Desde hace tiempo me preocupa la continua “cantinela” de criticar a las asociaciones profesionales como unas instituciones trasnochadas. A todos los que nos preocupa una profesión debe ocuparnos su respuesta asociativa, no podemos pretender tener una imagen profesional sin apostar por una fuerte organización que vele por la profesión. Es muy fácil criticar desde la atalaya de la opinión personal y, en cambio, es más difícil construir desde la involucración en la profesión.
AEDIPE es un claro ejemplo de asociacionismo no entendido por la propia profesión, no sólo por el escaso porcentaje de profesionales que participamos en esta asociación sino también por los continuos ataques injustos que recibe. Siempre se destaca lo negativo y no se valora lo difícil que es apoyar en una profesión llena de aprendices de gurú y de abnegados “salvaprofesiones”.
El apoyo involucrado e involucrante en AEDIPE es escaso y de mala imagen externa. Y esta opinión no surge de un análisis externo del asociacionismo, pues desde hace 25 años soy miembro del Colegio Oficial de Psicólogos, donde he ocupado cargos electivos y he participado en la creación de una asociación profesional en los años 90 que se fusionó con AEDIPE, en la cual también ejercí cargos directivos. Sobre esta base, y sin ningún interés personal, propongo cambiar el signo de nuestra Asociación Profesional.
Pero ¿es AEDIPE una buena asociación?. Hombre, todo es susceptible de ser mejorado, pero por qué no empezamos por pensar lo difícil que es ejercer cargos de escasa remuneración y alta visibilidad hacia la crítica fácil. Nadie se hace un nombre o se beneficia por estar en un cargo en AEDIPE. Aunque todos sabemos que algunas personas se olvidan de los dos términos de cualquier interacción: Dar y recibir, suele quedarse con uno sólo y siempre es el último. Pero fuera de personalismos y excepciones manifiestas, creo haber encontrado en AEDIPE profesionales francos y honestos hacia la profesión.
Desde la profesión nos debemos hacer tres preguntas básicas sobre AEDIPE:
- ¿Es necesaria AEDIPE?
- ¿Cómo tendría que ser AEDIPE?
- Más allá del “querer ser”, ¿cómo podemos mejorar AEDIPE?
En primer lugar, AEDIPE es una asociación muy valiosa por varias razones:
- No somos una profesión de una sola carrera.
- Tenemos visibilidad empresarial.
- Dependemos de cambios externos para hacer bien nuestro trabajo, por ejemplo, cambios normativos laborales.
- Tenemos actores en la Empresa de enorme poder mediático (Empresarios/Sindicatos) y el punto de vista profesional cuesta manifestarlo.
- Por último, el impacto mediático de los temas de Recursos Humanos que habitualmente genera multitud de opiniones, dadas por legos, y que necesita de una poderosa imagen profesional. Por ejemplo, ¿no estáis hartos del síndrome postvacacional -del 25 de agosto al 10 de septiembre ha salido al menos en 40 ocasiones en la prensa económica-?
Luego AEDIPE es necesaria, principalmente, como un centro de representación, imagen profesional y de reflexión estratégica sobre la profesión.
Para desarrollar una profesión desde una asociación hacen falta cinco funciones:
LOBBY. Hablemos claro, hay que influir en los que pueden influir.
BENCHMARKING. Compartir opiniones y contrastar otras practicas que están teniendo éxitos actualmente.
ACTUALIZACIÓN: Mostrar novedades profesionales y desarrollo de nuevas ocupaciones.
NETWORKING: Lugar de encuentro donde conocer y contactar con redes profesionales.
PROSPECTIVA: Adelantarse a la evolución de una profesión, creando ideas y tendencias.
AEDIPE tiene sentido si influye en la sociedad, en las empresas, en el Gobierno (comunicación), si comparte experiencias (aprendizaje), si presenta novedades (información), si posibilita conocer a compañeros (foro) y si plantea las líneas estratégicas del futuro (conocimiento).
En estos momentos de dificultades ocupacionales, el tener una profesión con buena imagen, respetada y con impacto implica tener una mejor red de empleabilidad de cada profesional. Una profesión con imagen es una garantía de futuras ocupaciones, y su defensa debe entenderse como un bien de cada uno de nosotros.
Pero AEDIPE no es, y en algunas ocasiones hemos caído en este error, un foro de formación -para eso están las entidades formativas-, un club de compra -penosa impresión-, una red de comercialización de los consultores -patrocinios de imagen descarada-) y, por último, muy a mi pesar, no es una mera editora de libros, aunque hay que destacar la gran labor divulgativa realizada por la colección de autores españoles. La falta de recursos ha motivado estos caminos, que, como círculo vicioso, han retroalimentado la mala imagen en algunos profesionales.
Las Asociaciones Profesionales Internacionales que tienen seriedad buscan un camino en la homologación, en la capacitación profesional -acreditando experiencias- y en la participación de estudios profesionales como base de aportaciones dinerarias sin convertirse en una entidad organizadora de eventos.
En segundo lugar, si AEDIPE es necesaria, ¿cómo tendría que ser? Pues ante todo profesional, y evitar “hombres orquesta”. Si alguien tiene problemas con la altura de su “yo”, que busque un ‘speaker corner’ para lanzar sus diatribas. Debemos tener personas implicadas que tengan una compensación económica, y que además se apoyen en un proyecto estratégico planteado por una junta elegida democráticamente.
La cooptación continua de miembros que quieran implicarse en la dirección de la asociación conlleva voluntarismo que hace que los asociados no podamos pedir mayores resultados. Para aportar el dinero de la cuota a una asociación no profesional dirigida por voluntarios, podemos dar el dinero a una ONG. Qué podemos exigir si no damos. Además AEDIPE debe tener equipos directivos, y no un presidente rodeado de palmeros. No es pedir mucho, simplemente es mirar lo que hacen asociaciones de nuestro ámbito a nivel internacional.
Uno de mis últimos sonrojos fue cuando AEDIPE y otra asociación se “pegaban” por quién hace una cosa, frente a los ojos atónitos de los organismos internacionales y AENOR. En aquella reunión sentí que la defensa de una profesión no se hace desde las siglas sino desde el valor añadido que aportamos.
Y por último, en qué podemos apoyar desde la profesión a la Asociación. Pues si AEDIPE adopta una actitud abierta y colectiva, donde no siempre aparezcan los mismos para todo y que a través de grupos de trabajo pueda aceptar a personas con ideas diferentes, pero con el denominador común de la profesión, creo que podemos avanzar. Pero es fundamental nuestra actitud, no vale sólo que AEDIPE abra las puertas sino también que nosotros apostemos profesionalmente por AEDIPE. En mi modesta opinión, durante mucho tiempo hemos luchado por crear una profesión moderna e influyente, pero debemos aceptar que nos falta mucho por conseguirlo.
En resumen, AEDIPE es necesaria, podemos soñar con crear una profesión fuerte a pesar de los cambios que tenemos que asumir, pero, ante todo, debemos ser nosotros quién la ayudemos a cambiar. Yo ya he decidido ser siempre de AEDIPE y aportar lo que pueda con sugerencias, ideas, críticas para crecer y participar, pero principalmente para gritar la necesidad de nuestra unidad como profesionales de impacto social.
Espero nuevos tiempos en AEDIPE, pues los profesionales lo necesitan para salir de los sempiternos discursos raídos de “lo importante que son las personas” en la organización, que solamente son hueras declaraciones de memorias de sostenibilidad.
¿Por qué no revolucionamos la profesión? Como decimos en mi profunda Palencia, “aquél que no pide lo imposible no es merecedor de lo posible”.
9 comentarios en «Asociacionismo en Recursos Humanos»
Felicidades por el artículo, da gusto leer cosas con sentido y sentimiento
Mi enhorabuena por el artículo, Javier. Tengo un impresión positiva sobre las actividades de AEDIPE, pero sólo me hago una pregunta: ¿hay una AEDIPE o hay varias? ¿Favorece esto al asociacionismo o lo perjudica?.
Javier, como siempre fenomenal en tus comentarios. Creo que las personas que estamos en AEDIPE debemos de hacer mejor publicidad de nuestra asociación.
Estoy de acuerdo contigo, Javier, en que sólo deberían pertenecer a Aedipe los Directores de RRHH. La verdad es que es lamentable ver como cada día son más las consultoras que quieren copar esta función.
Estimado Javier,
Como imagino que sabrás, Aedipe funciona a través de una Asamblea en la que los asociados pueden expresar sus opiniones e ideas con total libertad. Sin embargo, y aunque en este artículo exhibes una gran preocupación por Aedipe, nunca te he visto en ninguna de ellas.
Javier…. evidentemente como siempre estas plenamente acertado en muchas de tus consideraciones, ahora bien como tambien como siempre somos muchos los que podemos llegar a dudar de tus "buenas intenciones" al plantear este tipo de mensajes en este momento. Porque sigues siendo tan criptico como siempre y no planteas realmente lo que quieres en relacion a Aedipe y te lo dice alguien que a pesar de sus 30 años de pertenencia a la asociación jamas a hecho nada para "posicionarse" de alguna manera en ella. Probablemente escribiré sobre ello en mi blog en los proximos dias. Te invito a leer mis comentarios. Un abrazo.
Me parece que se esta equivocando como habla de este tema, me parece que no se dedica mucho a él, porque si estuviera metido dentro vería que las cosas no son así, realmente el articulo que has escrito no me parece nada correcto ni educativo, yo soy Directora de RR.HH y conozco muy bien Asociación y esta bastante equivocado,
Corrígeme si me equivoco… ¿BLC no es una consultora?
Porque cómo bien dices «AEDIPE no es… …una red de comercialización de los consultores -patrocinios de imagen descarada»
me sorprende cuanta gente gasta su tiempo en opinar y escribir sobre Aedipe en un foro de internet.
Quiza sea poruqe es más facil simplemente opinar que hacer.
Los que hacemos en vez de opinar no nos damos por aludidos.
Suscribo el comentario de Pau Hortal plenamente .
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