Afirmaba el jueves nuestro flamante vicepresidente segundo del Gobierno, y ministro de Economía y Hacienda, que “si la recesión sirve para limpiar la economía, la situación no tendrá más importancia".
Pero el algodón de Solbes ya no engaña, simplemente ofende.
De momento ya ha limpiado los bolsillos de muchos ciudadanos, principalmente de los que ya están apuntados en las listas del paro; también ha limpiado las arcas y bolsillos de muchas pymes y autónomos, las primeras cerrando y los segundos sin derecho a cobrar una mínima prestación por desempleo. También está limpiando los bolsillos de determinados sectores cuyas ventas han bajado escandalosamente, por ejemplo, la automoción y su distribución; también está limpiando las carteras de los consumidores en forma de inflación. También, según reconoce el propio ministro de Trabajo, podría limpiar las arcas de un INEM que podría entrar en déficit…
Sin embargo, hay cosas que no ha limpiado la crisis y que están demandando un repaso urgente: El excedente de cargos públicos y sus respectivas administraciones, que con sus infinitos costes también limpian los bolsillos del contribuyente; sindicatos mantenidos por todos y en paradero desconocido cuando más falta hacen, un gobierno carente de recursos para afrontar la situación y desviando la atención hacia otros menesteres… y sobre todo, un vicepresidente segundo del Gobierno, y ministro de Economía y Hacienda, para el que no hay suficiente agua y detergente para la limpieza que se merece.
Eso sí, ya están dejando caer que el dinero público, ese que algún alto cargo –o ‘alta carga’- dijo que no era de nadie, podría destinarse a “reflotar” el sector inmobiliario y de la construcción, para que nos sigan cobrando las viviendas un 500% por encima de su valor. Esto, realmente, es lo único que se merecería ser limpiado de verdad por la recesión.
Menudo sarcasmo.
Los comentarios están cerrados.