en combate antes de rendirse o simplemente retroceder. Poco antes de partir a uno de sus innumerables enfrentamientos un miembro de la familia de Pelópidas tuvo un mal presentimiento, pidiéndole que por favor tuviese cuidado y se guardase. Esta fue la contestación de Pelópidas: “Eso se recomienda a los soldados; a los capitanes debe recomendárseles que guarden a los otros”.
 

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