Con el 89 por ciento de la cementera Lafarge y 85 por ciento de Holcim, el Estado venezolano adquirió la mayoría de las acciones de ambas corporaciones, a fin de colocarlas al servicio de la construcción e infraestructura del país. El acuerdo se llevó a cabo mediante la firma del memorando de entendimiento para el traspaso de las acciones de las cementeras Suiza (Holcim) y Francia (Lafarge).
Esta acción sigue así lo anunciado en el decreto de reordamiento del sector de cemento promulgado por el Gobierno el pasado 18 de junio.
El ministro venezolano para la Energía y Petróleo y presidente de la estatal PDVSA, Rafael Ramírez, manifestó su satisfacción porque las dos cementeras más importante del mundo acordaron no solamente el precio para traspasar las acciones, sino mantener una propia participación en lo que va a ser un esquema integrado de operación que tendrá el Estado venezolano.
Además, recordó que hoy vence el plazo de negociación con la empresa Cemex, razón por la cual procederán a expropiar según lo establecido en el decreto ley que contempla la nacionalización. ‘Lamentablemente no ha sido posible obtener una negociación en los mismos términos con la empresa Cemex, tal como establece la ley, esta noche vamos a hacer un control operacional de sus instalaciones con los trabajadores y los comités de transición’, sostuvo Ramírez.
Asimismo, explicó que dicho acuerdo no se logró debido a que los dueños de la empresa estaban pidiendo una cantidad de más de mil 200 millones de dólares (136 millones de euros), activos que a su criterio estaban muy por encima de sus capacidades operacionales.
En cuanto a los beneficios que se obtendrán a través de la nacionalización, el titular de PDVSA expresó que teniendo las operaciones de las empresas cementeras bajo el control estatal en un 98 por ciento, es significativo para desarrollar una política planificada de expansión para el sector vivienda e infraestructura.
Para finalizar, Ramírez señaló que el Estado garantizará la estabilidad laboral de los trabajadores de las empresas nacionales. ‘A nuestros trabajadores el Estado le garantizará toda la tranquilidad y la estabilidad laboral’, puntualizó.
El Gobierno informó que pactó pagar unos 267 millones de dólares (181 millones de euros) por el 89 por ciento de la unidad local de la francesa Lafarge -la mayor cementera del mundo- y unos 552 millones de dólares (376 millones de euros) por el 85 por ciento de la suiza Holcim.
La medida forma parte de la ola de estatizaciones lanzada por el presidente Hugo Chávez sobre sectores estratégicos de la economía, que ha incluido firmas petroleras, eléctricas, de telecomunicaciones, siderurgia y un importante banco.
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