25 de noviembre de 2024
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Eneagrama y coaching

Eneagrama y coaching

En mi opinión, el Eneagrama es una herramienta muy eficaz para un Coach. Por este motivo considero que  su divulgación puede servir de mucha ayuda a todos los profesionales de este sector.

Existe abundante literatura acerca del Eneagrama , por lo que mi objetivo va a consistir sólo en tratar de explicar en qué consiste, de forma que el lector que no esté familiarizado con el Eneagrama se forje una idea lo mejor posible para comprender la metodología que algunos coach utilizamos trabajando con las organizaciones.

Personalidad y error

Para darle toda la seriedad a este capítulo resulta imprescindible, en primer lugar, responder a la pregunta: ¿Es posible una clasificación de los seres humanos en diferentes tipologías?

La respuesta es que sí, siempre que toda clasificación admita infinitas posibilidades. Para salvaguardar su libertad, el ser humano no puede estar determinado y, por lo tanto, su personalidad debe admitir infinitas formas. Por ejemplo, clasificar a los seres humanos en hombre y mujer viene a ser el mayor reduccionismo posible, ya que supone sólo dos alternativas. Sin embargo nadie duda de la veracidad de esta clasificación ni de las infinitas posibilidades existentes en cada uno de ambos lados.

La personalidad ha sido y sigue siendo objeto de estudio de la psiquiatría y de la psicología, incluso la filosofía se ha ocupado de estudiar algunos de los diferentes aspectos influyentes en la personalidad humana. Si los niños vinieran al mundo con una mente sin contenido alguno, serían entonces las transacciones interfamiliares que se producen en su infancia las responsables de forjar su personalidad.

Los aciertos de los padres y sus errores se inscribirían en la mente del niño. A la vez que las tensiones producidas por la desarmonía que produjeran estos errores serían las responsables del desarrollo de los mecanismos de defensa. En cualquier caso, la presencia de los aciertos y los errores serían la causa que diera lugar a las diferentes tonalidades de la personalidad humana.

La personalidad es un conocimiento reflejo del mundo infantil. Como tal, es una construcción basada en algo cognitivo, volitivo y emotivo, según Greenberg (Terapia de Interacción Recíproca. Roberto Aguado).

Tanto el error como el acierto forman parte del conocimiento reflejo aprehendido durante la infancia y, por lo tanto, tienen su reflejo, también, en lo cognitivo, volitivo y emotivo, lo que hemos venido a llamar los elementos esenciales del hombre. Todo error y todo acierto se manifiestan, por tanto, como un error o un acierto, primero, en la forma de pensar; segundo, en la forma de actuar, y tercero, en la forma en que nos relacionamos. El error y el acierto, que conforman el conocimiento reflejo y la personalidad, resultan, por consiguiente, clasificables en tres categorías y de forma infinita.

Los eneatipos

El eneatipo es una perspectiva de la personalidad. Supone la eliminación del libre albedrío en la determinación de las posibles personalidades por un perfil determinado que, a su vez, admite infinitas formas. En el ejemplo de clasificación de los seres humanos que hemos utilizado antes, la eliminación del libre albedrío en la determinación de las infinitas formas humanas supone el reduccionismo hombre y mujer. Esta elección, sin embargo, admite infinitas posibilidades.
 
La gran ventaja que supone el hecho de que la personalidad humana no dependa del libre albedrío y, sin embargo, sea clasificable, supone la posibilidad de poder prever el comportamiento de los demás y, por lo tanto, de mejorar nuestra capacidad de relación.

El eneatipo, como rasgo de la personalidad, es un conocimiento reflejo, adquirido en la infancia, que muestra, por lo tanto, lo que hay de verdad y de error en nuestra forma de pensar, actuar y de relacionarnos. La fuente, tanto de nuestro éxito como de nuestro fracaso. El eneatipo es un conocimiento de tipo cognitivo, emotivo y volitivo, lo que da lugar a tres categorías de eneatipos que llamaremos triadas.

Los eneatipos son los nueve tipos de personalidad que describe un “mandala” (Un mandala es una representación del cosmos. En este caso el Eneagrama es una representación de los procesos, lo que quiere decir que todo proceso atraviesa por los nueve pasos que describe el Eneagrama. El Eneagrama al que nos vamos a referir fue introducido, desde Afganistán y a través de una secta sufí, por el Chileno Oscar Ichazo. El lector puede encontrar abundante documentación en Internet y en la abundante literatura que existe al respecto) llamado Eneagrama. La pregunta que probablemente se estará haciendo el lector, en estos momentos, es acerca de que sean nueve los eneatipos existentes y no otro número.

La respuesta está en que el Eneagrama está compuesto de tres tríadas, como ya hemos anticipado, cada una de ellas relacionada con lo volitivo, cognitivo y emotivo en el ser humano. El error, centrado en lo volitivo, se relaciona con el eneatipo 9; el error, centrado en lo cognitivo, con el eneatipo 6, y, por último, el error, centrado en lo emotivo, se relaciona con el eneatipo 3. De esta forma, la triada del hacer gira en torno al eneatipo 9, la triada relativa al pensar sobre el eneatipo 6, y, por último, la triada relativa al sentir, sobre el eneatipo 3.

Llegados a este punto, queremos anticipar que no existe personalidad alguna que no posea componentes de todos los eneatipos. Sin embargo, sólo uno de ellos es el dominante significativo de la personalidad. Nos centraremos, por tanto, en cada eneatipo sin prestar atención a los armónicos provocados por la presencia de los demás.

De esta forma, la triada de lo emotivo está compuesta por los eneatipos 2, 3 y 4, la triada del pensar por los eneatipos 5, 6 y 7, y, por último, la triada del hacer por los eneatipos 8, 9 y 1.

En la tríada de lo emotivo el eneatipo 3 identifica una personalidad que presenta un error en su manera de valorar el pensar, el desarrollo de la actividad y la forma en que se relaciona con el entorno, debido a su huida de las emociones. Podríamos decir que la persona que está inscrita en el eneatipo 3 no presenta mundo emocional.

Otras personalidades del eneagrama presentan la misma disfunción en el sentir; sin embargo, la forma de resolverlo es distinta debido a la presencia de los eneatipos adyacentes, que llamaremos “alas”.

Los eneatipos adyacentes pertenecientes a esta tríada son el eneatipo 2, cuyo error reside en mostrar un exceso de sensibilidad hacia las emociones de los demás, y el eneatipo 4, que es propio de aquellas personas que tienen sobre desarrollada su capacidad para ser conscientes, esta vez, de su mundo emocional. Es decir, el eneatipo central de la tríada presenta un problema de carencia, mientras que los otros dos presentan un exceso en la dirección hacia fuera y hacia dentro de su persona. Podríamos representarlo como + (hacia fuera), – (hacia dentro) y 0 (la carestía).

Del mismo modo, en la tríada del pensar ocurriría lo mismo. El eneatipo 6 presenta un problema de carestía (0) en el pensar; el eneatipo 5 un problema de exceso en el pensar (-) y el eneatipo 7 un problema de evasión a través del pensar (+). Por último, en la tríada del hacer, el eneatipo central es el 9, que presenta problemas con el hacer (0), el eneatipo 8 que presenta un exceso de hacer puesto en los demás (+), y el eneatipo 1, que presenta problemas en el exceso de hacer las cosas, puesto en sí mismo (-). Son, por lo tanto, nueve los errores que se describen en la personalidad humana. Hay que aclarar que el Eneagrama es una representación de la personalidad atendiendo a las variables que aquí se citan, pudiendo existir infinidad de representaciones, atendiendo a otro tipo de variables.

Formación del eneatipo

No hay que confundir carácter y temperamento con personalidad. Mientras que el temperamento es de origen biológico, el carácter cambia por efecto de las circunstancias que acontecen a lo largo de la vida y la personalidad de carácter psicológico, está casi formada entre los tres y seis años de edad (En algunas ocasiones se puede reconocer el eneatipo de un niño a los tres años de edad). Por esta razón permanecemos en un eneatipo toda la vida.

Como dijimos en el primer capítulo, el ser humano es el único ser del planeta que es educado por sus padres en base al bien y al mal. Cuando nos portamos bien somos aceptados, y cuando lo hacemos en contra de las expectativas parentales sufrimos la amonestación correspondiente, que identificamos como rechazo.

En realidad el eneatipo es un mecanismo de defensa desarrollado en la infancia para protegerse del libre albedrío, que supone para el niño ser querido o rechazado al arbitrio de los padres. Hay que entender que un niño, a temprana edad, movido únicamente por la búsqueda de placer, no entiende la pretensión de sus padres de no poder arrimarse a la boca tal o cual objeto. Durante su primera infancia el niño percibe, por tanto, el comportamiento de los padres como una arbitrariedad.

El eneatipo viene a ser una respuesta al poder parental. Comportándonos de acuerdo con el eneatipo elegido, no seremos nunca más objeto del arbitrario rechazo parental. Es una fantasía construida sobre la base de la omnipotencia infantil, y, por tanto, es un reflejo de la negación de la existencia de la imperfección, pero no en su totalidad, sino sólo en uno de sus aspectos, como veremos en la descripción de cada una de las personalidades.

En definitiva, como anticipamos anteriormente, lo que hacemos al incorporar el eneatipo es eliminar las infinitas posibilidades de comportamiento de acuerdo con el libre albedrío, y sujeto al posible juicio parental, por un comportamiento específico del que tenemos la certeza fantástica de que siempre merece la aprobación de los padres.

Sin embargo, el hecho de que el comportamiento humano sea eneatípico no sólo es una fuente de error sino también de acierto, como ya hemos dicho. Y el primer acierto lo supone desligarnos del juicio parental de lo que está bien o mal. De lo contrario vagaríamos toda la vida a la espera de su veredicto. De esta forma nos hacemos autónomos y poseedores de un conocimiento propio, con sus aciertos y sus errores.

La elección del eneatipo tiene lugar durante la infancia del niño, de forma inconsciente. El eneatipo se forja, por lo tanto, en el sistema límbico. Por este motivo no cambiamos de eneatipo a lo largo de la vida. Sin embargo, la intensidad de su manifestación, como mecanismo de defensa, disminuye con el paso del tiempo y, también, con la ayuda de la psicoterapia y el Coaching.

Coaching y Eneagrama

El propósito del Coaching es facilitar al coachee la consecución de un objetivo. El Coaching, es por tanto, un trabajo con las personas, y, por ello, no sólo exige del coach una amplia experiencia de la empresa, sino también un conocimiento en profundidad de los aspectos relativos a la personalidad. En mi opinión, un coach debe poseer amplios conocimientos de psicología y neuromanagement. Y aquí es donde el Eneagrama sirve de gran utilidad, en la comprensión psicológica del Coachee.

Cuando se relacionan los comportamientos y las barrearas del Coachee, con su personalidad eneatípica, se aporta una información fundamental para el aprendizaje.

Comprenderse y comprender a los demás resulta ser la única forma de asegurar una mejora permanente a la hora de trabajar en grupo y liderar, tanto a superiores como a colaboradores; las tres áreas de actuación, en el plano relacional, de todo directivo.

Por último, el Eneagrama es una herramienta muy eficaz a la hora de trabajar como Coach, y mucho más fácil de utilizar que la PNL, tan de moda en la actualidad como herramienta psicológica de apoyo. Además, proporciona mucha más información que el MBTI y resulta muy útil en la interpretación de los cuestionarios 360º.

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Mañana 1 de julio se celebra en Universidad Comillas de Madrid un seminario gratuito y exclusivo sobre el eneagrama, herramienta dirigida a facilitar un conocimiento más profundo de la diversidad humana. Si desea asistir, envíe un correo electrónico a redaccion@rrhhdigital.es reservando su plaza.

 

 

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